Drones de Irán fallaron en el ámbito destructivo, pero atinaron en el corazón del miedo

A pesar de que el arsenal de drones desplegado por Irán no logró infligir un daño significativo en términos materiales o de bajas humanas, el impacto psicológico de su ataque ha resonado profundamente, sembrando el miedo no solo en Tel Aviv, sino también en las capitales occidentales. Este miedo, exacerbado por la incertidumbre y la amenaza de escalada, se ha convertido en una herramienta inadvertida de guerra psicológica, alterando la percepción de seguridad a nivel internacional.

El Dr. Ran Porat, investigador asociado afiliado del Centro Australiano para la Civilización Judía (ACJC), y experto en estudios de Medio Oriente en la Universidad de Monash, nos proporciona un análisis detallado del reciente conflicto. Según Porat, aunque el ataque con drones y misiles de Irán contra Israel no devastó físicamente, su verdadero éxito radica en haber logrado instalar una atmósfera de temor y ansiedad. Esto se ve reflejado en su artículo titulado “¿Es inevitable la guerra total después del error de cálculo de Irán al atacar a Israel?”, donde explora las implicaciones de un país acosado por el miedo, una situación que el primer ministro israelí, Netanyahu, podría manipular políticamente.

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La campaña de Irán, que incluyó más de 300 drones y misiles, fue en respuesta a la muerte de su general, Mohammad Reza Zahedi, conocido como Hassan Mahdawi, por ataques aéreos israelíes. Ilustración MidJourney

Netanyahu, el miedo y la guerra

La campaña de Irán, que incluyó más de 300 drones y misiles, fue en respuesta a la muerte de su general, Mohammad Reza Zahedi, conocido como Hassan Mahdawi, por ataques aéreos israelíes. Este acto marcó un punto de inflexión para Teherán, que sintió la necesidad de actuar frente a años de provocaciones y ataques. A pesar de la magnitud del asalto, la respuesta de defensa de Israel fue casi perfecta, con el 99% de los proyectiles interceptados, evitando así daños significativos.

Más allá de los resultados tácticos, lo que realmente resalta es la respuesta internacional y la rapidez con la que países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Jordania se movilizaron para apoyar a Israel. Esta unificación muestra un frente común que podría disuadir futuras agresiones, pero también deja en evidencia la fragilidad de la paz regional. El miedo a una escalada mayor es palpable y se manifiesta no solo en las salas situacionales militares, sino también en las calles de ciudades alrededor del mundo.

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Problemas internos de Teherán

En cuanto a las consecuencias internas para Irán, enfrentan una economía debilitada por sanciones y una disidencia creciente, exacerbada por el descontento popular y recientes protestas como las suscitadas por la muerte de Mahsa Amini en 2022. Este ataque, lejos de fortalecer la posición de Teherán, podría haber exacerbado su vulnerabilidad interna y externa.

Los próximos días serán cruciales para determinar cómo se desentrañarán estos eventos. A medida que la comunidad internacional observa y responde, el espectro del miedo seguirá siendo un componente crítico en la dinámica de poder en Oriente Medio. La capacidad de Israel y sus aliados para mantener la calma y responder de manera medida será tan importante como su habilidad para interceptar misiles. La gestión de la percepción y el miedo, tanto en el público como entre los líderes, jugará un papel determinante en la evitación de una escalada hacia un conflicto total.

Con este panorama, tanto los estrategas militares como los políticos deberán considerar no solo las capacidades materiales de sus enemigos, sino también el poder del miedo y la psicología en la guerra moderna. En un mundo donde la imagen y la percepción pueden decidir el curso de los conflictos tanto como las armas, el verdadero desafío será gestionar estos elementos con la misma precisión que los sistemas de defensa aérea gestionan los cielos.

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Narrativa global en contrapeso

La intercepción efectiva de los ataques aéreos iraníes, aunque un logro técnico, deja una serie de interrogantes sobre las capacidades futuras de enfrentamiento y las estrategias de contención. Los aliados occidentales, alineados en defensa de Israel, necesitarán no solo mantener su capacidad técnica, sino también manejar la narrativa global que envuelve este enfrentamiento. El manejo del miedo, instrumentado a través de los medios de comunicación y la diplomacia pública, será tan crucial como las maniobras en el campo de batalla.

Por otro lado, la capacidad de Irán para influir en la opinión pública global y regional a través del uso del miedo como herramienta de guerra psicológica, plantea preguntas sobre cómo futuros conflictos podrían ser moldeados no solo por la fuerza militar sino también por la guerra de la información. Si bien los drones iraníes no lograron efectos destructivos significativos, sí consiguieron captar la atención mundial y demostrar la vulnerabilidad de las naciones, incluso aquellas con defensas aparentemente impenetrables.

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La gestión de la percepción y el miedo, tanto en el público como entre los líderes, jugará un papel determinante en la evitación de una escalada hacia un conflicto total. Ilustración MidJourney.

Todos ganan con la muerte

Este episodio también pone de relieve la dinámica interna de Irán y cómo sus líderes pueden estar utilizando estos enfrentamientos como una forma de consolidar el poder interno frente a las crecientes presiones económicas y políticas. La narrativa del miedo no solo se dirige hacia el exterior, sino que también tiene un público interno, donde el régimen busca fortalecer su legitimidad al presentarse como un defensor frente a las agresiones externas.

Israel, por su parte, se enfrenta a su propio dilema interno y externo. La capacidad del gobierno de Netanyahu para manejar esta crisis no solo definirá su futuro político sino también la estabilidad de la región. Si bien el miedo es un poderoso motivador, también es un arma de doble filo que puede desestabilizar tanto a quien lo emite como a quien lo recibe. La habilidad de Israel para manejar y mitigar el miedo en su población será crucial para mantener la cohesión social y la resiliencia nacional.

Un actor disruptivo

En las capitales de Europa y Estados Unidos, el análisis de este incidente está siendo cuidadosamente evaluado para reformular políticas y estrategias de defensa. El miedo, aunque intangible, ha demostrado ser un factor disruptivo que puede alterar planes y provocar reacciones en cadena en la geopolítica mundial. Las decisiones que se tomen ahora, influenciadas por este ataque y sus repercusiones psicológicas, tendrán efectos duraderos en la política internacional.

Finalmente, el mundo observa y espera. La capacidad de los líderes y las instituciones para gestionar y contrarrestar el miedo determinará el curso de los futuros eventos en Oriente Medio y más allá. Las acciones de Irán, y las respuestas de Israel y sus aliados, han puesto en marcha una serie de eventos que pueden no solo redefinir las relaciones internacionales, sino también las estrategias para manejar conflictos en la era de la información y la guerra psicológica. La guerra no es solo combatida en el campo de batalla, sino en la mente y corazones de la población global, y este episodio es un testimonio palpable de esa realidad.

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