Hacerse rico en un chasquido es el deseo de todos en este mundo digital

El sueño de hacerse rico en un chasquido, siempre ha estado presente en la psique humana. Sin embargo, el advenimiento de la era digital ha llevado esta aspiración a niveles nunca antes vistos.

Redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube están inundadas de ‘influencers’ que prometen fórmulas mágicas para alcanzar la riqueza en un abrir y cerrar de ojos. Con la llegada de la Inteligencia Artificial, esta promesa parece estar más al alcance que nunca. Pero, ¿cuánta realidad hay detrás de esta percepción?

Hacerse rico en un chasquido

Diversos estudios, como el realizado por el Pew Research Center, han mostrado que, aunque la digitalización ha creado oportunidades económicas sin precedentes, el porcentaje de individuos que se hacen ricos rápidamente es, en realidad, muy pequeño. Las redes sociales y la publicidad digital, a menudo, proyectan una realidad distorsionada, donde sólo se muestra el éxito y se omite el esfuerzo, el riesgo y, en muchos casos, el fracaso.

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La economista Ana María Serrano, comenta que hacerse rico en un chasquido es cuesta arriba: «Vivimos en la era de la hiperconexión, donde las historias de éxito se viralizan y las de fracaso quedan en el olvido. Esto crea una percepción errónea de que la riqueza instantánea es la norma y no la excepción».

Hacerse rico en un chasquido
El porcentaje de emprendedores digitales millonarios es pobre. Ilustración MidJourney

Las ilusiones de la AI

Por otro lado, el mundo de la Inteligencia Artificial ha generado una oleada de expectativas desmedidas. Si bien es cierto que empresas como OpenAI o DeepMind han revolucionado sectores como el de la salud, el transporte o la energía con soluciones basadas en IA, creer que simplemente usando estas herramientas uno se hará millonario, es una falacia. La IA es una herramienta, no una varita mágica.

El historiador Sebastián Prado advierte sobre la peligrosa analogía con la fiebre del oro del siglo XIX. Es casi imposible hacerse rico en un chasquido solo usando la IA: «Muchos pensaron que sería fácil hacer fortuna, pero al final, los más beneficiados fueron aquellos que vendían picos y palas, no quienes cavaban en busca de oro. Lo mismo sucede con la IA: los que realmente se benefician son quienes entienden y desarrollan esta tecnología, no quienes simplemente la usan esperando un milagro financiero».

Advertencias sobre estafas

Los gobiernos y organismos reguladores también han comenzado a tomar nota de este fenómeno. La Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos, por ejemplo, ha emitido varias advertencias sobre estafas relacionadas con criptomonedas y oportunidades de inversión en tecnologías emergentes.

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Asimismo, la idea de que en la era digital «todo vale» ha llevado a que muchas personas, especialmente jóvenes, busquen atajos éticos cuestionables para alcanzar la riqueza. La venta de productos de dudosa procedencia, la difusión de fake news o la manipulación de algoritmos son solo algunas de las tácticas que se han popularizado.

Hacerse rico en un chasquido
En esta justa solo ganan las grandes corporaciones digitales. Ilustración MidJourney

Sin embargo, como señala Rodrigo Valdés, experto en ética empresarial: «A largo plazo, las estrategias poco éticas no son sostenibles. La verdadera riqueza, en la era digital, proviene de la creación de valor genuino y de la confianza».

Resolviendo la incógnita

Entonces, ¿es posible hacerse rico en un chasquido en este mundo digital? La respuesta es compleja. Mientras que la era digital ha abierto puertas a nuevas formas de riqueza y ha democratizado el acceso a herramientas que antes estaban reservadas para unos pocos, sigue siendo fundamental el esfuerzo, la educación, la ética y la capacidad de adaptarse y aprender constantemente.

En definitiva, aunque el escenario digital ha cambiado las reglas del juego, la fórmula del éxito sigue siendo una combinación de preparación, oportunidad, ética y, a menudo, un poco de suerte. La era digital promete oportunidades, pero también requiere discernimiento y responsabilidad para navegar en sus aguas, a menudo turbulentas.

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