Hay un nicho donde el mundo puede colocar su dinero y echarse a dormir en espera de ingresos pasivos: las startups venezolanas. El talento en Venezuela está represado por las barreras económicas que impone un entorno político y financiero turbulento. El país, alguna vez próspero y uno de los líderes económicos de Latinoamérica, ha sufrido un desplome económico devastador en la última década, acompañado de una diáspora masiva.
Sin embargo, los cerebros que han optado por quedarse, contra todo pronóstico, se han sumido en un vibrante ecosistema de startups que están dispuestas a cambiar el panorama. Este es un mundo donde una necesidad encuentra una solución y esa solución se transforma en dinero.
Startups venezolanas
Las estadísticas del Banco Mundial muestran que Venezuela está entre los países más difíciles para hacer negocios en el mundo, clasificando en el puesto 188 de 190 países en su informe Doing Business 2020.
Sin embargo, las mismas barreras que han obstaculizado el desarrollo económico tradicional están impulsando una forma de creatividad y emprendimiento sin precedentes. La Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios de Venezuela (ANJEV) sugiere que el número de startups venezolanas ha aumentado en más de un 200% en los últimos cinco años, y muchos de estos proyectos están encontrando una rápida adopción y crecimiento.
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«El talento venezolano es resiliente y creativo. Donde otros ven problemas, nosotros vemos oportunidades», afirma Carlos Fernández, CEO de una startup local que desarrolla soluciones de inteligencia artificial aplicada a la agricultura. Su empresa ha captado recientemente una inversión de 2 millones de dólares por parte de fondos internacionales. «El retorno de la inversión en startups venezolanas puede ser exponencialmente más alto que en otros mercados más saturados», agrega.
Finanzas, energía y salud
Los sectores de tecnología financiera, energías renovables y salud digital son algunos de los nichos que están demostrando mayor potencial. Las remesas, por ejemplo, son una fuente vital de ingresos para millones de venezolanos. Empresas emergentes que ofrecen soluciones en este espacio están facilitando transacciones más seguras y eficientes, lo que a su vez atrae a inversores que buscan ganancias sólidas y sostenibles.
Además, organismos gubernamentales como el Ministerio de Ciencia y Tecnología están ofreciendo incentivos fiscales para fomentar la inversión en startups venezolanas, una señal de reconocimiento del valor que este ecosistema puede aportar a la economía del país.
El ingenio y as crisis
Rafael Solórzano, historiador y politólogo, destaca que «en momentos de crisis, la innovación siempre ha encontrado un camino en la historia de Venezuela. Desde Simón Bolívar hasta los actuales emprendedores, los venezolanos han demostrado un espíritu de resistencia y adaptabilidad que parece florecer incluso en las circunstancias más adversas».
El riesgo, por supuesto, no es insignificante. La volatilidad política y económica presenta desafíos que no pueden ser ignorados. No obstante, la relación riesgo-recompensa en el emergente sector de startups venezolanas inclina la balanza hacia el potencial de recompensas significativas.
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Crunchbase informa
Varias firmas internacionales de capital de riesgo ya están apostando por el talento local. Según un informe de Crunchbase, la inversión extranjera en startups venezolanas se ha cuadruplicado en los últimos dos años, un indicador más que sugiere que estamos ante una oportunidad de oro.
No se trata solo de un acto caritativo o una apuesta arriesgada, sino de una oportunidad tangible de inversión con un gran potencial de rendimiento. Invertir en startups venezolanas es una forma de participar en una historia de transformación y resiliencia, donde el talento local tiene la capacidad no solo de cambiar su propio destino, sino también de ofrecer ganancias exponenciales a aquellos que se atrevan a invertir en el futuro del país. Con el adecuado asesoramiento y estrategia, los inversores tienen aquí una oportunidad única de ir de cero a héroe.