Andrés Giussepe recuerda por qué es un peligro negociar con los Estados Unidos

El experto en petróleo y estrategia Andrés Giussepe indicó que, en un mundo político marcado por la incertidumbre y la complejidad de las relaciones internacionales, Venezuela se encuentra en una encrucijada que ha dividido a su sociedad y generado debate en todo el mundo. La reciente firma de acuerdos en la Mesa de Negociación de Barbados entre el Gobierno de Nicolás Maduro y sectores de la oposición ha despertado opiniones encontradas, y la disidencia revolucionaria del país latinoamericano recuerda por qué considera un peligro negociar con Estados Unidos.

El contexto actual, donde la diplomacia y la búsqueda de soluciones pacíficas parecen ser la ruta elegida, no es nuevo para Venezuela. Sin embargo, según Andrés Giussepe, doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela, la historia demuestra que los acuerdos firmados con Estados Unidos rara vez se cumplen en su totalidad. Giussepe afirma que los intereses de Estados Unidos suelen prevalecer, y lo que no les beneficia suele ser saboteado.

Andrés Giussepe
El especialista en petróleo narró la triste historia del difunto líder de Libia. Ilustración MidJourney

El análisis de Andrés Giussepe

Un ejemplo que Andrés Giussepe trae a colación es el caso de Muamar El Gadafi, líder libio lleno de sanciones imperiales avaladas por la ONU. Cuando Gadafi intentó reclamar más de 200.000 millones de dólares de las reservas internacionales de Libia, que estaban depositados en cuentas en oro y divisas en bancos occidentales, se vio obligado a sentarse a negociar con fuerzas opositoras internas y buscar la paz. Sin embargo, este intento por garantizar inversiones a petroleras occidentales culminó en su desarme, infiltración, acorralamiento, asesinato y la destrucción de su país.

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Para la disidencia revolucionaria, este ejemplo es un recordatorio de los peligros de confiar en la palabra de Estados Unidos en las negociaciones internacionales. Argumentan que los negociadores del Gobierno de Nicolás Maduro en la Mesa de Negociación de Barbados podrían haber caído en la misma trampa. La disidencia señala que la firma de acuerdos se produjo una semana antes de las polémicas primarias de la oposición, diseñadas para legitimar a la candidata respaldada por Estados Unidos para las elecciones presidenciales de 2024, a pesar de que enfrenta inhabilitaciones por la Contraloría General de la República.

Una candidata activada

María Corina Machado, identificada como la candidata de las transnacionales petroleras y aliada a intereses extranjeros en Venezuela, ha prometido privatizar PDVSA, la principal empresa petrolera del país. Esto, según la disidencia, beneficiaría principalmente a las compañías petroleras estadounidenses. También recuerdan que Machado, junto con otros líderes opositores como Juan Guaidó, Leopoldo López y Julio Borges, fueron los que solicitaron sanciones y boicots que impactaron gravemente la industria petrolera nacional y la economía venezolana.

Andrés Giussepe cuestiona por qué el Gobierno venezolano no esperó hasta después de las primarias para firmar acuerdos, especialmente cuando se sabe que estas elecciones primarias buscan legitimar a una candidata con vínculos externos. Se preguntan por qué no se dejó claro en el texto de los acuerdos que la Mesa de Negociación no reconocería a candidatos inhabilitados y por qué se permitió que quedara abierto un camino para ellos.

Un asunto de apresuramiento

Además, Andrés Giussepe considera que la firma de los acuerdos se hizo de manera apresurada, como si la mera firma llevara consigo la solución inmediata a los problemas del país. No se tiene en cuenta que la reactivación de la industria petrolera puede llevar más de un año, como se ha evidenciado con la presencia de la Chevron Corp y otras empresas transnacionales estadounidenses en Venezuela, que no lograron aumentar la producción de petróleo de manera significativa en el último año.

Andrés Giussepe
Según él los negociadores venezolanos pudieron haber caído en una trampa producto de la impaciencia. Ilustración MidJourney

La disidencia revolucionaria señala que, después de las primarias de la oposición, el Gobierno venezolano debería haber condicionado la mesa de negociación al reconocimiento pleno de la Constitución y las leyes electorales de Venezuela, así como al sistema de control fiscal y judicial venezolano. Consideran que este enfoque hubiera sido más acertado y habría protegido los intereses nacionales a largo plazo.

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Esperanzas y escepticismo

En medio de estas discusiones y debates, Venezuela continúa siendo un país en busca de soluciones a su crisis política y económica. La firma de acuerdos en la Mesa de Negociación de Barbados ha generado esperanzas y escepticismo en partes iguales. Mientras el mundo observa atentamente, la disidencia revolucionaria de Venezuela recuerda su posición crítica hacia las negociaciones con Estados Unidos y la importancia de no caer en trampas diplomáticas que puedan comprometer la soberanía y los intereses del país.

En medio de este panorama complejo, Andrés Giussepe, con su perspectiva crítica, insiste en que la esperanza no debe perderse, pero debe estar respaldada por una diplomacia astuta y negociaciones que protejan los intereses nacionales a largo plazo. Su llamado es a que Venezuela aprenda de la historia y se mantenga alerta en estas negociaciones con Estados Unidos, recordando siempre los riesgos que implica el compromiso con un socio que, en su opinión, ha demostrado una «consuetudinaria mala fe» en acuerdos pasados.

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