¿Y cuándo se ganará el mundial por la igualdad? El equipo femenino de fútbol español alcanzó recién la tercera corona mundial de la especialidad. Una victoria que no solo representa un hito deportivo, sino también un espejo de la constante lucha que enfrentan las mujeres en el ámbito del balompié, donde, a pesar de demostrar habilidad y pasión equiparable a sus contrapartes masculinas, no cuentan con el mismo reconocimiento ni visibilidad.
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Desde la perspectiva estadística, es fácil visualizar la disparidad. Según datos de la FIFA, la audiencia televisiva del Mundial Femenino de 2019 superó los 1.000 millones de espectadores, cifra récord que, no obstante, sigue palideciendo en comparación con los 3.500 millones que vieron el Mundial Masculino en 2018. Asimismo, las diferencias salariales entre jugadores y jugadoras son notorias. De acuerdo con un estudio de la consultora Deloitte, la brecha salarial en el fútbol femenino y masculino puede llegar hasta un 70%.
Un mundial por la igualdad
Pero ¿qué está en juego? Para María José Pérez, historiadora y autora del libro «Mujeres en el deporte: una historia de resistencia», se trata de una lucha por el reconocimiento: «El fútbol femenino en España ha enfrentado décadas de invisibilización. Es una historia que se repite en muchos países. La supremacía masculina en este deporte está profundamente arraigada en nuestra cultura».
Organismos especializados y gubernamentales también han expresado su preocupación. Todos desean un mundial por la igualdad. El Consejo Superior de Deportes de España ha incrementado en los últimos años su financiamiento al deporte femenino. Además, ha instado a clubes y federaciones a dar más protagonismo a las mujeres, tanto en el terreno de juego como en roles directivos.
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Empoderamiento femenino
A nivel internacional, organismos como la UNESCO han puesto de manifiesto la importancia de promover la igualdad en el deporte. «El deporte tiene el poder de transformar sociedades», señala Roberta Agosti, directora de Programas de Género de la UNESCO. «El empoderamiento de las mujeres en el deporte es esencial, no solo para su bienestar individual, sino también para el desarrollo socioeconómico de una nación».
No obstante, el cambio no se logra solo desde las instituciones, también proviene de las propias protagonistas y activistas. Ellas son las que tienen que ganar el mundial por la igualdad. Figuras como Verónica Boquete, pionera del fútbol femenino en España, ha alzado la voz en numerosas ocasiones demandando mayor igualdad en condiciones y salarios. Boquete sostiene que «la lucha no es solo por las que estamos en activo, sino por las generaciones futuras. El fútbol es una herramienta de cambio social y debemos aprovecharla».
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Empujando juntas
Junto a Boquete, diversas organizaciones han surgido con el objetivo de fomentar una mayor participación de la mujer en la industria del deporte. «Futfem Empower», por ejemplo, es una asociación que trabaja en la capacitación y profesionalización de las futbolistas, buscando que estas tengan las mismas oportunidades que sus pares masculinos.
El ex-político y actual comentarista deportivo, Andrés González, señala que el camino hacia la igualdad es largo pero irreversible. «Hemos visto avances notables en la última década. Las marcas ya están invirtiendo más en equipos femeninos, las ligas están ganando más audiencia y las propias jugadoras están siendo reconocidas por su talento. Sin embargo, aún queda mucho por hacer».
Efectivamente, mientras equipos como el femenino español celebran victorias en el campo, fuera de él la lucha continúa. Es una batalla por la visibilidad, el reconocimiento y, sobre todo, la igualdad. Un mundial por la igualdad que se juega todos los días y en el que, con el esfuerzo colectivo, las mujeres esperan alzar, muy pronto, el trofeo más importante: el de la igualdad de oportunidades.