La amnistía en España es un asunto difícil de contemplar desde el exterior. La reciente propuesta del presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez, de amnistiar a los encausados por el procés catalán, ha generado un torbellino de opiniones y debates en la política española.
Esta medida, anunciada el 28 de octubre y seguida por una significativa fotografía del secretario de organización socialista, Santos Cerdán, junto al expresidente catalán Carles Puigdemont, ha desatado interrogantes fundamentales sobre el futuro de España. Santiago Delgado Fernández, profesor titular de Ciencia Política de la Universidad de Granada, nos resuelve «Tres preguntas sobre la amnistía claves para el futuro de España», que abarcan desde su constitucionalidad hasta las implicaciones para la convivencia en el país.
Tres respuestas para la amnistía en España
La primera cuestión es si una ley de amnistía tiene encaje constitucional. Existe un debate entre expertos sobre este punto. Los que se oponen argumentan que, dado que la Constitución no recoge expresamente la amnistía y prohíbe los indultos generales, se deduce que no es constitucionalmente viable. Además, hay pronunciamientos contrarios del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional que refuerzan este argumento. Por otro lado, los defensores de la amnistía en España señalan su inclusión en el artículo 666.4 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la observancia de tratados internacionales suscritos por España. Añaden precedentes históricos y ejemplos en el derecho comparado. El Tribunal Constitucional tendrá la última palabra en este asunto, ya con Sánchez presumiblemente como presidente.
En cuanto a si la amnistía contribuirá a resolver el problema catalán, las opiniones también están divididas. Algunos creen que no será útil, mientras que otros recuerdan los beneficios obtenidos con los indultos concedidos a los condenados por los hechos del 1 de octubre de 2017. Desde entonces, la tensión en Cataluña se ha moderado, y las encuestas reflejan un mayor apoyo a la permanencia de Cataluña en España. Las recientes elecciones generales también mostraron un fuerte respaldo al PSC. Por tanto, la aprobación de una ley de amnistía podría mejorar la situación en Cataluña, aunque esto sigue siendo una incógnita.
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Un poco acerca de los riesgos
La tercera cuestión es si la amnistía pone en riesgo la convivencia en España. La necesidad de los votos de Junts para la investidura de Sánchez ha traído la amnistía a primer plano, un tema que antes de las elecciones era mayoritariamente descartado por los socialistas. Esto ha polarizado a la sociedad española: por un lado, quienes consideran la amnistía una indignidad que socava las instituciones democráticas españolas; por otro, quienes la defienden como necesaria para formar un gobierno progresista. Este desencuentro refleja la antigua división de las dos Españas.
Aunque la amnistía en España puede parecer una solución a corto plazo, como advirtió Ortega y Gasset hace noventa años, el problema catalán no tiene una solución definitiva. Solo podemos aspirar a gestionarlo y convivir con él. Las instituciones de España son fuertes, y su ciudadanía, sensata. Sin embargo, la amnistía plantea desafíos significativos para el futuro de la nación ibérica, desafíos que solo el tiempo y la política podrán resolver.
Ética y moral política
La situación política en España, marcada por la propuesta de amnistía, trasciende el ámbito legal y se adentra en el terreno de la ética y la moral política. El debate sobre la amnistía no se limita a su legalidad, sino que también toca aspectos de justicia y equidad. Para muchos, la medida representa una forma de reconciliación y un paso hacia la resolución de un conflicto prolongado. Sin embargo, para otros, supone una ruptura del principio de igualdad ante la ley y una posible erosión del Estado de Derecho. Este dilema moral refleja una división más profunda en la sociedad española, una división que va más allá de las líneas partidistas y se adentra en el corazón de lo que significa ser español en el siglo XXI.
Desde una perspectiva internacional, la propuesta de amnistía en España también ha atraído la atención de la comunidad europea y global. La Unión Europea, en particular, observa con cautela, ya que cualquier movimiento significativo en la política española tiene potencial para influir en el equilibrio político y social en toda la región. A nivel global, España se presenta como un caso de estudio sobre cómo las democracias modernas pueden manejar desafíos separatistas y tensiones regionales. La respuesta de España a estos desafíos será observada de cerca por otros países que enfrentan situaciones similares.
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Sobre política y economía
Por otro lado, la economía española también podría verse afectada por la decisión de amnistiar a los líderes del procés catalán. Las tensiones políticas tienen una manera de traducirse en incertidumbre económica. Los inversores tanto nacionales como internacionales buscan estabilidad y previsibilidad, y cualquier signo de inestabilidad política puede hacer que se lo piensen dos veces antes de invertir en España. Esto es particularmente relevante en un momento en que España, al igual que el resto del mundo, está tratando de recuperarse de los efectos económicos de la pandemia de COVID-19.
La propuesta de amnistía en España plantea preguntas sobre el futuro de la política española. ¿Cómo afectará esto a las futuras elecciones y al panorama político general? ¿Veremos un aumento en el apoyo a los partidos independentistas en Cataluña, o se fortalecerá la posición de los partidos unionistas? Además, ¿cómo responderán los partidos de derecha y extrema derecha a esta medida? Podrían utilizarla como una herramienta para movilizar a sus bases, lo que podría llevar a una mayor polarización. En resumen, la propuesta de amnistía de Pedro Sánchez no solo es un punto de inflexión para la cuestión catalana, sino también un momento definitorio para la política española en su conjunto.