Monopolios empresariales crecen como monte en los Estados Unidos

Desde el inicio de su mandato, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido crítico con el poder creciente de los monopolios empresariales en el país. De acuerdo con un trabajo de investigación realizado por Vicente Salas Fumás, Profesor Emérito de Organización de Empresas en la Universidad de Zaragoza, y Emilio Huerta Arribas, Catedrático de Gestión de Empresas en la Universidad Pública de Navarra, Estados Unidos está en el proceso de actualizar sus normas sobre competencia empresarial. Biden ha atribuido la concentración de poder económico a la falta de firmeza de los tribunales de justicia estadounidenses en la aplicación de leyes antimonopolio.

El problema está claramente definido: una concentración empresarial excesiva que disminuye la competencia. Y su antídoto es igualmente claro: más y mejor competencia. Sin embargo, el dilema radica en cómo medir esta competencia en un mundo cambiante, definido por la digitalización y la globalización. En respuesta, el Departamento de Justicia (DJ) y la Comisión Federal de Comercio (CFC) han presentado el borrador de una nueva guía para las fusiones corporativas (MG-2023), la primera actualización significativa desde 2010.

Monopolios empresariales

Pero, ¿cuán mal están las cosas realmente? Datos del Economic Policy Institute indican que el 90% del mercado de servicios de búsqueda en Internet está dominado por Google. Facebook controla más del 80% del mercado de redes sociales. En términos de ventas minoristas en línea, Amazon tiene una cuota del 40%. Estos números, de acuerdo con expertos como Lina Khan, presidenta de la Comisión Federal de Comercio, son alarmantes. Según Khan, estos monopolios empresariales no solo inhiben la competencia, sino que también disuaden la innovación y exacerban la desigualdad económica.

Monopolios empresariales
Amazon es una red de ventas que monopoliza una parte de la torta. Ilustración MidJourney

Esa concentración del poder económico también ha atraído la atención de historiadores como Heather Cox Richardson, quien señala que esto recuerda a la era de los barones ladrones a fines del siglo XIX. Según Richardson, la falta de competencia en aquel entonces llevó a una regulación gubernamental más estricta, como la Ley Sherman Antimonopolio de 1890. Sin embargo, advierte que las circunstancias actuales son más complejas debido a la naturaleza global y digital de los negocios modernos.

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Un sistema endeble

Las declaraciones de políticos también refuerzan la preocupación. Bernie Sanders, senador de Vermont, ha cuestionado públicamente la integridad de un sistema que permite a las grandes corporaciones acumular una riqueza y un poder enormes. Mientras que la senadora Elizabeth Warren ha propuesto legislaciones destinadas a desmantelar estos “gigantes tecnológicos”, sugiriendo que han acumulado demasiado poder, en detrimento del consumidor y de las pequeñas empresas.

Es en este contexto que el DJ y la CFC han lanzado su borrador MG-2023 para consulta pública. Entre las nuevas propuestas, se sugiere la implementación de “indicadores de competencia”, diseñados para medir el nivel de competencia en un sector, tomando en cuenta factores modernos como la digitalización y la globalización. Además, busca sancionar más estrictamente las fusiones que resulten en una concentración de mercado superior al 30%. Así evitarían os monopolios empresariales.

Un reconocimiento del probema

El lanzamiento del borrador de MG-2023 representa un reconocimiento por parte de las autoridades de que las reglas antimonopolio deben adaptarse a las complejidades del siglo XXI. Pero el verdadero desafío yace en encontrar un equilibrio que fomente la competencia sin sofocar la innovación. En una economía global cada vez más interconectada y digitalizada, el camino hacia esa solución será sinuoso, y el tiempo para encontrarla es cada vez más corto.

A medida que Estados Unidos avanza en esta complicada encrucijada para acorralar a los monopolios empresariales, los ojos del mundo también están puestos en su trayectoria. Países de Europa y Asia, que también enfrentan desafíos similares con sus propios gigantes corporativos, observan atentamente las medidas que se adoptarán. Si la guía MG-2023 logra establecer un modelo efectivo para mitigar la concentración de poder empresarial sin coartar el espíritu emprendedor, podría sentar un precedente para otras naciones. Pero esto también abre la puerta a tensiones comerciales y geopolíticas, especialmente si las nuevas regulaciones se perciben como una forma de proteccionismo disfrazado.

Monopolios empresariales
Meta es una empresa que tiene la mayor porción de las Redes Sociales. Ilustración MidJourney

¿Asunto de economía interna?

Es claro que el tema de los monopolios empresariales en Estados Unidos no es solo un asunto de economía interna; tiene ramificaciones globales tanto en el ámbito económico como en el político. A medida que los gigantes tecnológicos de EE. UU. expanden su alcance global, el resultado de esta actualización normativa podría reconfigurar el paisaje económico mundial.

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Con un debate que incluye desde economistas y políticos hasta historiadores y expertos en ética, la discusión sobre cómo abordar la creciente concentración empresarial se está convirtiendo en una de las cuestiones más apremiantes de nuestro tiempo. Y en este contexto, las decisiones que tome Estados Unidos en los próximos meses podrían bien marcar un punto de inflexión histórico.

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