En una decisión que ha llamado la atención de la comunidad internacional, el presidente Joe Biden extendió una mano conciliadora al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al invitarlo a Washington. El gesto, que se dio en medio de una tumultuosa Asamblea General de la ONU, ha suscitado una serie de cuestionamientos acerca de las verdaderas intenciones detrás de esta reconciliación.
Este año ha sido particularmente cruento para los palestinos debido a las acciones militares de Israel en Cisjordania. El Instituto de Estudios Palestinos reveló datos que indican que este año ha sido uno de los más mortales para los palestinos en décadas, exacerbando las tensiones en la región. La comunidad internacional ha estado observando de cerca, y las protestas en Israel contra los intentos de Netanyahu de remodelar el poder judicial del país no han pasado desapercibidas.
Benjamín Netanyahu
Desde el Foro Global para la Democracia y los Derechos Humanos, se ha destacado la inquietud por el giro de Israel hacia políticas que pueden interpretarse como antidemocráticas. Su directora, Alice Hamilton, señaló: “No podemos hacer la vista gorda ante cambios estructurales que ponen en riesgo la esencia de la democracia en cualquier nación. La independencia del poder judicial es fundamental para mantener un sistema equitativo y justo.»
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Los comentarios de Biden al comienzo de la reunión con Benjamín Netanyahu mostraron que, a pesar de la invitación, no se está escatimando en abordar los problemas de fondo. El giro a la derecha de Israel y los cambios propuestos en su sistema judicial han sido una piedra en el zapato para la administración Biden, quien ha sido históricamente un defensor acérrimo de Israel.
Importancia del nexo
El historiador y experto en relaciones entre Estados Unidos e Israel, el Dr. Leonard Cohen, opina: «A lo largo de las décadas, la relación entre EE. UU. e Israel ha sido una mezcla compleja de política, economía y, por supuesto, la historia compartida y valores comunes. Aunque Joe Biden y Benjamín Netanyahu puedan tener diferencias, ambos líderes entienden la importancia estratégica de mantener la relación bilateral».
La cuestión palestina y el intento de Israel de debilitar su poder judicial no son los únicos puntos en la agenda. La amenaza nuclear de Irán, un asunto en el que ambos líderes encuentran más terreno común, es una preocupación primordial. De hecho, fuentes gubernamentales han indicado que la discusión sobre Irán fue particularmente enfática, evidenciando la preocupación mutua sobre la estabilidad en la región.
La cooperación abre puertas
Otro punto de convergencia es la cooperación tecnológica. En años recientes, Israel se ha convertido en un hub tecnológico, y la colaboración entre ambos países en este ámbito se ha intensificado. Tal colaboración, según políticos como Sara Goldstein, no solo es beneficiosa desde el punto de vista económico, sino que “fortalece los lazos y crea puentes donde la política puede haber construido muros”.
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Aunque la relación entre Joe Biden y Benjamín Netanyahu puede describirse como fría en el mejor de los casos, las palabras del presidente estadounidense previas a la reunión subrayaron la importancia fundamental de Israel: «Creo que, sin Israel, no hay un solo judío en el mundo que esté seguro. Israel es esencial”. Estas palabras reflejan la profunda conexión y el compromiso de Estados Unidos con la seguridad y el bienestar de Israel, a pesar de las diferencias políticas y los desafíos presentes.
Lo que resulta evidente es que esta reunión, lejos de ser una simple formalidad, es un intento genuino de abordar cuestiones espinosas y avanzar hacia una solución que beneficie a ambas naciones y, por extensión, a la paz en la región. La comunidad internacional estará observando de cerca, esperando que los dos líderes puedan encontrar un camino hacia la reconciliación y la cooperación mutua.