José Antonio Gil Yepes, Director de @Datanalisis y Presidente de @ACCDVenezuela, considera que si deseamos «una nueva Venezuela» debemos instalar en nuestra sociedad la virtud de la cooperación. Dice: «Necesitamos construir el mito de la interdependencia entre seres y sectores organizados capaces y cuyas libertades y derechos sólo tengan como límite las libertades y derechos de los demás y el principio de la Solidaridad Voluntaria. Necesitamos un gobierno horizontal, efectivamente pluralista y democrático que se proponga escucharnos, respetarnos e enriquecernos a todos. Para poder tener éxito necesitamos cooperar.»
Los mayores niveles de vida que se observan en la humanidad se concentran en los países desarrollados, los cuales se caracterizan por compartir tres mitos: la Democracia Pluralista (no la Popular-Autoritaria); y el Capitalismo con Responsabilidad Social. Aunque estos dos mitos presentan fallas, la mayoría de los habitantes de esos países llamados desarrollados creen en ellos. Por el contrario, en todos los países subdesarrollados se observa que ninguno tiene una Democracia efectivamente pluralista y, en lo económico, la mayoría de los países pobres son estatistas y descalifican la propiedad y la empresa privada. Los pocos que gobiernan ofrecen repartos de riqueza (en vez de enseñar a pescar) o venganzas reivindicativas de quienes (supuestamente) explotaron a los pobres.
La cooperación en el genoma social
Si Venezuela se ha encontrado históricamente entre los países subdesarrollados, lo inteligente y sensato es cambiar inventándonos otros mitos. Uno donde la colaboración sea la llave que abra las puertas de nuestras cárceles de pensamiento actual y las que podamos generar en el futuro. En este sentido José Antonio Gil Yepes se imagina esta Nueva Venezuela:
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“Ciudadanos, orgullosos de ser venezolanos, hablamos de lo bueno de nuestra historia, personajes destacados mundialmente, recursos, productos, y le bajamos dos a la autocrítica. Integremos a todos los personajes que han sido factores de cambio en nuestra historia. Nos gusten o no, han sido héroes para muchos”.
“Démosle vuelta al mito del petróleo: En vez de creernos que somos ricos, planteémonos que tenemos que “sembrarlo” para dejar de ser una país rentista y mono exportador. Este vuelco no sólo induce la riqueza, sino que también nos hace más democráticos, porque la diversificación de las fuentes de poder económico acarrea la diversificación de las fuentes de poder político”.
Direcciones de economía
“En nombre de la cooperación, debemos ‘sustituir el mito’ de los ‘Ajustes de la Economía’ mediante restricciones monetarias (en gasto público, crédito bancario, tasas de interés, impuestos, devaluaciones abruptas, etc.), mito que nunca ha producido resultados estables, por el de la ‘Reestructuración de la Economía’, mediante la cual basaríamos la lucha contra la inflación en el incremento de la productividad. Para ello necesitamos invertir y producir más, liberando el crédito, democratizando el capital de las empresas del Estado, orientar el comercio exterior según aranceles comparables a los de los países con los que comerciamos o en tratados de libre comercio; no en cero aranceles ni, mucho menos, en contrabando apadrinado por personajes influyentes”.
“Rescatemos la descentralización político-administrativa, para mejorar potenciar las sociedades regionales, nuestros servicios públicos y la rendición de cuentas. Podemos ser en un país multimoneda. Así bajaría la inflación ‘de la noche a la mañana’ y podríamos prestar las divisas depositadas en cuentas en custodia. Por favor, no creamos que por prestar a menores tasas de interés a ciertos sectores se produciría más. El problema de esos sectores no es el monto de la tasa, sino que no hay crédito suficiente y terminan endeudándose a tasas escandalosas en fuentes informales o desmotivando a la banca a prestarles si la obligan a prestar a tasas ‘preferenciales’”.
Acerca de los binomios
“A nivel de relaciones gobierno-empresa, la colaboración debe ser un valor intrínseco. Necesitamos destacar y valorar que estamos mejorando en la generación de acuerdos efectivos, por encima de reuniones interminables e inconsecuentes. Destaquemos que, a nivel de relaciones empresa-empresa, cada vez más se generan alianzas que van desde casos como el de las marcas propias de Farmatodo producidas por excelentes industriales nacionales, como Puríssima, o el caso de la leche La Pastora y Convelac, hasta ejemplos de nivel mundial como el de ASOPROCO, la asociación de productores de camarones cuya exportación anual ya pasa los US $ 1.000 millones y su producción se ha extendido hasta el cangrejo azul, la tilapia (cultivada por los productores de arroz) y la producción para la exportación de frutas tropicales exóticas de alto valor”.
“Tenemos la oportunidad de generar relaciones entre empresas y los múltiples sectores, públicos y privados, a nivel de localidades y regiones mediante proyectos de Mercadeo de Localidades para estimular la inversión, productividad, competitividad y exportaciones promoviendo las cadenas de producción más competitivas de cada región. Tenemos la enorme oportunidad de crear un movimiento de ‘Compre Venezolano’ y su complemento ‘Marca País’ con base en las excelentes marcas que producimos”.
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Es necesaria una nueva Venezuela
En el camino hacia esta nueva Venezuela, la colaboración se erige como un pilar fundamental. La visión de José Antonio Gil Yepes de una sociedad interdependiente, donde la cooperación sea la norma y los derechos individuales se respeten como parte de un tejido social más amplio, es una idea que merece ser explorada y adoptada.
Para alcanzar esta nueva visión, es esencial que los venezolanos se enorgullezcan de su identidad y de los aspectos positivos de su historia. Reconocer a los héroes y líderes que han contribuido al país, independientemente de las diferencias políticas o personales, es un paso hacia la unidad y la colaboración. Además, es crucial cambiar la mentalidad de la riqueza petrolera y adoptar un enfoque más diversificado de la economía, fomentando la democracia económica y política.