Biden tendría más voluntades en la industria petrolera que desean que se quede en la Casa Blanca

En un giro sorprendente de eventos, parece que la industria petrolera, tradicionalmente vista como aliada de políticas conservadoras y de libre mercado, podría estar inclinando la balanza a favor de una permanencia de Joe Biden en la Casa Blanca. Este cambio, aparentemente paradójico, subraya una complejidad en las relaciones entre la política energética y los intereses corporativos que va más allá de la simple división partidista. La industria petrolera, con su enorme influencia en la economía global y su papel central en los debates sobre el cambio climático, se encuentra en una encrucijada de prioridades, entre las cuales las políticas actuales de la administración Biden parecen ofrecer un camino ventajoso.

El material que inspira este análisis fue elaborado por Maxine Joselow, quien escribe sobre cambio climático y medio ambiente para The Washington Post. Anteriormente en E&E News, parte de Politico, Joselow ha destacado en su reciente artículo titulado «Las sorprendentes razones por las que las grandes petroleras podrían no querer un segundo mandato de Trump» cómo algunos ejecutivos de la industria petrolera y del gas están reconsiderando su apoyo a Donald Trump. Su trabajo destaca un «mensaje a García» desde Houston, donde la perspectiva de un dominio energético prometido por Trump choca con las preocupaciones sobre una guerra comercial global y las políticas proteccionistas del ex presidente.

Industria petrolera

Los ejecutivos de la industria petrolera han encontrado un inesperado aliado en la Ley de Reducción de la Inflación, promulgada por Biden, que contrasta marcadamente con las promesas de Trump de desmantelarla. Esta ley ofrece generosos créditos fiscales para proyectos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono, una tecnología emergente que las empresas petroleras están ansiosas por explorar. A pesar de que la industria sigue bombeando petróleo crudo en cantidades récord, la oportunidad de beneficiarse de subvenciones para tecnologías verdes ha sido bien recibida, señalando un cambio hacia una mayor sostenibilidad dentro del sector.

industria petrolera
La Ley de Reducción de la Inflación, por lo tanto, se convierte en un punto de inflexión para la industria, ofreciendo incentivos que pueden ser demasiado valiosos como para ignorar, incluso frente a la promesa de una política energética más favorable bajo una administración republicana. Ilustración MidJourney

Por otro lado, las políticas comerciales de Trump, centradas en un nacionalismo económico que impone altos aranceles a los bienes importados, podrían aumentar significativamente los costos para la industria petrolera. La construcción de nuevos oleoductos y otras infraestructuras esenciales para el sector podría verse afectada, aumentando la ansiedad sobre posibles guerras comerciales globales. Aunque algunos ejecutivos han expresado críticas hacia la administración Biden por su postura hacia la industria petrolera, calificándola de demonizadora por su contribución al cambio climático, la perspectiva profesional parece diferir de la personal, apuntando hacia un enfoque más equilibrado de la situación.

Incentivos económicos de Biden

La administración Biden ha sido criticada por suspender las aprobaciones de nuevas exportaciones de gas natural licuado, una medida que no ha sido bien recibida por todos en la industria. Sin embargo, durante las primarias presidenciales del Partido Republicano, los financiamientos de campaña revelaron que los barones del petróleo favorecieron a Trump sobre sus competidores, aunque esto podría estar cambiando a medida que las políticas energéticas y comerciales se evalúan bajo una nueva luz.

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Las entrevistas realizadas durante una reciente conferencia sobre energía en Houston revelan que la percepción de las políticas de Trump y Biden entre los ejecutivos de la industria petrolera es más matizada de lo que se podría esperar. Mientras que la administración Trump es vista favorablemente por su apoyo explícito a los combustibles fósiles, la administración Biden ofrece incentivos económicos para adoptar tecnologías limpias, como la captura de carbono y el hidrógeno limpio, que podrían tener un impacto significativo en el futuro de la industria.

Carbono e hidrógeno

ExxonMobil, por ejemplo, ha elogiado la Ley de Reducción de la Inflación por facilitar la implementación de estas tecnologías emergentes. Darren Woods, director general de ExxonMobil, ha expresado un fuerte apoyo a la ley, destacando su enfoque en la intensidad de carbono y su neutralidad tecnológica, lo que permite a las empresas petroleras participar en la transición energética sin dictar una tecnología específica. Esta postura es emblemática de un sector que, aunque históricamente ha sido resistente al cambio, reconoce la inevitabilidad de la transición hacia una economía más verde y la necesidad de adaptarse a ella.

La reacción de la industria petrolera frente a las posibles políticas de un segundo mandato de Trump contrasta fuertemente con su respuesta a las iniciativas actuales de Biden. A pesar de las críticas a ciertas políticas, como la suspensión de las aprobaciones de exportaciones de gas natural licuado, hay un reconocimiento creciente de que la Ley de Reducción de la Inflación ofrece oportunidades significativas para el sector. Estas oportunidades se extienden más allá de la simple continuación de operaciones tradicionales, abriendo el camino hacia innovaciones que podrían asegurar la relevancia a largo plazo de la industria en un mundo cada vez más enfocado en la sostenibilidad.

Preocupación sobre las propuestas de Trump

Mike Sommers, presidente y director ejecutivo del Instituto Americano del Petróleo, expresó su preocupación sobre las propuestas de Trump que podrían desencadenar guerras comerciales globales. Sommers destacó la importancia del libre comercio para la industria petrolera estadounidense y sugirió que un enfoque proteccionista podría ser perjudicial. Esto subraya una preferencia por una política que favorezca el intercambio y la cooperación internacionales, en lugar de medidas que podrían aislar a Estados Unidos del mercado global.

industria petrolera
Los ejecutivos de la industria petrolera han encontrado un inesperado aliado en la Ley de Reducción de la Inflación, promulgada por Biden, que contrasta marcadamente con las promesas de Trump de desmantelarla. Ilustración MidJourney.

Además, la industria petrolera ha comenzado a reconocer la importancia de las tecnologías verdes y la captura de carbono para su futuro. La implementación de estas tecnologías no solo responde a las crecientes demandas de una gestión más sostenible del medio ambiente, sino que también ofrece ventajas económicas bajo las actuales políticas gubernamentales. La Ley de Reducción de la Inflación, por lo tanto, se convierte en un punto de inflexión para la industria, ofreciendo incentivos que pueden ser demasiado valiosos como para ignorar, incluso frente a la promesa de una política energética más favorable bajo una administración republicana.

Apoyo a las políticas actuales

La posibilidad de que Trump pueda desmantelar estos subsidios si regresa a la Casa Blanca es una preocupación real para la industria. Sin embargo, tal acción requeriría un amplio apoyo legislativo, algo que no está garantizado. En este contexto, ejecutivos como Darren Woods de ExxonMobil han manifestado abiertamente su apoyo a las políticas actuales, lo que indica una preferencia por la estabilidad y la previsibilidad que ofrece la administración Biden sobre la incertidumbre que podría traer un cambio de gobierno.

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Esta convergencia de intereses entre la administración Biden y ciertos sectores de la industria petrolera sugiere una reconfiguración de las alianzas políticas tradicionales. Aunque personalmente algunos ejecutivos puedan preferir las políticas más tradicionalmente asociadas con el Partido Republicano, profesionalmente reconocen los beneficios de las políticas energéticas de Biden para sus empresas. Esto refleja una maduración de la industria, que ahora considera el cambio climático y la sostenibilidad como factores críticos en su planificación a largo plazo.

Otra vez el renacimiento energético

La campaña de Trump no ha respondido específicamente a estas preocupaciones, manteniendo un enfoque en promesas de un renacimiento energético que muchos ven como incompatible con las tendencias globales hacia la sostenibilidad. En contraste, la campaña de Biden no ha necesitado responder directamente, ya que sus políticas actuales ya están hablando por sí mismas, ganando el apoyo tácito de un sector que históricamente se ha alineado con sus oponentes políticos.

La relación entre la administración Biden y la industria petrolera es compleja y matizada, desafiando las narrativas simplistas sobre la política y el negocio del petróleo. A medida que Estados Unidos se acerca a otra elección presidencial, esta dinámica inesperada podría tener implicaciones significativas no solo para el futuro de la industria petrolera sino también para la dirección de la política energética y ambiental del país. La industria petrolera, tradicionalmente vista como reacia al cambio, ahora se encuentra en una posición donde el cambio puede ser no solo inevitable sino también deseable, marcando un posible punto de inflexión en la historia energética de Estados Unidos.

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