Gustavo Roosen: Venezuela encara una pobreza multidimensional muy difícil de manejar

Gustavo Roosen, reconocido empresario y actual presidente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), recientemente planteó en una columna para El Nacional la crítica situación económica de Venezuela, titulada «La difícil tarea de ordenar la economía». En ella, Roosen alerta sobre la necesidad inminente de abordar las profundas distorsiones económicas que socavan el futuro del país. En su análisis, no solo critica la falta de acción anticipada que debilita las posibilidades de una recuperación exitosa, sino que también señala la reciente asociación con Rothschind and Co. como una medida desesperada por entender la magnitud de las obligaciones financieras que Venezuela actualmente no está en posición de manejar.

Esta columna de Roosen, refleja una visión detallada de las dificultades a las que se enfrenta el país en términos de restructuración económica y manejo de su deuda externa. Además de sus roles empresariales y académicos, Gustavo Roosen ha sido una voz crítica sobre las políticas públicas venezolanas, analizando cómo las recomendaciones históricas de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han fallado en generar los resultados esperados. Muchas veces, estas recetas han beneficiado solo a sectores específicos, sin lograr un impacto significativo en el bienestar de la mayoría.

Gustavo Roosen y la ralentización

En su artículo, Roosen cita a Ishaan Tharoo, columnista del The Washington Post, quien discute los efectos de la desaceleración del crecimiento global, especialmente cómo afecta a los países en desarrollo, más vulnerables y con menos capacidad de recuperación. Este escenario global, combinado con la realidad interna de Venezuela, señala un contexto donde las desigualdades se profundizan y la calidad de vida disminuye.

Gustavo Roosen
El último Informe de Coyuntura Venezuela Abril 2024 del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, citado por Gustavo Roosen, muestra que no se han registrado avances significativos en la reducción de la pobreza y que las políticas públicas han continuado exhibiendo serias fallas estructurales. Ilustración MidJourney

El último Informe de Coyuntura Venezuela Abril 2024 del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, citado por Gustavo Roosen, muestra que no se han registrado avances significativos en la reducción de la pobreza y que las políticas públicas han continuado exhibiendo serias fallas estructurales. Este informe destaca la inflación como una constante preocupante y señala que la pobreza en Venezuela ha evolucionado de ser meramente económica a ser multidimensional, afectando aspectos como la educación, la salud, y el empleo.

Sin madurez política no hay economía

Gustavo Roosen recalca la urgencia de contar con expertos calificados para negociar en medio de estas circunstancias adversas. Sostiene que la recuperación de las instituciones y el alcanzar una madurez política son esenciales para que Venezuela pueda comenzar a ordenar su economía de manera efectiva. Esto requerirá un entendimiento profundo y una resistencia firme contra las iniciativas que hasta ahora han mostrado ser ineficaces.

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El análisis de Roosen no solo pinta un cuadro sombrío del estado actual de Venezuela, sino que también plantea un llamado a la acción para reevaluar y rediseñar las políticas económicas. Con una perspectiva que abarca tanto los fallos de las políticas de ajuste global como los retos específicos de Venezuela, Roosen nos recuerda que los desafíos son enormes, pero la necesidad de enfrentarlos es aún mayor. Su columna no solo refleja una crítica, sino también una invitación a pensar y actuar diferente ante una de las crisis más profundas que enfrenta el país.

Reconocer las deficiencias no basta

Con la reflexión de Gustavo Roosen, la situación en Venezuela requiere un análisis más profundo que simplemente reconocer las deficiencias de las políticas actuales o pasadas. Es esencial comprender que los problemas estructurales de Venezuela no solo son producto de políticas económicas mal gestionadas, sino también de un entorno global cambiante donde las dinámicas de poder y las estrategias económicas globales tienen un impacto directo en los países en desarrollo.

Roosen argumenta que la desigualdad y la pobreza multidimensional no pueden tratarse únicamente con ajustes macroeconómicos. En su columna, subraya la importancia de abordar las dimensiones sociales de la pobreza, que incluyen acceso a la educación, atención médica de calidad, y oportunidades de empleo digno y bien remunerado. En este sentido, la estrategia de Venezuela debe ir más allá de las negociaciones de deuda y los ajustes fiscales; debe incluir un plan integral que fomente la equidad social y el desarrollo humano.

Años de mala gestión y corrupción

La visión de Roosen es clara en cuanto a la necesidad de una reevaluación de las prioridades políticas y económicas. Sostiene que la política venezolana debe transitar hacia una mayor transparencia y responsabilidad, donde los intereses de las mayorías sean los que guíen las decisiones económicas. Este enfoque no solo es vital para la recuperación económica, sino también para restaurar la confianza en las instituciones del país, que han sido severamente erosionadas por años de mala gestión y corrupción.

Gustavo Roosen
Roosen argumenta que la desigualdad y la pobreza multidimensional no pueden tratarse únicamente con ajustes macroeconómicos. En su columna, subraya la importancia de abordar las dimensiones sociales de la pobreza, que incluyen acceso a la educación, atención médica de calidad, y oportunidades de empleo digno y bien remunerado. Ilustración MidJourney.

Asimismo, Gustavo Roosen hace hincapié en la necesidad de una mayor colaboración entre los actores políticos y económicos del país. La polarización y el conflicto han obstaculizado consistentemente los esfuerzos de reforma en Venezuela. Para él, es crucial que exista un diálogo inclusivo y constructivo que pueda superar las divisiones ideológicas y trabajar hacia objetivos comunes que benefician a toda la población.

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Un mundo post-globalización

Gustavo Roosen invita a reflexionar sobre el papel que Venezuela puede jugar en un mundo post-globalización. A medida que las dinámicas globales cambian, con una reducción en la interdependencia económica y un aumento en el nacionalismo económico, Venezuela tiene la oportunidad de redefinir su modelo económico y social para adaptarse mejor a este nuevo orden mundial. Esto incluye fortalecer las capacidades locales, desarrollar industrias que puedan competir en un mercado global más proteccionista y diseñar políticas que no solo dependan de la exportación de petróleo, sino que también fomenten la diversificación económica.

La columna de Roosen no solo es una crítica de la situación actual, sino también una llamada a la acción para todos los venezolanos, dentro y fuera del país. La superación de la pobreza multidimensional y el establecimiento de una economía más ordenada y justa requiere de un compromiso colectivo hacia la innovación, la colaboración y, sobre todo, hacia un enfoque más humano y equitativo del desarrollo económico. En este contexto, la voz de Roosen resuena como un recordatorio de que aunque los desafíos son grandes, las oportunidades para el cambio positivo también lo son.

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