Una atmósfera artificiosa podría estar gestándose para darle oxígeno una falsa teoría de las razas. En medio de un mundo que, por años, ha buscado eliminar las fronteras ideológicas que separan a la humanidad, emerge una ola migratoria de proporciones nunca antes vistas. Millones de individuos, fruto del mestizaje, buscan una mejor calidad de vida cruzando las fronteras de naciones desarrolladas que tienen acentuados patrones raciales: caucásicos, euroasiáticos y orientales. Pero, en este panorama de movimientos masivos, surge una inquietante pregunta: ¿Podría este fenómeno alimentar la resurrección de la teoría racial?
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 2020 se registraron cerca de 272 millones de migrantes en el mundo. La mayor parte de estos flujos proviene de regiones empobrecidas como Latinoamérica y África. Estos números, que no han dejado de crecer, reflejan la desigualdad y las crisis que azotan a estas zonas.
Tambien puedes leer: Teóricos apocalípticos: ¿Quiénes son los más famosos y cuál su retórica?
Falsa teoría de las razas
Los países desarrollados, en contraste, se erigen como refugios de prosperidad. Sin embargo, la llegada masiva de inmigrantes ha avivado en algunos sectores temores que recuerdan a las teorías raciales del siglo XIX y XX. Teorías que, basadas en prejuicios y no en evidencia científica, clasificaban a la humanidad en razas superiores e inferiores.
El Dr. Fernando Soto, historiador y académico de la Universidad de Buenos Aires, menciona que “la historia ha demostrado cómo ciertos grupos de poder, en tiempos de crisis o inestabilidad, han utilizado la teoría racial como herramienta de control y dominación. Es imperativo recordar que estas ideas ya han sido desacreditadas, pero no estamos exentos de que resurjan en nuevos contextos”. En medio de estos episodios de colapso y recesión es fácil cultivar una falsa teoría de las razas.
La espera no fue larga
Algunas voces gubernamentales, especialmente en países con fuertes políticas antiinmigrantes, ya han comenzado a insinuar que la llegada de ‘extranjeros’ podría diluir la identidad y cultura nacional. Estas declaraciones, a menudo veladas, parecen invocar la vieja idea de la ‘pureza racial’.
La UNESCO, en su declaración de 1950 sobre la raza, sentenció que “todas las personas pertenecen a la misma especie y que las divisiones de raza son arbitrarias”. Sin embargo, y pese a los avances en este pensamiento, algunos países aún enfrentan retos para integrar plenamente a los migrantes en sus sociedades.
“La crisis migratoria actual es una manifestación de la desigualdad global. Convertirla en un problema racial solo agrava la situación, desviando la atención de las verdaderas causas y soluciones”, afirma Fatima Ba, especialista en políticas migratorias de la ONU. Es mucho más fácil elaborar una renovada falsa teoría de las razas, que conseguir solución a los problemas.
Tambien pudes leer: Taponear el gasoducto ruso podría ser una gran estupidez made in USA
La ignorancia es la arcilla
Sin embargo, la opinión pública es un ente fluctuante y moldeable. En algunas naciones desarrolladas, encuestas recientes sugieren un aumento en actitudes xenófobas y de rechazo hacia los inmigrantes. Estas percepciones, impulsadas por el miedo y la desinformación, podrían proporcionar el caldo de cultivo para ideas obsoletas y peligrosas.
El Dr. Hiroshi Tanaka, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Tokio, señala con respecto a la falsa teoría de las razas, que “las teorías raciales son, a menudo, respuestas simplificadas a problemas complejos. En lugar de abordar la integración y promover la unidad, es más fácil para algunos líderes avivar el miedo y promover divisiones”.
Inyecciones de razón pura
Afortunadamente, también existen múltiples iniciativas globales que buscan contrarrestar estos discursos. Organizaciones no gubernamentales, agencias de la ONU y gobiernos progresistas están implementando programas de integración, educación y sensibilización para asegurar que el racismo no encuentre terreno fértil en el siglo XXI.
La actual crisis migratoria es, sin duda, uno de los mayores retos que enfrenta la comunidad global. El caldo de cultivo para reproducir una falsa teoría de las razas. Pero, en vez de retornar a oscuros capítulos de la historia, es una oportunidad para reafirmar valores universales y reconocer que, más allá de fronteras y colores de piel, todos somos parte de la gran familia humana.