Netzah Yehuda: la unidad militar ultraortodoxa israelí que Estados Unidos quiere sancionar

Netzah Yehuda, una unidad militar ultraortodoxa de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), está en el centro de un debate político y diplomático tras revelaciones de presuntas violaciones de derechos humanos en Cisjordania. Esta situación ha llevado a Estados Unidos a considerar sanciones específicas, según reportes recientes, generando tensión en las ya complejas relaciones entre Washington y Jerusalén. La unidad, que se formó específicamente para integrar a los judíos haredíes en el ejército, ha sido vinculada a varios incidentes controvertidos, incluido el trágico caso de Omar Assad, un ciudadano palestino-estadounidense que falleció en circunstancias cuestionables tras ser detenido por soldados de esta división.

El tema fue destacado recientemente por Carlo Aldrovandi, Profesor asistente de Estudios Internacionales de la Paz en el Trinity College Dublin, quien compartió sus hallazgos en The Conversation. Aldrovandi señala que, más allá de las tensiones diplomáticas, el caso de Netzah Yehuda plantea preguntas serias sobre la eficacia de las políticas internas de las FDI y sus implicaciones para la política exterior estadounidense. En un contexto de creciente escrutinio internacional, la unidad ha sido descrita como «violenta y agresiva», características que contradicen la imagen que Israel ha intentado proyectar de sus fuerzas armadas.

Sanciones para Netzah Yehuda

Establecida en 1999, Netzah Yehuda fue diseñada para ofrecer una ruta para que los jóvenes ultraortodoxos, normalmente exentos del servicio militar obligatorio, se integraran en las FDI mientras seguían adheridos a sus estrictas normas religiosas. La unidad atrae principalmente a reclutas de entornos desfavorecidos, muchos de los cuales son los llamados «jóvenes de las colinas», colonos de segunda generación en Cisjordania que ven a este territorio más como su hogar que a Israel propiamente dicho.

Netzah Yehuda
La unidad atrae principalmente a reclutas de entornos desfavorecidos, muchos de los cuales son los llamados «jóvenes de las colinas», colonos de segunda generación en Cisjordania que ven a este territorio más como su hogar que a Israel propiamente dicho. Ilustración MidJourney

La inclusión de estos jóvenes en Netzah Yehuda no solo ha sido un desafío logístico sino también ideológico, ya que muchos de ellos llevan consigo un fervor nacionalista que ha sido fuente de numerosos conflictos. Aunque la unidad opera bajo la premisa de mantener un «campamento santo», como dicta su lema, ha habido múltiples incidentes que han desafiado esta visión. Los enfrentamientos con la población palestina, incluyendo acciones que han sido catalogadas como agresiones injustificadas, han llamado la atención tanto de activistas por los derechos humanos como de políticos estadounidenses.

Biden está cerca de sancionarlos

La Ley Leahy, que prohíbe al gobierno de EE.UU. proporcionar fondos a unidades militares extranjeras implicadas en violaciones graves de derechos humanos, podría ser la base para las sanciones propuestas. Este movimiento por parte de la administración Biden, si se concreta, marcaría un precedente en la relación entre Estados Unidos e Israel, indicando un posible cambio en la tolerancia de Washington hacia comportamientos que contradicen los estándares internacionales de derechos humanos.

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La respuesta israelí a estas posibles sanciones ha sido de marcada resistencia. Figuras prominentes del gobierno, incluyendo al primer ministro Benjamín Netanyahu y al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, han expresado su firme oposición a cualquier medida punitiva contra una unidad de las FDI. La retórica de estos líderes refleja la profundidad del desafío que representa reconciliar la seguridad nacional con el respeto por los derechos humanos, un equilibrio que Israel continúa navegando en su complejo entorno geopolítico.

Mientras Netzah Yehuda permanece en el foco de las discusiones internacionales, el futuro de la unidad y su operación dentro de las FDI podría depender significativamente de cómo evolucionen las presiones externas e internas. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales no solo para los implicados directamente, sino también para el amplio espectro de relaciones internacionales que Israel mantiene con sus aliados más cercanos.

Pareciera no tener un comando

En este contexto de creciente tensión, la unidad Netzah Yehuda se encuentra en una posición particularmente delicada. Las discusiones sobre las sanciones de EE.UU. se intensifican en un momento en que las FDI ya enfrentan críticas internas por varios incidentes de alta visibilidad que han empañado su reputación. La situación de Omar Assad, aunque no es un caso aislado, ha sido especialmente influyente en la opinión pública internacional y ha acelerado las conversaciones sobre la necesidad de reforma y transparencia dentro de las fuerzas israelíes.

Netzah Yehuda
La inclusión de estos jóvenes en Netzah Yehuda no solo ha sido un desafío logístico sino también ideológico, ya que muchos de ellos llevan consigo un fervor nacionalista que ha sido fuente de numerosos conflictos. Aunque la unidad opera bajo la premisa de mantener un «campamento santo», como dicta su lema, ha habido múltiples incidentes que han desafiado esta visión. Ilustración MidJourney.

La unidad, que cuenta con varios cientos de soldados, ha sido descrita en ocasiones como una fuerza con considerable autonomía dentro de las FDI. Esta independencia, si bien puede ser valorada por su capacidad para adaptarse a las necesidades específicas de su población religiosa, también ha generado preocupaciones sobre la falta de supervisión y control. Los episodios de violencia y la llamada «política de precios» han mostrado una faceta de la unidad que parece actuar con impunidad, lo cual es problemático tanto para los estándares éticos de las FDI como para la imagen de Israel en el extranjero.

Respeto a los derechos humanos

El Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ha expresado su preocupación, señalando que si bien es crucial mantener una relación de seguridad fuerte con Israel, también es imperativo asegurar que todas las unidades militares actúen de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos. Este delicado equilibrio entre la seguridad nacional y la responsabilidad ética es un tema recurrente en las discusiones entre los dos países, especialmente en momentos en que la estabilidad regional está en juego.

Por otro lado, la comunidad internacional, especialmente los organismos dedicados a la defensa de los derechos humanos, ha estado vigilante. Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han instado a Estados Unidos a considerar seriamente las implicaciones de seguir apoyando financieramente a unidades como Netzah Yehuda que han sido acusadas de cometer abusos. Estas organizaciones argumentan que sin una postura firme contra las violaciones de derechos humanos, los esfuerzos diplomáticos por promover la paz y la seguridad en la región pueden verse seriamente socavados.

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Honrar los compromisos éticos

Además, la situación interna de Israel con respecto a Netzah Yehuda también refleja divisiones más amplias dentro de la sociedad israelí. Mientras algunos defienden la necesidad de la unidad como una forma de integrar a los haredíes en la sociedad y en el servicio nacional, otros critican la percepción de que se les permite operar bajo un conjunto diferente de reglas. Esta dicotomía subraya los desafíos que enfrenta Israel en su intento de ser un estado democrático y a la vez mantener su identidad religiosa y cultural.

A medida que la administración Biden considera la posibilidad de sanciones, la reacción de Israel será probablemente un barómetro de cómo el país valora su relación estratégica con Estados Unidos frente a su política interna. Este dilema no solo es relevante para los líderes políticos, sino que también resonará en la opinión pública, tanto en Israel como en Estados Unidos, donde la política hacia Israel sigue siendo un tema de intenso debate y división.

En última instancia, la cuestión de Netzah Yehuda es un microcosmos de los desafíos más amplios que enfrenta Israel en su papel en la región y en el mundo. Cómo maneje esta situación podría tener repercusiones duraderas en su relación con sus aliados más cercanos y en su posición en el escenario mundial. La decisión de imponer sanciones, o la falta de ella, será un indicativo claro de las prioridades y los compromisos éticos de las naciones involucradas en estos debates continuos y críticos sobre derechos humanos y seguridad nacional.

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