Trump deprecia la calidad de la democracia e invita a otros autoritarios a transgredir

La calidad de la democracia en Estados Unidos se encuentra en un declive alarmante bajo la influencia de figuras como Donald Trump, cuya retórica y acciones invitan no solo a cuestionar los fundamentos democráticos internos, sino también a alentar a líderes autoritarios alrededor del mundo a seguir su ejemplo. Este escenario plantea serias preocupaciones sobre la estabilidad política global y la integridad de los procesos democráticos.

Este reportaje está inspirado en algunos datos de un trabajo periodístico elaborado por Patrick Svitek, reportero del equipo de noticias de última hora sobre política de National de The Washington Post. Svitek anteriormente, trabajó en The Texas Tribune y en la oficina del Houston Chronicle en Austin. El título original de su reportaje más reciente en The Washington Post es “Los principales republicanos, encabezados por Trump, se niegan a comprometerse a aceptar los resultados de las elecciones de 2024”.

Se desploma la calidad de la democracia

Desde su ascenso al poder en 2016, Trump ha desplegado una serie de tácticas que han erosionado la calidad de la democracia en su país. Su negativa a aceptar los resultados de las elecciones de 2020 y los continuos intentos por deslegitimar los procesos electorales han creado un precedente preocupante. Esta actitud no solo desestabiliza el sistema político estadounidense, sino que también proporciona un marco de referencia para otros líderes como Vladimir Putin en Rusia, Recep Tayyip Erdogan en Turquía, y Nicolás Maduro en Venezuela, Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia, a Miguel Díaz-Canel en Cuba, quienes observan y posiblemente se sienten validados para intensificar sus propias agendas autoritarias.

calidad de la democracia
Donald Trump no solo desestabiliza el sistema político estadounidense, sino que también proporciona un marco de referencia para otros líderes como Vladimir Putin en Rusia, Recep Tayyip Erdogan en Turquía, y Nicolás Maduro en Venezuela, Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia, a Miguel Díaz-Canel en Cuba, quienes observan y posiblemente se sienten validados para intensificar sus propias agendas autoritarias. Ilustración MidJourney

La negativa de Trump a comprometerse a aceptar los resultados de las próximas elecciones refleja una profunda desvalorización de la calidad de la democracia. Esta actitud se replica en figuras políticas alrededor del mundo que ven en el comportamiento de Trump un modelo a emular. Según Steven Levitsky, profesor de gobierno en la Universidad de Harvard, “aceptar los resultados de las elecciones es la regla cardinal de la democracia. Si un partido importante no está dispuesto a aceptar la derrota en las elecciones, la democracia no puede ser estable”.

Los eventos del 6 de enero de 2021, cuando una turba de partidarios de Trump asaltó el Capitolio, son un claro indicativo de las consecuencias de su retórica. Esta violencia no solo fue un asalto directo a la calidad de la democracia estadounidense, sino que también envió un mensaje claro a otros líderes autoritarios sobre la fragilidad de las instituciones democráticas cuando son desafiadas desde dentro.

Tambièn puedes leer: “Factor M” alumbrará el jingle de la campaña del presidente candidato Nicolás Maduro

Republicanos son ahora menos demócratas

Las posturas de Trump también han tenido un impacto en el Partido Republicano, donde figuras como el senador Tim Scott y el gobernador Doug Burgum han evitado comprometerse públicamente a aceptar los resultados de las próximas elecciones. Esta tendencia al negacionismo electoral no solo debilita la confianza en el sistema electoral, sino que también prepara el terreno para futuras controversias electorales, tanto en Estados Unidos como en el contexto internacional.

En una entrevista reciente, el presidente Joe Biden expresó su preocupación por la posibilidad de otro incidente como el del 6 de enero si Trump pierde las elecciones de noviembre. “No puedes amar a tu país solo cuando estás ganando,” declaró Biden, subrayando la importancia de aceptar los resultados para preservar la calidad de la democracia.

La situación actual en Estados Unidos es un espejo preocupante de lo que podría suceder en otras democracias si los líderes eligen seguir el ejemplo de Trump. Es crucial para el futuro de la democracia global que los líderes y ciudadanos reconozcan y respondan a estas amenazas con un compromiso renovado hacia los principios democráticos y la integridad electoral.

Desmedro, silencio y complicidad

La discusión sobre la calidad de la democracia, el silencio y la complicidad dentro del Partido Republicano son igualmente alarmantes. Las encuestas indican una creciente desconfianza entre los votantes republicanos hacia el sistema democrático, alimentada por declaraciones infundadas sobre el fraude electoral. Este escepticismo no solo socava la confianza pública en las elecciones, sino que también refuerza la división y el conflicto político, debilitando aún más la calidad de la democracia en Estados Unidos.

calidad de la democracia
La situación actual en Estados Unidos sirve como una advertencia crítica para las democracias en todo el mundo. La erosión de la calidad de la democracia no solo compromete la gobernabilidad y la estabilidad interna, sino que también afecta la percepción global de la democracia como un sistema efectivo de gobierno. Ilustración MidJourney.

Además, el abogado Charlie Spies, recientemente separado de su rol en el Comité Nacional Republicano, simboliza la lucha interna dentro del partido entre aquellos que desean mantener la integridad de la institución y aquellos dispuestos a comprometer principios democráticos para apoyar a Trump. Este conflicto interno es un reflejo de un problema más amplio que afecta a varias democracias alrededor del mundo, donde el poder político a menudo se prioriza sobre la estabilidad democrática.

¿Todos somos autoritaritas?

La actitud de Trump y su influencia en el Partido Republicano también resaltan una preocupante tendencia hacia el autoritarismo, no solo en Estados Unidos sino globalmente. Líderes autoritarios en otros países pueden ver en la conducta de Trump y su base una justificación para sus propias acciones antidemocráticas, perpetuando un ciclo de erosión democrática que trasciende fronteras nacionales.

La insistencia de Trump en que solo aceptará los resultados de las elecciones si gana refleja una peligrosa desviación de las normas democráticas, que se basan en la competencia justa y la aceptación de la voluntad popular como base del gobierno legítimo. Este enfoque no solo es un desafío directo a la calidad de la democracia, sino que también establece un precedente para que otros líderes cuestionen la legitimidad de los resultados electorales como una táctica para mantener el poder.

A medida que las elecciones de 2024 se acercan, es fundamental que los líderes políticos, los medios de comunicación y los ciudadanos permanezcan vigilantes y comprometidos con los principios de una democracia justa y transparente. La calidad de la democracia americana depende de la capacidad de sus instituciones y de su pueblo para resistir las tendencias autoritarias y proteger la integridad de sus elecciones.

Tambièn puedes leer: Luis Vicente León: En Venezuela cualquier cosa puede pasar antes o después del 28 de julio

Una advertencia mundial

La situación actual en Estados Unidos sirve como una advertencia crítica para las democracias en todo el mundo. La erosión de la calidad de la democracia no solo compromete la gobernabilidad y la estabilidad interna, sino que también afecta la percepción global de la democracia como un sistema efectivo de gobierno. Restaurar y fortalecer la democracia en Estados Unidos podría ser un paso crucial hacia la revitalización de los principios democráticos a nivel mundial, garantizando que la influencia de figuras como Trump no marque un cambio permanente hacia el autoritarismo en la política global.

La verdadera paradoja, es que no existe en el mundo un bloque o institución que “emita sanciones contra Estados Unidos” por sus malos ejemplos. Nadie, sino ellos, sancionan a regímenes de todas partes de mundo, quiebran la cotidianidad de la vida de la gente, para que en el fondo pase lo mismo que en New York, donde está un ex presidente con chance de volver a la Casa Banca, desafiando al Sistema de Justicia, transgrediendo las normas, mientras los estadounidenses caen por el agujero de una madriguera de conejo.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí