BBC Mundo: Karim Khan puede decir que conoce los dos lados de la barrera

Karim Khan puede decir que conoce los dos lados de la barrera. Este destacado fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI) ha demostrado tener una visión única sobre la justicia, basada en su experiencia tanto como defensor como fiscal en algunos de los casos más complejos y controvertidos del derecho internacional. En un mundo donde la línea entre víctima y perpetrador puede ser tenue, Khan ha navegado con destreza y decisión, llevando ante la justicia a figuras de alto perfil mientras mantiene su integridad profesional.

Paula Rosas, periodista multimedia con 20 años de experiencia en prensa escrita, radio y televisión, actualmente trabaja para BBC Mundo. Con una amplia trayectoria como corresponsal en Francia, Egipto, Marruecos, China y el Reino Unido, ha cubierto grandes acontecimientos como las revueltas de la Primavera Árabe y los atentados terroristas de París. Recientemente, Paula escribió una crónica titulada: “Quién es Karim Khan y por qué es controvertido el fiscal de la CPI que pidió órdenes de arresto contra Netanyahu y los líderes de Hamás”. En esta pieza, Rosas desveló las complejidades y controversias alrededor del personaje que hoy se encuentra en el epicentro de la justicia internacional.

La integridad de Karim Khan

Karim Khan, el británico que ahora ocupa el puesto de fiscal jefe de la CPI, ha pedido recientemente órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y los líderes de Hamás. Esta decisión ha desatado una tormenta de críticas y elogios, situando a Khan bajo el foco internacional. Su historia personal y profesional es una narrativa de contrastes y determinación. Nacido el 30 de marzo de 1970 en Edimburgo, Escocia, de padre paquistaní y madre británica, Khan se interesó desde joven por el derecho humanitario, influenciado por su trabajo voluntario con la Comunidad Ahmadía, una rama perseguida del islam.

En una entrevista con la CNN, Karim Khan relató cómo, mientras investigaba el caso contra Netanyahu, algunos «líderes electos» se le acercaron con advertencias explícitas. «Este tribunal está hecho para África y para matones como Putin», aseguró que le dijo un mandatario, cuya identidad no reveló. Ilustración MidJourney

«No veo diferencia alguna entre procesar un caso y defender a un acusado», afirmó Karim Khan poco después de ser elegido para el mandato de nueve años que inició en 2021. Para él, el derecho es, al fin y al cabo, el derecho. Esta filosofía se ha manifestado a lo largo de su carrera, ya sea defendiendo a figuras controvertidas como Seif al Islam, hijo de Muamar al Gadafi, o como fiscal de la CPI persiguiendo crímenes de guerra. Su trayectoria le ha llevado a ejercer en tribunales penales para la Antigua Yugoslavia, Ruanda, Líbano y Sierra Leona, donde su habilidad para ver ambos lados de la justicia ha sido tanto una fortaleza como una fuente de controversia.

Ni demonio, ni emisario de Dios

Durante su carrera, Khan ha defendido a personajes acusados de crímenes graves. Entre ellos, Charles Taylor, el expresidente de Liberia, y William Ruto, el entonces vicepresidente de Kenia. Su éxito en estos casos, especialmente en la desestimación del caso contra Ruto, generó sospechas y críticas. Algunos vieron su posterior nombramiento como fiscal jefe de la CPI como una recompensa política, dado el apoyo de Kenia a su candidatura. Sin embargo, Khan ha demostrado ser un fiscal independiente y comprometido con la justicia, enfrentándose a desafíos significativos desde su nombramiento.

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En una entrevista con la CNN, Karim Khan relató cómo, mientras investigaba el caso contra Netanyahu, algunos «líderes electos» se le acercaron con advertencias explícitas. «Este tribunal está hecho para África y para matones como Putin», aseguró que le dijo un mandatario, cuya identidad no reveló. Las amenazas no se limitaron a comentarios privados; un grupo de senadores republicanos estadounidenses le envió una carta pública amenazándole a él y a su familia con prohibirle la entrada a EE.UU. si continuaba con la investigación. A pesar de estas presiones, Khan se mantuvo firme en su misión.

No ceder a la presión

Durante el anuncio de su decisión el pasado lunes, el fiscal jefe de la CPI no dudó en responder a «los intentos de impedir, intimidar o influir indebidamente sobre los funcionarios» del tribunal, advirtiendo que su oficina «no dudará en actuar» si tales conductas persisten. Esta determinación ha sido una constante en su carrera. Desde su trabajo en la oficina del fiscal general hasta su rol en la justicia internacional, Karim Khan ha demostrado un compromiso inquebrantable con el estado de derecho.

El contexto internacional en el que opera la CPI es complejo. Israel y sus aliados, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido, han criticado duramente a Khan por poner por primera vez a un gobernante israelí en la misma categoría que Omar el Bashir, Vladimir Putin o Joseph Kony: la de acusado de crimen de guerra. Su decisión de solicitar órdenes de detención contra Netanyahu y los líderes de Hamás marca un precedente significativo y coloca a Khan en el centro de un debate global sobre la imparcialidad y el alcance de la justicia internacional.

Desde el cielo hasta el infierno

El camino de Karim Khan hacia la CPI estuvo marcado por su trabajo como defensor y fiscal en diversos tribunales internacionales. En 2018, fue nombrado por el secretario general de la ONU, António Guterres, asesor especial y jefe del equipo encargado de investigar los crímenes cometidos por el grupo Estado Islámico en Irak. Este rol fue crucial para su desarrollo profesional y lo preparó para enfrentar los desafíos que acompañan al cargo de fiscal jefe de la CPI.

En el pasado, Khan ha enfrentado críticas por sus decisiones, como cuando retiró a Estados Unidos de la investigación sobre crímenes de guerra en Afganistán para centrarse en las acciones de los talibanes y del Estado Islámico. Esta decisión fue recibida con un aluvión de críticas de organizaciones de derechos humanos. Sin embargo, Khan defendió su postura argumentando que su objetivo era centrar los recursos de la CPI en los crímenes más flagrantes y evidentes.

Karim Khan
El contexto internacional en el que opera la CPI es complejo. Israel y sus aliados, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido, han criticado duramente a Khan por poner por primera vez a un gobernante israelí en la misma categoría que Omar el Bashir, Vladimir Putin o Joseph Kony: la de acusado de crimen de guerra. Ilustración MidJourney.

Tras los pasos de Fatou Bensouda

La cuestión de los territorios palestinos ha sido otro de los asuntos controvertidos que ha manejado Karim Khan. Su predecesora, Fatou Bensouda, había decidido en 2019 que existía una base razonable para iniciar una investigación sobre posibles crímenes de guerra cometidos en los territorios palestinos por miembros del ejército israelí, Hamás y otros grupos armados palestinos. La CPI le dio luz verde en 2021, considerando que el tribunal podía ejercer su jurisdicción sobre estos territorios. Sin embargo, una vez Khan asumió el cargo, la investigación pareció quedar estancada, lo que generó desesperación entre muchos grupos de defensa de los derechos humanos.

Recientemente, la visita de Karim Khan a Israel tras los ataques de Hamás el pasado 7 de octubre, que desencadenaron la actual guerra de Gaza, le valió críticas de aquellos que veían una inclinación hacia el bando israelí. Sin embargo, su posterior visita al paso fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipto, donde se acumulaba la ayuda humanitaria bloqueada, demostró su compromiso con la imparcialidad. Khan advirtió que impedir el paso de ayuda a la población de Gaza podía constituir un delito bajo la jurisdicción de la CPI, una advertencia que ha cobrado relevancia en sus recientes decisiones.

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Advertencia materializada

Siete meses después, la advertencia se ha materializado, y Karim Khan ha acusado a Netanyahu y a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, de provocar hambruna como método de guerra y de causar intencionalmente grandes sufrimientos a la población de Gaza. También ha solicitado órdenes de detención para tres líderes de Hamás, acusándolos de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Estas decisiones subrayan la determinación de Khan de llevar a cabo su mandato sin ceder ante presiones políticas.

Karim Khan ha demostrado que su experiencia en ambos lados de la justicia le ha permitido tener una perspectiva equilibrada y un enfoque riguroso en su trabajo como fiscal jefe de la CPI. Su carrera está marcada por la confrontación con algunos de los casos más controvertidos del derecho internacional, y su compromiso con la justicia sigue siendo inquebrantable. En sus propias palabras, «mi trabajo no es ser popular y estoy seguro de que no lo voy a ser. Mi trabajo es aplicar la ley». Esta declaración resume la esencia de su misión y su dedicación a la justicia, independientemente de las críticas y las amenazas que pueda enfrentar.

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