La aparición en el escenario político bonaerense de Javier Milei asustó tanto a Argentina, no solo por sus propuestas extremas, como el cierre del Banco Central o la transformación del sistema educativo en un sistema de vouchers, sino también a sus afirmaciones sobre cortar relaciones con China y Brasil, los dos principales socios comerciales del país.
Se temía que su victoria pudiera desencadenar una corrida cambiaria y una crisis económica similar a la de 2001, además del aislamiento internacional de Argentina. Sin embargo, el triunfo de Sergio Massa, candidato peronista de Unión por la Patria, llegó contra todo pronóstico, y esto podría tener un profundo impacto en la polarización política que ha caracterizado a la nación sudamericana en los últimos años.
Javier Milei asustó tanto a Argentina
Pablo Semán, investigador del CONICET y docente de la Universidad de San Martín, explica que la inesperada victoria de Massa lo fortalece considerablemente. Massa, conocido como un candidato «anfibio», tiene un perfil apto tanto para el peronismo como para los no peronistas. Tras conocer los resultados, se dirigió a los votantes de la izquierda de Myriam Bregman y a los de centro de Juan Schiaretti, tendiendo puentes y apelando a esos votos para la segunda vuelta electoral. Además, prometió «tranquilidad» y «seguridad» en un momento en que la incertidumbre económica y política era palpable y justo cuando se observó al “rey desnudo” de Milei que asustó tanto a Argentina.
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Incluso los votantes de Patricia Bullrich, que no se decantaron por Milei, podrían contribuir a una victoria de Massa en la segunda vuelta. Esto plantea la pregunta: ¿Podría ser este el fin de la grieta, de la profunda polarización política en Argentina?
Peronismo vs. antiperonismo
Pablo Semán opina que Massa está intentando que el conflicto deje de ser «peronismo vs. antiperonismo». La figura de Milei, un candidato extremista que divide, facilita la tarea de Massa en este sentido, ya que su extremismo es rechazado por muchos sectores de la sociedad argentina. Sin embargo, la resolución de la polarización política no será tarea fácil, y dependerá en gran medida de cómo se desarrolle la campaña electoral y del resultado de la segunda vuelta.
La sorprendente victoria de Massa en la primera vuelta electoral ha dejado a muchos analistas políticos reflexionando sobre las razones detrás de este giro inesperado. En primer lugar, es importante tener en cuenta que Massa carga con la responsabilidad por la actual debacle económica, como ministro de Economía del Gobierno kirchnerista. Sin embargo, parece que muchos argentinos estaban dispuestos a darle una segunda oportunidad debido a la preocupación que genera la candidatura de Milei que asustó tanto a Argentina.
Una encuesta reveladora
El antropólogo y sociólogo Pablo Semán realizó una encuesta entre seguidores de La Libertad Avanza, el partido de Milei, para conocer cuáles eran sus temores a nivel político. Los resultados fueron reveladores, ya que un 12 por ciento de los encuestados admitieron tener miedo tanto al propio Milei como a sus propuestas extremas. Esto sugiere que, aunque Milei tenía un seguimiento entusiasta, también generaba preocupación entre algunos de sus seguidores y eso asustó tanto a Argentina que el pasado domingo no lo votaron como él esperaba.
«Yo creo que en los argentinos hay una voluntad de cambio muy fuerte que, en parte, se expresó a través de Milei, pero que esa voluntad de cambio tenía en él a un mal instrumento», explica Semán. Esto sugiere que los argentinos estaban buscando una alternativa al status quo, pero que Milei no era necesariamente la respuesta adecuada para muchos de ellos.
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Moderación y equilibrio
Por otro lado, la figura de Sergio Massa se presentó como una opción más moderada y equilibrada en comparación con Milei. Su discurso de unidad y su capacidad para tender puentes entre diferentes sectores políticos lo posicionaron como un candidato atractivo para aquellos que buscaban un cambio pero que no estaban dispuestos a respaldar propuestas extremas.
La segunda vuelta electoral, programada para el 19 de noviembre, será crucial para determinar el rumbo político de Argentina. Si Massa logra ganar, podría significar un cambio en la dinámica de la política argentina, alejándose de la polarización extrema que ha caracterizado los últimos años. Sin embargo, la tarea de unificar a un país profundamente dividido no será sencilla, y Massa deberá demostrar que puede cumplir sus promesas de «tranquilidad» y «seguridad» en un contexto económico y político desafiante.