Luis Britto García: Venezuela debe cortar las bases económicas y políticas del fascismo

En una reciente intervención, el renombrado escritor, historiador y dramaturgo venezolano Luis Britto García destacó la necesidad urgente de que Venezuela tome medidas firmes para erradicar las bases económicas y políticas que permiten el florecimiento del fascismo en el país. Según Britto García, el fascismo no solo representa una alianza tóxica entre el gran capital y el estado, sino que también es un reflejo de un sistema que marginaliza a las masas mientras protege los intereses de una élite minoritaria.

El material de Britto García fue publicado en el portal Aporrea bajo el título «Fascismo», donde el intelectual desgrana una lista de doce características que, según él, definen al fascismo globalmente. En este trabajo, recuerda además una advertencia que realizó en 2018 sobre la criptomoneda Petro, destacando su mala definición jurídica y la ausencia de mecanismos de control, lo que resultó en la pérdida de «miles de millones» que, argumenta, podrían haber sido salvados por una administración revolucionaria más competente.

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Fascismo y sus cómplices

Britto García describe el fascismo como una «complicidad absoluta entre el gran capital y el Estado», donde los intereses económicos de las grandes corporaciones se alinean y se confunden con los de la política gubernamental. Según explica, esta amalgama crea un terreno fértil para que las políticas fascistas tomen raíz y prosperen, especialmente en tiempos de crisis económica y social.

El fascismo también es presentado por Britto García como un enemigo de la clase media y de los trabajadores, quienes son privados de sus derechos y sometidos a un «Estado Corporativo» donde solo prevalecen los intereses empresariales. En su tercer punto, el escritor venezolano enfatiza cómo las crisis, propiciadas por las fallas del capitalismo, empujan a las clases medias hacia una situación de desesperación que los fascistas explotan para ganar su apoyo, prometiendoles seguridad y estabilidad a cambio de su complacencia con un régimen autoritario y represivo.

A lo largo de su disertación, Britto García ilustra cómo el fascismo se ha manifestado en diferentes contextos históricos y geográficos, desde la Europa de Mussolini y Hitler hasta ejemplos más contemporáneos en América Latina. Cada ejemplo sirve para subrayar cómo los patrones de manipulación, control y represión se repiten bajo la bandera del fascismo, independientemente de las fronteras nacionales.

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El fascismo también es presentado por Britto García como un enemigo de la clase media y de los trabajadores, quienes son privados de sus derechos y sometidos a un «Estado Corporativo» donde solo prevalecen los intereses empresariales. Ilustración MidJourney

Masas y élites

En su quinto punto, Britto García analiza cómo el fascismo apela a las masas mientras sirve a los intereses de las élites. Describe cómo esta dinámica no solo perpetúa la desigualdad, sino que también fomenta un sistema jerárquico y autoritario donde las masas son movilizadas para servir a los objetivos de una minoría privilegiada, mientras que sus propias necesidades y derechos son constantemente subyugados.

A lo largo de su análisis, Luis Britto García no sólo detalla los peligros y las manifestaciones del fascismo, sino que también llama a una acción consciente y decidida para desmantelar las estructuras que permiten su surgimiento y fortalecimiento. El desafío, según Britto García, es tanto político como económico, y requiere un esfuerzo concertado por parte del estado y la sociedad civil para redefinir las prioridades nacionales hacia un modelo más inclusivo y equitativo que prevenga la explotación de las crisis por parte de fuerzas antidemocráticas.

Una hoja de ruta

Con este llamado a la acción, Britto García no solo ofrece una crítica, sino una hoja de ruta para aquellos en el poder y la ciudadanía en general. Su visión implica un cambio radical en la forma en que Venezuela aborda sus problemas estructurales, sugiriendo que sólo a través del reconocimiento y la erradicación de las bases económicas y políticas del fascismo, el país podrá aspirar a un futuro más democrático y justo para todos sus habitantes.

En su séptimo punto, Britto García aborda el tema del racismo estructural, que ve como intrínsecamente ligado al fascismo. Según él, el fascismo a menudo manipula las tensiones raciales y étnicas para consolidar su poder, sacrificando la dignidad y los derechos de los grupos percibidos como inferiores o externos al ideal nacionalista promovido por el régimen. Este mecanismo no solo divide a la sociedad, sino que también justifica la represión y el autoritarismo como medios necesarios para mantener el «orden».

Además, el escritor señala cómo el fascismo capitaliza el miedo y la inseguridad económica para fortalecer su base de apoyo. En su análisis, la crisis económica no es un simple contexto adverso, sino una herramienta que los regímenes fascistas explotan para imponer un orden autoritario y reprimir cualquier forma de disidencia o resistencia. En este sentido, Britto García enfatiza que el desmantelamiento de las bases económicas del fascismo implica una reorganización fundamental de la relación entre el estado y el capital, asegurando que el bienestar colectivo prevalezca sobre los intereses particulares de las élites económicas.

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Medios coaptados

El noveno punto de Britto García examina el papel de la propaganda y el control de los medios en la perpetuación del fascismo. Critica cómo los regímenes fascistas cooptan los medios de comunicación para difundir su ideología, silenciar la crítica y manipular la verdad. Para él, una prensa libre y un sistema educativo que promueva el pensamiento crítico son esenciales para combatir la influencia fascista y fomentar una ciudadanía informada y comprometida con los valores democráticos.

A medida que avanza en su exposición, Britto García no pierde de vista el contexto internacional, señalando cómo el fascismo en Venezuela no es un fenómeno aislado, sino parte de una tendencia global donde los movimientos autoritarios han ganado terreno. Destaca la importancia de la solidaridad internacional y la cooperación entre los países que buscan preservar y fortalecer los valores democráticos frente a estos desafíos.

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A medida que avanza en su exposición, Britto García no pierde de vista el contexto internacional, señalando cómo el fascismo en Venezuela no es un fenómeno aislado, sino parte de una tendencia global donde los movimientos autoritarios han ganado terreno. Ilustración MidJourney.

Una Venezuela proactiva

Finalmente, el escritor concluye su exposición con un llamado apasionado a la acción. Insta a los responsables de la política venezolana a ser proactivos y no esperar a que las condiciones se deterioren aún más antes de actuar. Según Britto García, el combate contra el fascismo no es solo una lucha política o económica, sino también cultural, donde cada ciudadano tiene un papel que desempeñar. Desde educadores hasta artistas y empresarios, todos tienen la responsabilidad de fomentar un ambiente donde el fascismo no pueda echar raíces.

Este análisis exhaustivo por parte de Luis Britto García no solo destaca las amenazas que enfrenta Venezuela, sino que también ofrece una serie de estrategias y medidas que podrían tomar los líderes políticos y la sociedad civil para prevenir la ascensión del fascismo en el país. A través de su perspectiva, Britto García no solo documenta una preocupación, sino que también inspira a una acción consciente y coordinada para proteger y fortalecer las instituciones democráticas de Venezuela.

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