Hacer carrera política requiere de estudios, curtiembre y calle. La formación de un funcionario público es esencial para una buena gestión. Es un pilar que sustenta no solo la capacidad técnica, sino también la integridad y el liderazgo de aquel que busca representar y servir a sus conciudadanos. Las personas que tienen como proyecto incursionar dentro del Estado para ofrecer sus habilidades a cambio de una remuneración y además hacer una carrera exitosa, enfrentan la disyuntiva: ¿dónde deberían estudiar? ¿En cuál universidad o país de América Latina se encuentra el mejor instituto para lograr sus objetivos?
Un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señalaba que las instituciones educativas en América Latina tienen el desafío de formar líderes políticos que respondan a los desafíos contemporáneos, como la polarización, la corrupción y la necesidad de desarrollo sostenible. A partir de este marco, algunos centros se destacan.
Hacer carrera política
Por ejemplo, la Universidad de Los Andes en Colombia, conocida por su facultad de Ciencias Sociales, ha sido el semillero de múltiples líderes y funcionarios públicos que han contribuido al desarrollo y paz del país. Su currículo, enfocado en la investigación y en la comprensión profunda de la realidad colombiana, la posiciona como una de las opciones más relevantes para hacer carrera política.
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En México, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) es otro punto de referencia. Se destaca por su excelencia académica en ciencias sociales y, especialmente, en ciencias políticas. De acuerdo con el historiador y analista político Raúl Hernández, «el CIDE ha sido instrumental en la formación de líderes políticos que comprenden la importancia del análisis y la investigación en la toma de decisiones».
Una región austral
Chile, por su parte, tiene a la Pontificia Universidad Católica como su estandarte en la formación política. Su Escuela de Política y Gobierno, según datos del Ministerio de Educación chileno, ha producido una cantidad significativa de políticos, diplomáticos y altos funcionarios en el país austral.
Brasil, siendo la economía más grande de América Latina, no se queda atrás. Allá es serio hacer carrera política. La Universidad de São Paulo (USP) es una institución que ha formado a presidentes, ministros y líderes empresariales. Su enfoque multidisciplinario, unido a un robusto programa de ciencias sociales, la coloca en el mapa como una de las principales opciones para aquellos interesados en política.
Otros datos a observar
Pero más allá de las instituciones, es relevante analizar la calidad de vida y las oportunidades que cada país ofrece a los estudiantes. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sugiere que las ciudades con mayor conectividad, diversidad cultural y oportunidades de networking ofrecen un valor agregado en la formación de un político.
Con base en esto para hacer carrera política, Buenos Aires, Argentina, es una ciudad clave para cualquier estudiante de política. Las universidades como la Universidad de Buenos Aires (UBA) o la Universidad Torcuato Di Tella son referencias en ciencias sociales, pero es la vibrante vida política y cultural de la capital argentina lo que proporciona una formación más allá de las aulas.
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Más que una base académica
María González, experta en política latinoamericana y docente en la Universidad de Harvard, opina: «Para hacer carrera política, no solo se necesita una buena base académica, sino también una inmersión real en la cultura y los problemas del país. Estudiar en un país con una rica tradición democrática y con desafíos políticos actuales puede ofrecer una experiencia invaluable.»
Mientras que la elección de una institución educativa es fundamental, la experiencia vivencial y el contexto político del país donde se estudie también son vitales. América Latina, con su diversidad, retos y rica historia política, ofrece múltiples opciones para aquellos que buscan no solo una formación académica, sino también una formación humana y cívica en el intrincado mundo de la política.