Soldados robóticos de EE.UU.: Venezuela sería el lugar ideal para probarlos

¿Soldados robóticos y autónomos? Estas dos cualidades parecen gustarle a la oposición caraqueña, que piensa que Venezuela sería el lugar ideal para probar a estos combatientes de “hojalata”. Esta actitud no es extraña, debido a que la solicitud de una intervención militar de EE.UU. en tierras donde Bolívar nació, es un anhelo para los que están en la acera contraria del chavismo.

A lo largo de la última década, el crecimiento exponencial de la inversión militar en Estados Unidos ha sorprendido a expertos y analistas. El Pentágono, con su mirada puesta en el futuro de la guerra, ha destinado enormes recursos al desarrollo de combatientes robóticos y autónomos. Estas máquinas, lejos de ser simples herramientas, representan una nueva era en la estrategia militar: no solo podrían suplantar la presencia humana en los campos de batalla, sino que también podrían tener un efecto psicológico devastador sobre el enemigo, al enfrentarse no a personas, sino a máquinas de guerra.

Soldados robóticos rumbo a Caracas

Las voces dentro del Departamento de Defensa sugieren que el futuro del combate podría no necesitar la intervención humana directa. El Dr. Arnold Garrison, experto en robótica militar de la Universidad de Harvard, nos dice: «Imagínese un escenario donde la primera línea de combate no implique la pérdida de vidas humanas, donde los robots pueden ser programados con una precisión quirúrgica para neutralizar objetivos específicos. Esa es la dirección en la que nos estamos moviendo».

Soldados Robóticos
Probarlos en Venezuela sería una vergonzosa temeridad. Ilustración MidJourney

Sin embargo, la mera existencia de esta tecnología plantea interrogantes éticas y morales. ¿Qué significa dejar la toma de decisiones de vida o muerte en manos de una máquina? Tan solo son soldados robóticos. ¿Dónde queda la responsabilidad humana? Organismos internacionales ya han comenzado a debatir sobre la reglamentación y posibles tratados que limiten el uso de robots autónomos en conflictos.

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Falta voluntad política en Washington

Con el posible ascenso de Donald Trump en 2024, algunos políticos venezolanos de la oposición ven una oportunidad. Según fuentes cercanas, hay quienes consideran que Venezuela, debido a su situación política y el deseo de algunos sectores de acabar con el régimen chavista, podría convertirse en el «campo de pruebas» perfecto para estos soldados robóticos. Solo falta a voluntad política de Washigton, porque los políticos de oposición venezolanos ven el panorama claro.

Carlos Eduardo, analista político venezolano, comenta: «Es un escenario preocupante. Por un lado, hay una parte de la oposición que ansía cualquier intervención que ponga fin a la situación actual. Pero, ¿a qué costo? Introducir una tecnología de combate tan avanzada y potencialmente devastadora podría tener repercusiones impredecibles para la población civil».

Conmigo o en mi contra

Es innegable que la demostración de poderío tecnológico militar podría jugar un papel disuasorio. El mero hecho de enfrentarse a soldados robóticos, máquinas, que no sienten miedo, fatiga o moralidad, es un elemento de desmoralización para cualquier ejército. Sin embargo, si bien la eficacia de estos robots podría ser indiscutible en el combate, las consecuencias políticas, sociales y éticas de su uso en un escenario real aún son inciertas.

Sin embargo, los opositores, los que sufren en el país, no los que viven en el extranjero haciendo arengas, desean una solución a la eternización del chavismo en el poder. Ellos, aunque no tienen la mínima idea de lo que es una guerra, la desea, alimentan un espíritu fratricida en nombre del pasado, olvidando incluso que ellos fueron parte del problema y que lo siguen siendo.

Soldados Robóticos
Las máquinas pueden ser incluso del tipo antropomórficas. Ilustración MidJourney

Los derechos humanos primero

Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos ya han expresado su preocupación. Amnistía Internacional declaró en un comunicado: «La utilización de máquinas autónomas en conflictos representa un peligro sin precedentes para la vida humana. Es imperativo que la comunidad internacional actúe ahora para establecer límites claros y prohibiciones». De allí que el anhelo de ver soldados robóticos tomar el Palacio de Miraflores es un asunto delirante.

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A medida que se acerca 2024, el mundo observa con expectación. La situación en Venezuela, ya compleja de por sí, podría ser el escenario de una nueva era de conflictos donde las máquinas, y no los humanos, lideren la vanguardia. La pregunta es, ¿está el mundo listo para ello?

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