¿Cómo reflotar la economía venezolana? La nación caribeña ha alcanzado niveles críticos en la última década, marcada por la caída de la empresa petrolera, la hiperinflación y las distorsiones macroeconómicas. A pesar de la adversidad, los venezolanos han buscado en el comercio una especie de tabla salvavidas, un mecanismo para sobrevivir ante la asfixiante crisis. Pero, ¿puede realmente el comercio ser el salvavidas que reflote la economía venezolana? Y si es así, ¿qué plan de acción se requiere?
Para empezar, es importante entender que no se trata solo de un aumento en la actividad comercial, sino de establecer un comercio formal, ordenado y con visión a largo plazo. Según el Banco Mundial, en los últimos años, Venezuela ha visto un crecimiento exponencial en el comercio informal, con más de 60% de los trabajadores involucrados en actividades no registradas. Esta falta de regulación no solo desprotege al comerciante, sino que tampoco genera ingresos fiscales para el país.
Reflotar la economía venezolana
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la recuperación económica de Venezuela debe basarse en un enfoque multisectorial. El comercio, siendo uno de los sectores más resilientes, debería ser central en este esfuerzo.
La Historiadora Lourdes Rodríguez comenta: “La historia nos muestra que los países que han logrado superar crisis similares han apostado por el fortalecimiento de sectores tradicionales, pero también por la diversificación económica. El comercio puede ser ese puente entre lo tradicional y lo nuevo”. Desde luego que el comercio puede ayudar a reflotar la economía venezolana, pero solo en una parte de la compleja fórmula económica que se requiere para rescatar a la nación.
Hablando de milagros
Si el tema es hacer reflotar la economía venezolana hay muchos casos por citar. Es un lugar común comparar a Venezuela con una nación arruinada por la guerra. De allí que este símil embone. Uno de los ejemplos más citados en la academia es el «Milagro Alemán« tras la Segunda Guerra Mundial.
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Alemania, devastada por la guerra, puso en marcha un plan económico basado en la liberalización del comercio, reformas monetarias y estímulo a la producción local. Como menciona el político y economista Rodrigo Sánchez, “Venezuela tiene la oportunidad de hacer algo similar, adaptado a su contexto. Se trata de combinar políticas de estabilización macroeconómica con estrategias de fomento al comercio”.
Existen algunas propuestas clave que podrían formar parte de este plan de acción:
- Estabilización macroeconómica: Incluyendo reformas monetarias para combatir la hiperinflación, políticas fiscales responsables y regulaciones que promuevan la inversión extranjera.
- Formalización del comercio: A través de incentivos fiscales y facilidades para la creación de empresas, se podría motivar a los comerciantes informales a ingresar al sistema formal, generando así ingresos para el Estado y brindando protección legal a los trabajadores.
- Capacitación y educación: Los organismos gubernamentales deben proporcionar capacitación en habilidades comerciales, técnicas y tecnológicas, permitiendo a los comerciantes adaptarse a las demandas del mercado moderno.
- Inversión en infraestructura: Mejorar las vías de transporte, los puertos y la logística interna es esencial para impulsar un comercio eficiente.
Tres consejos más
Para reflotar la economía venezolana el plan debe partir de una estructura bien engranada. Asimismo, a ecuación tiempo debe ser considerada porque las cosas difíciles pueden que se hagan en tiempo récord, pero los milagros tardan un poco más.
- Diversificación de mercados: Es fundamental que Venezuela expanda sus horizontes comerciales, buscando acuerdos con otros países y regiones.
- Apoyo a la innovación y el emprendimiento: A través de fondos y facilidades crediticias, el gobierno puede estimular la creación de nuevas empresas y soluciones comerciales.
- Integración regional: La adhesión a bloques comerciales y la búsqueda de acuerdos bilaterales puede fortalecer la posición de Venezuela en el escenario internacional.
Si bien el comercio por sí solo no puede ser la única solución a la crisis venezolana, con un plan de acción bien ejecutado, podría ser el cimiento sobre el cual se construye la recuperación económica. Como concluye el experto en política económica Alberto Marín, “El comercio no es la panacea, pero es un paso esencial en el largo camino hacia la recuperación de Venezuela”. Es tiempo de que las propuestas se transformen en acciones concretas.
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El recurso humano es importante
Sin duda, una pieza esencial en este rompecabezas es el capital humano. A pesar de la emigración masiva de venezolanos en los últimos años, muchos de los que permanecen tienen la determinación, resiliencia y habilidades necesarias para revitalizar el comercio. Este grupo, combinado con la diáspora que puede aportar conexiones, experiencias y capital externo, tiene el potencial de transformar el panorama comercial de Venezuela. Es imprescindible crear programas que vinculen a los venezolanos en el extranjero con los esfuerzos de recuperación en el interior, asegurando que la riqueza de conocimientos y recursos de la diáspora se utilice para beneficio del país.
Por otro lado, el sector privado también debe jugar un papel protagónico para reflotar la economía venezolana. Las alianzas público-privadas pueden ser el medio para dinamizar la economía, ofreciendo soluciones rápidas y eficientes ante los desafíos que presenta el comercio en Venezuela. Empresas nacionales e internacionales, al ver un marco legal y económico estable y atractivo, pueden decidirse a invertir en el país, generando empleo y fortaleciendo la cadena productiva. El éxito de este plan de acción dependerá en gran medida de la colaboración y el compromiso de todos los actores involucrados, desde el ciudadano común hasta los líderes nacionales e internacionales.