Cómo erigir a una sociedad políglota y estimular la industria del turismo

Las lenguas, más allá de ser simples medios de comunicación, son herramientas de intercambio cultural, y espejos de la diversidad humana. En un mundo cada vez más globalizado, una sociedad políglota se está convirtiendo en modelo a seguir, no solo por su riqueza cultural, sino también por el potencial económico que representa para la industria turística.

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De acuerdo con datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), en 2023, las llegadas internacionales crecieron un 80% a nivel mundial. Se estima que, en estos tres primeros meses, 235 millones de turistas hicieron viajes internacionales, más del doble que en el mismo período de 2022. Una parte considerable de este crecimiento se debe al aumento de turistas que buscan experiencias culturales auténticas, y un acercamiento genuino con la comunidad local. Aquí es donde el multilingüismo se convierte en un activo invaluable.

Una sociedad Políglota
Los lenguajes además de comunicación permiten un intercambio cultural. Ilustración MidJourney

Una sociedad políglota

Para Dr. Jean Leclerc, historiador y profesor de la Universidad de París, «la capacidad de una nación para comunicarse en múltiples lenguas no solo facilita la integración de diferentes culturas, sino que también actúa como un imán para los turistas». Esta idea es respaldada por estudios del Banco Mundial que indican que los países con un alto grado de multilingüismo tienden a tener mayores ingresos derivados del turismo.

Sin embargo, erigir una sociedad políglota no es tarea fácil. Requiere de políticas educativas robustas y un enfoque gubernamental centrado. Países como Suiza y Canadá son ejemplos de éxito en esta materia. En Suiza, con cuatro lenguas oficiales, la educación bilingüe es obligatoria desde la primaria. Esta política no solo ha fortalecido la cohesión nacional, sino que ha convertido al país en un destino turístico deseado, especialmente para aquellos que buscan aprender un nuevo idioma.

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Desde muy temprano

Por otro lado, según la UNESCO, la enseñanza de idiomas debe comenzar desde edades tempranas para obtener mejores resultados. Esta recomendación ha sido adoptada por naciones como Finlandia y Singapur, que han incorporado programas intensivos de lenguas desde la educación preescolar.

Pero no todo recae en la educación formal. El gobierno también juega un papel crucial en la promoción del multilingüismo. Un ejemplo palpable es el de España, donde las regiones autónomas han establecido sus propias lenguas cooficiales junto al español. Esta diversidad lingüística ha sido capitalizada en términos turísticos, permitiendo a visitantes sumergirse en diferentes culturas sin salir del país. Ellos han apostado a una sociedad políglota.

Catalán y gallego

Luisa Fernández, directora del Instituto de Promoción Turística de España, menciona que “la posibilidad de aprender catalán en Barcelona, gallego en Santiago o euskera en Bilbao, ha posicionado a España como un destino de ‘turismo lingüístico’ muy atractivo”.

Otro componente esencial es la colaboración público-privada. Las agencias de viaje, escuelas de idiomas y hoteles pueden unirse para ofrecer paquetes turísticos que incluyan clases de idiomas, intercambios culturales y experiencias inmersivas. Este tipo de propuestas ha ganado popularidad en destinos como Japón, Corea del Sur y Costa Rica, Estudios que desean una sociedad políglota según la Asociación Internacional de Escuelas de Idiomas.

Una sociedad Políglota
Aunque la tecnología ayuda, hablar otro idioma es un asunto más de humanos. Ilustración MidJourney

La tecnología es protagonista

No podemos dejar de lado el papel de la tecnología en este proceso. Plataformas digitales como Duolingo, Babbel y Rosetta Stone han democratizado el aprendizaje de idiomas, y junto a ellas, apps de turismo local como Airbnb y TripAdvisor, que conectan a viajeros con experiencias locales auténticas, fomentando la interacción y el intercambio lingüístico.

Antonio Gómez, experto en políticas públicas y turismo, opina: “El potencial del multilingüismo para impulsar el turismo es innegable. Las naciones que inviertan en educación lingüística y en promover la diversidad cultural, sin duda se posicionarán como líderes en la industria turística del siglo XXI”.

Una sociedad políglota es mucho más que hablar varios idiomas; es una herramienta para el entendimiento mutuo, el intercambio cultural y el crecimiento económico. Las naciones que entiendan y adopten esta perspectiva, no solo enriquecerán su tejido social, sino que también abrirán las puertas a un floreciente futuro turístico.

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