Pairwise, una empresa que utiliza técnicas de edición genética para crear nuevas variedades de frutas y verduras, está liderando la revolución en la agricultura al adaptar cultivos populares al cambiante clima global. Esta tecnología se está utilizando especialmente entre las líneas del trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio, con un enfoque en la línea ecuatorial, donde las temperaturas se mantienen constantemente cálidas. En un mundo que se calienta a gran velocidad, adaptan al calor de cultivos es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y la resistencia de la agricultura.
La periodista Kate Medley para The New York Times en español escribió un artículo titulado: «Estas son las frutas y verduras del futuro, preparadas para desafiar al clima», en el que se destacan cerezas de clima cálido, melones resistentes a la sequía y otros seis cultivos que podrían cambiar nuestra alimentación en este contexto de cambio climático acelerado.
Adaptan al calor cultivos de frutas y verduras
Los especialistas adaptan al calor a estas variedades debido a la urgencia que se hace hace evidente en los eventos climáticos extremos que afectan la producción agrícola. Las inundaciones recientes en California, por ejemplo, causaron la pudrición de más de una tercera parte de las uvas de mesa en los viñedos. Además, el aumento de la radiación solar ha llevado al quemado de manzanas, y nuevas plagas amenazan los campos de lechugas.
El proceso de creación de nuevas variedades de cultivos que puedan resistir estos desafíos climáticos es complejo y requiere tiempo. Los investigadores trabajan en diversas áreas, desde la tecnología de edición genética hasta la exploración de antiguas colecciones de semillas. Sin embargo, no basta con que los cultivos sean resistentes al clima; también deben ser sabrosos y atractivos para los consumidores.
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Las cerezas son una muestra
Uno de los ejemplos más prometedores de esta adaptación es el desarrollo de cerezas resistentes al calor. Los cerezos tradicionalmente necesitan un período de frío para producir frutos, pero el cambio climático ha llevado a la disminución de las horas frías en algunas regiones. La empresa International Fruit Genetics, ahora propiedad de Bloom Fresh International, ha creado las cerezas Cupid, que requieren solo un tercio de la cantidad de horas frías necesarias, lo que las hace más adecuadas para climas cálidos y resistentes a los inviernos más calurosos.
También adaptan al calor a la coliflor, específicamente con la variedad Destinica, que no se quema con la exposición al sol y es más amigable con el suelo, ya que evita el costoso proceso de doblar las hojas para proteger el cogollo. Además, Syngenta Vegetable Seeds ha desarrollado col blanca resistente a la intemperie, que requiere menos fertilizante y puede crecer en periodos secos prolongados.
La sequía no será problema
Los melones, por otro lado, se han vuelto más seguros y resistentes al cambio climático. El Supermelon y el Flavorific, desarrollados por la Universidad de Texas A&M, tienen sistemas de raíces más profundos para sobrevivir a las sequías. Estos melones ofrecen un sabor dulce y una pulpa densa, lo que los convierte en una opción atractiva para los agricultores.
En el mundo de la edición genética, Pairwise se destaca por su trabajo en la creación de moras sin semillas que crezcan en arbustos compactos y sin espinas. También se adaptan al calor. Este avance no solo reduce la necesidad de terreno, agua y fertilizantes, sino que también facilita la recolección de la fruta. Además, la empresa está explorando la posibilidad de crear cerezas sin hueso en el futuro.
Germinación en sal
Las zanahorias también se adaptan al calor. Además, los científicos buscan desarrollar una variedad que pueda germinar en suelos salinos, calientes y secos, una tarea que podría llevar décadas. La Eskimo, una zanahoria de Nantes con huella de carbono reducida, ya se desarrolló en 2003 para crecer en el invierno frío del norte de Europa.
Las papas, un cultivo que requiere un suministro constante de agua y un clima fresco, están siendo investigadas en la Universidad de Maine para identificar características genéticas que les permitan sobrevivir a condiciones de calor extremo e inundaciones. La resistencia al calor y la protección contra plagas son aspectos clave de estas investigaciones, que podrían llevar varios años antes de que las nuevas variedades estén disponibles para los agricultores.
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Aguacates o paltas
El aguacate Luna UCR, desarrollado por la Universidad de California, es una variedad que utiliza menos agua y tiene un menor impacto ambiental en comparación con el aguacate Hass. Este aguacate de sabor suave y dulce se adapta bien a climas cálidos y presenta árboles más delgados y bajos, lo que facilita la cosecha y reduce los costos de mano de obra.
Cuando adaptan al calor los cultivos debido a la urgencia del cambio climático, es esencial saber que se hace para garantizar la seguridad alimentaria en un mundo en constante calentamiento. La tecnología de edición genética y la investigación en variedades resistentes son herramientas clave en esta lucha por mantener una agricultura sostenible y resistente al clima en las regiones tropicales del mundo. El futuro de la alimentación depende en gran medida de la capacidad de la ciencia y la innovación para enfrentar estos desafíos.