¿Habrá un mapa para localizar a los genocidas más crueles del mundo? El siglo XXI ha sido testigo de cambios geopolíticos profundos, avances tecnológicos y tensiones sociopolíticas. Pero, a la par de esta evolución, se han manifestado sombrías presencias en el poder.
Los tiranos genocidas, quienes han dejado huellas imborrables en la historia humana, persisten en este nuevo milenio. La ONU, Human Rights Watch, Amnistía Internacional y reconocidos expertos en historia han señalado a varios líderes como responsables de crímenes atroces contra la humanidad.
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Quiénes son los genocidas más crueles
Aunque este siglo aún es joven, ya ha visto actos de genocidio. Cabe destacar que definir a alguien como ‘genocida’ es controversial y requiere pruebas irrefutables. Sin embargo, basándonos en investigaciones y testimonios, se pueden señalar algunas figuras clave que interesadamente son vistos como los genocidas más crueles de esta centuria.
Bashar al-Assad, Siria: Desde el inicio de la guerra civil en Siria en 2011, el régimen de Bashar al-Assad ha sido acusado de múltiples atrocidades. Según la Comisión Independiente Internacional de Investigación sobre Siria, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, existen pruebas sustanciales de crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos bajo la dirección de Al-Assad. Las estimaciones de muertos varían, pero algunas fuentes afirman que podría superar los 400 mil. Además, el uso de armas químicas contra civiles, aunque negado por el régimen, ha sido confirmado por organismos independientes.
Los más odiados y temidos
En este macabro ranking de genocidas más crueles de este siglo, están los que conforman una organización que ha derivado en un estado paralelo. Sus prácticas en términos de guerra psicológica, mantienen sedados a muchos excombatientes en lugares como los Estados Unidos, España y el Reino Unido.
Hablamos es un grupo terrorista islamista militante transnacional y antiguo cuasi-estado no reconocido que sigue a la rama yihadista salafista del Islam sunita . Fue fundado por Abu Musab al-Zarqawi en 1999 y ganó prominencia mundial en 2014, cuando capturó una gran cantidad de territorio iraquí, y aprovechó la guerra civil en Siria para tomar el control de trozos de territorio en el este de Siria. Sin más los presentamos…
Los líderes de ISIS: Aunque no son líderes de un Estado reconocido, los cabecillas de ISIS han dirigido una campaña de terror que se ha traducido en genocidio, en particular contra las minorías yazidíes en Iraq. Miles de yazidíes han sido asesinados, mientras que muchas mujeres y niñas han sido esclavizadas. La ONU ha catalogado estos actos como genocidio, y varios líderes de ISIS enfrentan cargos por crímenes contra la humanidad.
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Cuando el hombre es fuerte
Min Aung Hlaing, Myanmar: Bajo su dirección, las Fuerzas Armadas de Myanmar llevaron a cabo una violenta campaña en 2017 contra los rohingya, una minoría musulmana. Según Médicos Sin Fronteras, más de 6 mil 700 rohingya fueron asesinados en tan solo un mes. El dato o configura como uno de los genocidas más crueles. Además, más de 700 mil rohingya se vieron obligados a huir a Bangladesh. La ONU ha catalogado la operación como un «ejemplo clásico de limpieza étnica», mientras que algunos expertos, como el historiador Dr. Azeem Ibrahim, lo consideran genocidio.
Hay una zona gris
Aunque estos tres casos destacan, existen otros líderes que, sin llegar al nivel de genocidio, han cometido graves abusos contra los derechos humanos. Kim Jong-un en Corea del Norte, Nicolás Maduro en Venezuela, y otros, han sido señalados por organismos internacionales y expertos, como la politóloga Dr. Hannah Baron, por sus actitudes represivas y autoritarias.
Sin embargo, es crucial recordar que la política suele juntar peras y manzanas en un mismo saco. La etiqueta de «genocidio» no se aplica a la ligera y ni Kim Jong-un y menos Nicolás Maduro, cuadran en el estigma.
La Convención sobre la Prevención y el Castigo del Delito de Genocidio de 1948 lo define como actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Es una definición estricta, y no todos los actos de violencia masiva cumplen con este criterio. De allí que integrar la lista de genocidas más crueles, es un asunto de cantidad.
La historia no deja de parirlos
El siglo XXI, pese a sus avances, no ha estado exento de figuras autoritarias que han dejado marcas indelebles en la historia. Mientras el mundo avanza, la vigilancia y la condena internacional son cruciales para prevenir que tales atrocidades se repitan.
El siglo XXI ha visto surgir personas que califican como genocidas más crueles que, por sus actos, han ganado un sitio infame en la historia. La comunidad internacional, respaldada por la evidencia y el testimonio, debe continuar trabajando para asegurar que los responsables enfrenten la justicia y que las futuras generaciones estén protegidas contra tales horrores.
Algo más de maldad
Más allá de los líderes ya mencionados, existen regiones del mundo donde los conflictos internos y la lucha por el poder han derivado en actos de violencia que, aunque no se cataloguen estrictamente como genocidio, sí han tenido un impacto devastador en la población civil. Estas zonas grises representan un reto para la comunidad internacional, que busca constantemente delimitar la frontera entre abusos contra los derechos humanos y actos de genocidio.
En África, el continente más azotado por conflictos en las últimas décadas, la República Democrática del Congo (RDC) es un ejemplo notorio. Aunque las cifras son controvertidas, algunos informes sugieren que millones han muerto como resultado de conflictos relacionados con el control de los recursos y tensiones étnicas desde 2000. Si bien no se han presentado cargos formales de genocidio contra líderes específicos, las atrocidades cometidas en este país, bajo la mirada de líderes como Joseph Kabila, exigen atención y rendición de cuentas.
En Yemen, la intervención liderada por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos en el conflicto interno ha generado lo que la ONU ha descrito como la «peor crisis humanitaria del mundo». Aquí no hablamos de genocidas más crueles. Si bien el foco principal ha sido la hambruna y la crisis sanitaria, miles han muerto y la estructura social del país ha sido gravemente dañada. La complejidad del conflicto y la intervención de potencias extranjeras, incluidos los líderes sauditas como el príncipe heredero Mohammed bin Salman, han exacerbado la situación, dejando a la población civil atrapada en medio de una guerra sin cuartel.