Presos estadounidenses en Venezuela se quejan de la «precisión» de Marcos Rubio.

La expresión utilizada por el senador Marco Rubio al describir como una operación de «precisión» la salida de cinco opositores venezolanos refugiados durante más de un año en la embajada argentina en Caracas no ha dejado indiferente a nadie. Especialmente a los presos estadounidenses en Venezuela, quienes han interpretado las palabras del político republicano como una muestra del escaso interés que tiene el gobierno de su país por su suerte, en contraste con la atención que reciben los líderes políticos venezolanos.

El caso que generó esta reacción fue expuesto originalmente por la periodista Genevieve Glatsky, corresponsal en Bogotá del prestigioso diario estadounidense The New York Times. Glatsky, quien cubre temas vinculados a política exterior, narcotráfico, derechos humanos y asuntos culturales en países como Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Guyana y Surinam, publicó recientemente un artículo titulado: «Líderes de la oposición venezolana huyen de Caracas a EE.UU.», en el que documenta cómo el gobierno de Estados Unidos anunció la llegada a territorio norteamericano de cinco importantes opositores venezolanos.

Presos estadounidenses en Venezuela

Los presos estadounidenses en Venezuela consideran que las palabras empleadas por Marco Rubio fueron inapropiadas y evidencian que, para la administración republicana, ellos ocupan un lugar secundario en las prioridades diplomáticas. Rubio calificó la operación como un «exitoso rescate» y una «operación precisa», lo cual levantó protestas inmediatas de los familiares y activistas estadounidenses que reclaman mayor esfuerzo del gobierno para la liberación de los detenidos estadounidenses que continúan en cárceles venezolanas.

Los presos estadounidenses en Venezuela consideran que las palabras empleadas por Marco Rubio fueron inapropiadas y evidencian que, para la administración republicana, ellos ocupan un lugar secundario en las prioridades diplomáticas. Ilustración MidJourney

Para muchos familiares de estos detenidos, las declaraciones del senador Rubio son especialmente dolorosas porque transmiten la impresión de que la administración estadounidense está más preocupada por los intereses políticos relacionados con Venezuela que por la seguridad y el bienestar de ciudadanos norteamericanos encarcelados injustamente en ese país. Según cifras de organizaciones como Foro Penal, se calcula que al menos 10 presos estadounidenses en Venezuela permanecen bajo arresto, algunos de ellos acusados por el régimen de Maduro de espionaje o sabotaje, cargos que Estados Unidos considera completamente infundados.

Una evidente desatención

El descontento surge precisamente porque los presos estadounidenses en Venezuela observan cómo la atención internacional y los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos se han centrado en la liberación de los líderes políticos venezolanos, quienes efectivamente lograron abandonar la embajada argentina tras 412 días de confinamiento, periodo en el cual enfrentaron amenazas, restricciones de agua, alimentos y electricidad, además del constante asedio de las fuerzas de seguridad venezolanas.

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Aunque el gobierno estadounidense celebró la llegada a su país de los dirigentes opositores Pedro Urruchurtu, Magalli Meda, Humberto Villalobos, Claudia Macero y Omar González, esta acción ha avivado las críticas de las familias que ven cómo sus seres queridos permanecen tras las rejas sin recibir el mismo nivel de atención y gestión diplomática directa.

Presos norteamericanos en Venezuela han sido descritos en múltiples ocasiones por defensores y familiares como «monedas de cambio» empleadas por el régimen venezolano para negociar ventajas diplomáticas con Estados Unidos, especialmente en el contexto actual, donde Venezuela busca apaciguar las sanciones estadounidenses y mantener la licencia operativa de la petrolera Chevron, cuya renovación depende de Washington.

Se sugiere una negociación

La situación de tensión entre ambos países se mantiene latente desde el gobierno de Donald Trump, quien ha jugado con la posibilidad de reimponer sanciones petroleras más severas sobre Venezuela. Precisamente, el anuncio sobre la liberación de los opositores venezolanos llega en un momento clave, semanas antes de la posible renovación de la licencia de Chevron para operar en Venezuela, lo que ha alimentado aún más la percepción entre las familias de presos estadounidenses en Venezuela de que la libertad de los suyos no es una prioridad frente a los juegos geopolíticos.

Mientras tanto, los líderes opositores que ahora se encuentran en Estados Unidos fueron reconocidos por Rubio como “héroes venezolanos” que dirigieron desde su confinamiento diplomático una histórica campaña presidencial en favor del candidato Edmundo González, cuya victoria fue ignorada por Nicolás Maduro. Este reconocimiento también ha causado malestar entre las familias estadounidenses afectadas, ya que sienten que el término «héroes» ignora injustamente la lucha silenciosa de sus familiares presos en condiciones severas.

Para muchos familiares de estos detenidos, las declaraciones del senador Rubio son especialmente dolorosas porque transmiten la impresión de que la administración estadounidense está más preocupada por los intereses políticos relacionados con Venezuela que por la seguridad y el bienestar de ciudadanos norteamericanos encarcelados injustamente en ese país. Ilustración MidJourney.

Reclaman igualdad de trato

Los presos estadounidenses en Venezuela reclaman igualdad de trato y mayor contundencia en la actuación diplomática de su país. Alegan que durante los últimos años la diplomacia estadounidense ha negociado la liberación de varios detenidos, pero que las acciones recientes parecen responder más a criterios políticos estratégicos que a verdaderas razones humanitarias.

Esta problemática ha cobrado especial relevancia dado el contexto de deterioro institucional y democrático en Venezuela, ampliamente documentado por la periodista Genevieve Glatsky en sus reportajes. Glatsky, en su artículo original para The New York Times, destacó cómo el gobierno de Maduro manipula las detenciones políticas como una herramienta de negociación. Este enfoque explica en gran medida la frustración de los presos estadounidenses en Venezuela al observar cómo la reciente liberación de los líderes venezolanos parece corresponder a intereses específicos de Estados Unidos relacionados con sanciones económicas más que a esfuerzos genuinos de protección de derechos humanos.

Entre los familiares de los detenidos, la sensación de abandono se intensifica con episodios como estos. Al mencionar Rubio que se trató de una «operación precisa», los familiares estadounidenses denuncian que se menosprecia implícitamente la prolongada espera y la incertidumbre constante en la que viven, lo que convierte a esta precisión en algo más simbólico que práctico para sus seres queridos aún detenidos.

Doble rasero en la narrativa oficial

Los presos estadounidenses en Venezuela sienten además que existe un doble rasero en la narrativa oficial, dado que mientras los políticos venezolanos son llamados «héroes» y su liberación se celebra públicamente como un triunfo diplomático, sus propias historias permanecen casi desconocidas y relegadas al anonimato mediático.

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La corresponsal Glatsky, experta en los temas venezolanos, resalta en su reportaje original cómo la situación de estos detenidos estadounidenses se ve relegada al segundo plano frente a intereses políticos más amplios, mientras las familias se sienten cada vez más frustradas por el tratamiento diferenciado que observan.

No son una prioridad

Para estas familias, las recientes declaraciones del senador Rubio no son un simple malentendido diplomático, sino la confirmación de que la liberación de sus familiares no será una prioridad para la diplomacia estadounidense hasta que coincida con intereses estratégicos más amplios. Esa visión pesimista ha ganado terreno especialmente luego de ver cómo el gobierno estadounidense priorizó la salida de los políticos venezolanos por encima de sus compatriotas detenidos.

Los presos estadounidenses en Venezuela esperan ahora que la controversia generada por las palabras del senador Marco Rubio sirva, paradójicamente, para atraer mayor atención mediática hacia su situación y quizás así lograr que el gobierno de Estados Unidos reconozca finalmente su sufrimiento como prioridad política y diplomática. Sin embargo, la frustración prevalece en un escenario donde la geopolítica y la diplomacia parecen definir quién merece más la libertad.

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