La escalada de tensiones en el Medio Oriente ha alcanzado un punto álgido sin precedentes, al menos en la última década. Israel hará que por inanición los palestinos entreguen a los milicianos de Hamás. Tras una serie de ataques y represalias entre Israel y la organización Hamás en Gaza, la administración israelí, liderada por Benjamin Netanyahu, ha optado por un bloqueo total de la Franja de Gaza, una decisión que amenaza con profundizar la crisis humanitaria en la región.
Yoav Galant, Ministro de Defensa de Israel, no escatimó en palabras al describir las medidas implementadas: “Estamos imponiendo un asedio total a Gaza… ni electricidad, ni comida, ni agua, ni gas, todo cerrado”. Su controvertida afirmación de que «estamos luchando contra animales y actuamos en consecuencia», ha levantado preocupaciones a nivel mundial sobre las consecuencias humanitarias de tal bloqueo.
Que entregues a los milicianos de Hamás
Este cierre ha venido a agravar aún más la ya delicada situación en Gaza. La ONU, a través de su agencia humanitaria OCHA, ha señalado que el suministro de combustible durará pocos días. Los residentes de Gaza, incluso antes del bloqueo, ya enfrentaban una profunda inseguridad alimentaria, falta de movilidad y escasez de agua. El Ministerio de Salud palestino, alertó sobre la crítica situación en los hospitales debido a la falta de medicamentos, suministros médicos y combustible.
Tambièn puedes leer: ¿Armas de Hamás llegaron desde Ucrania? Congresista Marjorie Taylor Green pide investigación
Con el estrangulamiento, el fin último de Israel, es que los propios palestinos delaten a los terroristas. Con una población que ya enfrenta un panorama sombrío, los bombardeos en áreas densamente pobladas han causado alarma. El Ministerio de Asuntos Exteriores palestino indicó que dos campos de refugiados, Al-Shati y Jabalia, fueron blanco de ataques, resultando en heridos y posiblemente muertos. Pero lo que más resonó en la comunidad internacional fue el ataque a una escuela de la ONU que resguardaba a civiles, incluyendo niños y ancianos. Si bien la ONU confirmó que nadie murió, el edificio quedó «gravemente dañado».
Estos incidentes han llevado a muchos observadores y analistas a cuestionar las tácticas empleadas. Para el Dr. Amin Al-Husseini, historiador y experto en la región, «estamos viendo una táctica que busca presionar a los palestinos para que entreguen a los milicianos de Hamás. Es una estrategia de asfixia que recuerda los asedios medievales».
Un baño de sangre
Los datos estadísticos evidencian el crecimiento exponencial del conflicto. Según Associated Press, en un solo ataque en Rafah, 19 miembros de una familia perecieron. Mahmud Shalabi, de la organización Medical Aid for Palestinians, describió la situación en el principal hospital de Gaza como desgarradora, mencionando que parecía un «matadero» con personas en el suelo y personal médico abrumado.
En el panorama político internacional, la reacción ha sido mixta. Algunos países han llamado a Israel a moderar sus acciones y buscar una solución pacífica, mientras otros han apoyado su derecho a defenderse de los ataques de Hamás. Lo cierto es que, sin una intervención diplomática significativa, el conflicto podría continuar escalando. Y las intenciones de Israel parecen apuntar a que los propios palestinos entreguen a los milicianos de Hamás para ellos clausurar con el método apropiado a la célula terrorista.
Tambièn puedes leer: EE.UU. haría reingeniería al Éxodo de Mariel y devolverá a Caracas algunos “deportados”
El odio es lo que desborda
El debate sobre la proporcionalidad en la respuesta de Israel es ardiente. La Dra. Laila Farouq, politóloga especializada en conflictos del Medio Oriente, señala: «No se trata de si Israel tiene derecho a defenderse, sino de cómo lo hace. La historia nos muestra que los bloqueos y los asedios rara vez conducen a soluciones pacíficas, sino que agravan el sufrimiento de la población civil.»
Mientras las tensiones se mantengan, la crisis humanitaria en Gaza se agudizará. La comunidad internacional debe intervenir para aliviar el sufrimiento de los civiles y mediar para una solución duradera en una región marcada por décadas de conflicto.