La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) parece estar en plena operación de limpieza, como un gato que intenta ocultar las huellas de su pasado. En una serie de movimientos estratégicos, la agencia ha reubicado a algunos de sus principales litigantes que encabezaron la ofensiva contra el mundo de las criptomonedas, lo que ha sido interpretado como un intento de congraciarse con las criptomonedas. Este giro en la postura del regulador no solo sugiere un cambio en la estrategia, sino que también pone en evidencia las tensiones políticas y económicas que han moldeado el enfoque de la SEC frente a esta industria en constante evolución.
El reportero Dave Michaels, periodista especializado en temas de regulación financiera y cumplimiento corporativo, publicó recientemente en The Wall Street Journal un artículo titulado: “La SEC despide a un importante litigante que luchó contra los gigantes de las criptomonedas”. En esta pieza, Michaels detalla cómo la SEC reasignó a Jorge Tenreiro, su jefe de litigios, a la oficina de tecnología de la información, una decisión que ha generado especulaciones sobre la nueva dirección de la agencia en relación con las criptomonedas. Michaels, quien ha cubierto el Departamento de Justicia y la SEC desde 2008, resalta en su informe que la agencia parece estar en un proceso de reposicionamiento tras la presión política y económica ejercida por actores influyentes del sector.
Congraciarse con las criptomonedas
Esta serie de movimientos ha sido interpretada como un intento de la SEC de congraciarse con las criptomonedas y con las empresas que operan en este mercado, muchas de las cuales han sido blancos de acciones regulatorias durante la administración de Gary Gensler. En particular, las demandas contra plataformas de intercambio como Coinbase Global han sido vistas como un frente de batalla entre la agencia y una industria que, lejos de desaparecer, ha ganado influencia en Washington gracias a millones de esfuerzos de cabildeo y apoyo político.

La SEC, que bajo Gensler adoptó una estrategia de regulación a través de litigios, ahora parece estar suavizando su postura. La reasignación de Tenreiro y otros funcionarios clave se da en un contexto en el que la política estadounidense se ha volcado a favor de una visión más amigable con las criptomonedas. La elección de legisladores con posturas pro-cripto, así como el respaldo abierto del expresidente Donald Trump a los activos digitales, han empujado a la SEC a reconsiderar su estrategia. Es por ello que algunos observadores ven estos movimientos como un reconocimiento implícito de que la lucha legal emprendida por la agencia ha sido, en el mejor de los casos, infructuosa, y en el peor, perjudicial para su imagen y autoridad.
El muro del marco regulatorio
El conflicto entre la SEC y las empresas de criptomonedas ha estado marcado por la falta de un marco regulatorio claro. Los ejecutivos de la industria han argumentado que las normativas vigentes no se adaptan a la naturaleza única de los criptoactivos, lo que ha llevado a una aplicación desigual de la ley. Esta falta de claridad ha provocado un estancamiento en el desarrollo del sector dentro de Estados Unidos, mientras que otras jurisdicciones, como la Unión Europea y algunas naciones asiáticas, han avanzado en la creación de marcos legales específicos para estos activos. Ahora, con la SEC en busca de congraciarse con las criptomonedas, la posibilidad de un enfoque regulatorio más flexible parece estar sobre la mesa.
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Uno de los cambios más notables en la estrategia de la agencia ha sido la formación de un grupo de trabajo liderado por la comisión republicana Hester Peirce, quien ha sido una crítica abierta de la postura dura de la SEC contra las criptomonedas. Este grupo está explorando alternativas regulatorias que podrían incluir una especie de amnistía temporal para los emisores de criptomonedas que proporcionarán información básica a los inversores. La idea es permitir que estos activos se negocien libremente en plataformas sin la constante amenaza de litigios. Este giro representa un cambio drástico respecto a la postura de Gensler, quien apostó a que los tribunales respaldarían su interpretación de las leyes de valores aplicadas a las criptomonedas.
Cuando se habla el mismo idioma
El cambio en la SEC no ha pasado desapercibido para los defensores de la industria. Jason Gottlieb, un abogado que ha defendido a Múltiples empresas de criptomonedas contra la SEC, ha señalado que si bien la estrategia legal de la agencia fue agresiva, su ejecución no estuvo exenta de fundamentos jurídicos sólidos. No obstante, sugiere que la falta de un marco normativo específico ha sido el verdadero problema, y que el intento de la SEC por congraciarse con las criptomonedas podría finalmente abrir la puerta a un debate más estructurado sobre cómo regular la industria sin sofocar la innovación.
En este contexto, la influencia política no puede ser ignorada. La venta de un token digital por parte de Trump, con un valor de mercado de aproximadamente 3.500 millones de dólares, es un claro indicio de que las criptomonedas han dejado de ser un nicho financiero para convertirse en una fuerza económica con peso en la arena política. La orden ejecutiva emitida en enero por el expresidente, que exige un nuevo marco regulatorio para los criptoactivos, ha añadido presión a la SEC para que reformule su enfoque. La agencia, que hasta hace poco se mostraba reacia a cualquier flexibilización, ahora parece estar reconsiderando su postura ante la nueva realidad política.

La decisión de la SEC de trasladar a Tenreiro y a otros funcionarios ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos analistas. Aunque la agencia no ha emitido comentarios oficiales sobre las razones detrás de estos cambios, la percepción generalizada es que se trata de una medida estratégica para reducir la fricción con la industria de las criptomonedas. Sin embargo, la pregunta clave sigue siendo si esta aparente reconciliación traerá consigo una regulación más clara y favorable para el sector o si simplemente es una estrategia temporal para evitar más conflictos en un entorno político volátil.
Resoluciones y desestimaciones
Mientras tanto, el mercado criptográfico observa con atención los movimientos de la SEC. Si bien el regulador aún tiene varias demandas pendientes contra plataformas importantes, la expectativa es que la nueva dirección de la agencia lleve a resoluciones más favorables para la industria o incluso a la desestimación de algunos casos. La comunidad de criptomonedas, acostumbrada a navegar en aguas inciertas, entiende que la regulación es inevitable, pero lo que realmente busca es un marco normativo que le permita operar sin el constante temor de represalias regulatorias.
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A medida que la SEC sigue ajustando su postura, queda claro que su relación con las criptomonedas está en un punto de inflexión. La agencia parece haber entendido que la confrontación abierta no es sostenible y que, para mantener su relevancia en un mercado que sigue creciendo, necesita adoptar un enfoque más pragmático. Sin embargo, aún queda por verso si este intento de congraciarse con las criptomonedas será suficiente para reconstruir la confianza con la industria o si solo es otro intento desesperado por ocultar las huellas de su pasado.