El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha acusado a la Voz de América (VOA), una plataforma informativa financiada por el gobierno de Estados Unidos, de liderar una «campaña informativa sostenida» que pone en tela de juicio su administración, resaltando aspectos negativos de Venezuela. Pero, ¿es realmente la VOA el peor enemigo de Maduro, o son sus propias políticas las que han llevado a la crítica?
Según el Barómetro Global de la Corrupción de Transparencia Internacional, Venezuela ha sido consistentemente calificada como uno de los países más corruptos de América Latina. Además, datos del FMI muestran que la economía venezolana se contrajo un 65% entre 2013 y 2020. En este contexto, algunos expertos argumentan que la gestión de Maduro proporciona suficiente material para la crítica, sin necesidad de campañas mediáticas externas.
Voz de América
Chris Sabatini, profesor de la Universidad de Columbia y experto en políticas latinoamericanas, sostiene que «la gestión de Maduro ha resultado en una crisis económica, social y política que habla por sí misma. Los medios, incluida la VOA, simplemente están informando sobre una realidad difícil de ignorar».
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Por otro lado, el gobierno de Maduro argumenta que las críticas son parte de una agenda política más amplia para desestabilizar el país. Yván Eduardo Gil Pinto, canciller de Venezuela, declaró que «la Voz de América no es un medio de comunicación, sino un instrumento de guerra psicológica que busca cambiar el régimen».
VOA sin pegada en Venezuela
Aunque la Voz de América, que llega a más de 236 millones de personas a nivel mundial, indudablemente tiene un gran alcance, la influencia directa sobre la opinión pública venezolana es objeto de debate. Según una encuesta de Datanálisis, solo un 8% de los venezolanos consume noticias de medios internacionales como la VOA, prefiriendo en su mayoría fuentes locales y redes sociales para mantenerse informados.
En términos históricos, la relación entre medios de comunicación estadounidenses y gobiernos extranjeros ha sido compleja. El historiador Stephen Kinzer señala que «durante la Guerra Fría, la VOA fue un actor clave en la batalla ideológica, pero su efectividad real en cambiar regímenes o políticas es difícil de medir».
Sobre la libertad de prensa
La ONG Reporteros Sin Fronteras, que evalúa la libertad de prensa en el mundo, también añade complejidad al tema. Según su índice de 2022, Venezuela se encuentra en el puesto 159 de 180 países en cuanto a libertad de prensa. El informe señala que el gobierno de Maduro ha utilizado la falta de transparencia y las leyes restrictivas para limitar la cobertura mediática independiente. En este sentido, la presencia de plataformas como la VOA podría interpretarse como un intento de equilibrar la narrativa.
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Es difícil concluir si la Voz de América es el «peor enemigo» de Nicolás Maduro. Lo que sí es cierto es que la crítica mediática hacia su régimen se alimenta tanto de informaciones externas como de una realidad interna que, según numerosos indicadores, apunta a serios desafíos de gobernabilidad, corrupción y crisis económica.
Lo que queda claro es que la «guerra informativa» es solo una capa en la compleja relación entre Venezuela y Estados Unidos, y entre Nicolás Maduro y sus críticos, tanto dentro como fuera de Venezuela. Sin embargo, hasta que no se aborden los problemas fundamentales que aquejan al país, la cuestión de quién es el peor enemigo de Maduro seguirá siendo más un tema de debate que una respuesta definitiva.