Rusia, China y Corea del Norte se echarán al agua para maniobrar en el mar

Rusia, China y Corea del Norte podrían pronto “echarse al agua”. La expresión entrecomillada se puede interpretar como la unión de quienes tienen intereses similares. Ahora, si se concreta la invitación que el Kremlin ha extendido a Beijín y a Pionyang para llevar a cabo ejercicios navales conjuntos a finales de 2023, los centros de inteligencia de todo el mundo tendrán razones para seguir con lupa este inédito despliegue marítimo.

Se espera que las maniobras involucren una serie de tácticas complejas y simulaciones, que van desde operaciones anti-submarinas hasta ejercicios de guerra electrónica, según fuentes cercanas a los gobiernos involucrados. De allí que, para entender la dimensión de estos ejercicios, es necesario revisar las estadísticas militares.

Rusia, China y Corea del Norte
China navega con buques de buena calidad tecnológica y poder de fuego. Ilustración MidJourney

Rusia, China y Corea del Norte

Dentro de esta triada de oriente, Rusia cuenta con la segunda flota más grande del mundo, compuesta por más de 300 embarcaciones, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). China, por su parte, ha estado modernizando rápidamente su flota naval, invirtiendo alrededor de $25 mil millones en 2021 según el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Corea del Norte, aunque con una flota más pequeña y tecnológicamente menos avanzada, podría proporcionar un valor estratégico en términos de ubicación geográfica y experiencia en tácticas asimétricas.

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Expertos como el Dr. Peter Roberts, director del departamento de estudios militares del Royal United Services Institute en Londres, opinan que «esta coalición temporal entre Rusia, China y Corea del Norte en el mar, podría ser interpretada como un intento de reequilibrar las fuerzas globales y enviar un mensaje claro a Occidente. Es una demostración de capacidades, así como una prueba de la interoperabilidad entre las fuerzas navales de los tres países».

El Atlántico Norte lo previó

El informe anual de la OTAN ya había advertido sobre el aumento de la cooperación militar entre Rusia y China, y estas maniobras podrían agravar las tensiones geopolíticas. Según Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, «los ejercicios tienen el objetivo de fortalecer la seguridad en la región, y no deben interpretarse como una amenaza a otros países». No obstante, en un escenario donde Estados Unidos ha venido realizando operaciones de «libertad de navegación» en el Mar de China Meridional y sanciones unilaterales contra Rusia y Corea del Norte, la declaración de Zakharova se percibe con escepticismo en círculos diplomáticos.

La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) y el MI6 británico están particularmente interesados en el nivel de coordinación que puedan alcanzar Rusia, China y Corea del Norte. «La eficacia con la que puedan integrar sus sistemas de comando y control, así como compartir inteligencia, será un indicador del grado de amenaza que puedan representar», señala Barbara Stallings, experta en geopolítica en el Woodrow Wilson Center.

Rusia, China y Corea del Norte
La flota de Corea del Norte es más pequeña, pero juega en el mapa una posición táctica. Ilustración MidJourney

Un déjà vu muy curioso

Los historiadores también encuentran paralelos interesantes. El Dr. Henry Kissinger, ex Secretario de Estado de Estados Unidos, rememora que «en la historia, coaliciones de este tipo han tenido el potencial tanto para estabilizar como para desestabilizar regiones enteras. Durante la Guerra Fría, la alianza entre la Unión Soviética y China fue vista inicialmente como un bloque monolítico antioccidental, hasta que las fisuras ideológicas llevaron a su ruptura».

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Los mercados financieros ya han comenzado a reaccionar. El índice Dow Jones sufrió una caída del 0.8% el día después del anuncio de los ejercicios, mientras que el precio del oro subió un 1.3%, lo que indica una tendencia hacia activos refugio.

Si las maniobras navales conjuntas entre Rusia, China y Corea del Norte llegan a realizarse, representarán no solo un despliegue de fuerza militar, sino también un complejo tablero geopolítico que involucra a actores globales. Los ojos del mundo estarán puestos en las aguas donde se desarrollen estos ejercicios, y las implicaciones podrían resonar mucho más allá de las olas que generen los buques involucrados.

 

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