En el apogeo de la hiperinflación venezolana, muchos artistas nacionales como internacionales, declararon abiertamente que no volverían a Caracas mientras Nicolás Maduro estuviera en el poder. Sin embargo, en un giro sorprendente, varios de ellos están regresando, y sus conciertos están agotando entradas en tiempo récord. ¿Qué cambió?
Hace apenas unos años, el escenario musical y cultural de Caracas estaba sumido en el silencio. Las grandes estrellas de la música, que alguna vez llenaron estadios y arenas, optaron por retirarse en solidaridad con el pueblo venezolano o en protesta contra el régimen de Maduro.
El mundo observó cómo artistas de la talla de Juanes, Shakira y Ricardo Arjona, entre otros, evitaban el país en sus giras latinoamericanas. De igual forma, artistas nacionales, como Ricardo Montaner y Chino y Nacho, que habían jurado no volver, ahora anuncian fechas de conciertos.
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Artistas nacionales reaparecen
Pero, ¿qué ha llevado a este cambio de actitud? Según la socióloga y experta en cultura pop, Marina Rodríguez, “Venezuela, a pesar de sus dificultades, nunca perdió su amor por la música y el entretenimiento. Lo que estamos viendo ahora es una combinación de factores. Primero, la situación en el país ha mostrado indicios de estabilidad, aunque sea relativa. Segundo, el mercado musical y cultural está ávido de entretenimiento en vivo después de años de sequía”. Los primeros en dar un paso al frente han sido los artistas nacionales.
El Ministerio de Cultura venezolano ha informado de un aumento del 60% en las solicitudes de permisos para eventos y conciertos en el último año, lo que indica que la capital se está convirtiendo nuevamente en un punto de referencia para las giras de artistas. Esta renovada actividad ha generado empleo para técnicos, productores y otros profesionales del espectáculo, que se habían visto obligados a emigrar o cambiar de oficio debido a la crisis.
Hasta la muerte
No obstante, hay quienes cuestionan la moralidad de esta decisión. No toleran que artistas nacionales o internacionales vengan a trabajar al país. El historiador Rafael Vargas sostiene que «el regreso de estos artistas, aunque puede parecer un signo de normalidad, no debe obviar la realidad política y social que todavía vive Venezuela. Muchos venezolanos lo ven como un intento de olvidar o minimizar las atrocidades cometidas durante los años más duros de la crisis».
Al respecto, artistas como Alejandro Sanz, quien se pronunció fuertemente en contra del régimen de Maduro y prometió no volver hasta que la situación cambie, ha mantenido su postura. A través de sus redes sociales, comentó: «Venezuela tiene un lugar especial en mi corazón. Mi ausencia no es contra su gente, sino contra quienes han causado tanto dolor».
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En contraste, el reguetonero Maluma, que regresará a Caracas en 2024, expresó en una conferencia de prensa: «Mi misión es llevar alegría, música y esperanza. No soy político, soy artista. Estoy aquí por mis fans». De igual forma se sabe que el gran Luis Miguel ya vendió toda la boletería de un concierto que dará el 12 de febrero de 2024 en Caracas.
Por otro lado, artistas de gran popularidad nacional jamás dejaron de trabajar por el público del país. Como ejemplo están Er Conde del Guácharo. Emmanuel, Hombres G, Sin Bandera, Fonseca, Karina, solo por nombrar algunos, ya llenaron plazas en Venezuela.
Opiniones divididas
Las opiniones están divididas, pero lo cierto es que la capital venezolana vibra nuevamente al ritmo de la música en vivo. Las luces de los escenarios brillan, los sonidos retumban en los estadios y la gente, aunque por unas horas, puede olvidar y disfrutar. Los artistas nacionales que no emigraron vuelven a laboral y los que se fueron, tienen espacio en e cartel de entretenimiento.
«El arte y la cultura tienen el poder de sanar, unir y motivar a las personas, incluso en los tiempos más oscuros», dice Patricia Gómez, especialista en gestión cultural. «Esperamos que este resurgimiento sea un indicador de un futuro más prometedor para Venezuela».
Con cada entrada vendida, con cada nota musical y con cada aplauso, Caracas demuestra que, a pesar de los desafíos, su espíritu sigue vivo y su pasión por la música es inquebrantable.