La reciente publicación del investigador sobre democratización y política exterior estadounidense, Johannes Lang, ha causado revuelo internacional. Como becario John F. Kennedy en la Escuela Kennedy de Harvard, Lang no es ajeno a controversias políticas, pero su más reciente pieza en el portal washingtoniano The Hill es particularmente punzante.
Lang comienza por afirmar que “los recientes asesinatos de civiles israelíes son horrorosos. No puede haber justificación para la matanza de inocentes, ya sea en Israel o en Gaza.” Sin embargo, advierte sobre el peligro de reacciones extremas después de traumas y compara la situación actual con los antecedentes de limpieza étnica en la historia mundial.
Las preocupaciones de Johannes Lang
El ejército israelí, según el artículo, está intensificando su ofensiva contra Gaza. Algunas declaraciones de los líderes políticos de Israel, particularmente del Ministro de Defensa, Yoav Gallant, insinúan un ataque sin restricciones. Con un bloqueo que impide la llegada de alimentos o agua, y más de 300,000 palestinos ya desplazados, las condiciones para una crisis humanitaria están en marcha. Los consejos de Netanyahu para que los civiles de Gaza “salgan ahora” son, en opinión de Johannes Lang, una muestra de la gravedad de la situación, especialmente porque, bajo asedio, los habitantes de Gaza no tienen adónde ir.
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Lang desglosa las señales de advertencia de una limpieza étnica, basándose en patrones históricos. La primera señal es una discriminación y retórica prolongada y excluyente, como se vio en genocidios pasados en Ruanda y Bosnia. La retórica oficial israelí, según el investigador, ha inclinado hacia posturas más extremas, y las encuestas muestran que un gran porcentaje de judíos israelíes apoyan la expulsión de palestinos.
Señales de un genocidio
La segunda señal de advertencia es la guerra. Las condiciones de incertidumbre y miedo crean un terreno fértil para la violencia étnica. El trauma puede actuar como un detonante. Hamás, con su ataque sorpresa, ha creado un escenario similar al que antecedió al genocidio en Ruanda.
Johannes Lang apunta que el tercero se centra en motivos individuales, donde líderes políticos se benefician de la violencia para consolidar su poder. Lang compara la situación de Netanyahu, en medio de una crisis política interna, con la de líderes como Milosevic en Yugoslavia.
Hacerlo porque pueden
La capacidad tecnológica para llevar a cabo violencia masiva es la cuarta señal. A pesar de los daños causados por Hamás, su poder es limitado en comparación con el poderoso ejército de Israel. La historia muestra que los conflictos entre ambos han tenido un saldo desproporcionado de víctimas palestinas.
Por último, Johannes Lang señala que el apoyo internacional es un factor crucial. Las declaraciones de Netanyahu sobre las conversaciones con el presidente Biden y el aparente respaldo de líderes occidentales son inquietantes. El investigador advierte sobre los peligros de un apoyo incondicional, citando ejemplos de Bangladesh, Guatemala, Ruanda y Bosnia, donde el respaldo o la inacción de la comunidad internacional permitieron violencia masiva.
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Todos estamos consternados
Johannes Lang concluye su análisis con un llamado apasionado: «Los estadounidenses están, con razón, consternados por la terrible pérdida de vidas en Israel y Gaza. Habrá un tiempo para el luto y un tiempo para repartir culpas. Ahora es el momento de detener la violencia. No se queden sentados y permitan que esta respuesta se convierta en una espiral de limpieza étnica. No le demos carta blanca a Netanyahu.» Es un clamor por la intervención, la moderación y, en última instancia, la humanidad.
La voz de Johannes Lang no es solo un eco de erudición, sino un recordatorio de la responsabilidad colectiva que la comunidad internacional tiene ante situaciones de crisis. Su advertencia, respaldada por patrones históricos, subraya la urgencia de una acción concertada. El mundo ha sido testigo de demasiados genocidios y limpiezas étnicas, y su artículo es una llamada para evitar que la historia se repita en Gaza.