La pobreza extrema mundial sigue siendo uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. A pesar de los avances tecnológicos y el crecimiento económico global, millones de personas viven con menos de 1,90 dólares al día, enfrentando hambre, enfermedades y una calidad de vida inaceptable. Sin embargo, un rayo de esperanza surge desde Asia: la experiencia de China en la erradicación de la pobreza extrema. Este país, que logró sacar a más de 800 millones de personas de la pobreza en apenas unas décadas, está dispuesto a compartir su modelo de desarrollo con el resto del mundo. En la reciente Cumbre del G20, China reafirmó su compromiso de unirse a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, destacando su liderazgo en esta lucha.
El material que sirve como base para este reportaje fue publicado por Xinhua, la agencia oficial de noticias de la República Popular China, bajo el título: “Explicador: China aporta sabiduría y fortaleza a los esfuerzos de alivio de la pobreza a nivel mundial”. Fundada en 1931, Xinhua es la agencia de noticias más grande e influyente de China, y sus análisis reflejan el enfoque estratégico del país en temas de desarrollo global. Con datos concretos, el artículo destaca cómo la experiencia y las iniciativas chinas están ayudando a otros países a enfrentar los retos de la pobreza extrema.
Pobreza extrema mundial
El éxito de China en la erradicación de la pobreza extrema mundial se atribuye a una estrategia precisa y sistemática que aborda las causas fundamentales de este problema. Mediante políticas enfocadas en las necesidades específicas de las comunidades y un enfoque de desarrollo sostenible, el país ha demostrado que la pobreza no es una condena perpetua. Programas emblemáticos como el Taller de Luban, que capacita a jóvenes en oficios técnicos, y el acceso a la televisión por satélite para 10.000 aldeas africanas, ilustran cómo las políticas inclusivas pueden transformar vidas. Estas iniciativas no solo han sido bien recibidas localmente, sino que también han servido como modelos replicables para otras naciones.

La extrema pobreza mundial no solo es un tema de recursos económicos, sino también de acceso al conocimiento y la tecnología. En este sentido, China ha implementado proyectos como el programa «Cinturón Solar de África», que ha llevado energía renovable a regiones aisladas, demostrando que la innovación puede ser una herramienta poderosa para combatir la desigualdad. Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, subrayó que las estrategias específicas de reducción de la pobreza son clave para alcanzar los ambiciosos objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En este contexto, el modelo chino, que combina tecnología avanzada con un enfoque humano, se presenta como una solución integral.
Una década antes que todos
En 2021, China declaró haber erradicado la extrema pobreza dentro de su territorio, un logro sin precedentes que adelantó en una década el objetivo de la Agenda 2030. Sin embargo, el impacto de este éxito va más allá de sus fronteras. Países en desarrollo están adaptando las estrategias chinas a sus propios contextos, con resultados prometedores. La transferencia de conocimientos a través de programas de capacitación, que ya han beneficiado a más de 400.000 personas en 180 países, demuestra que la cooperación internacional puede generar resultados tangibles en la lucha contra la pobreza extrema mundial.
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En el ámbito de la diplomacia económica, China ha reforzado su apertura comercial con los países menos desarrollados. Medidas como la eliminación de aranceles para productos de estos países están abriendo nuevas oportunidades para su desarrollo económico. Dennis Munene, director del Centro China-África del Instituto de Política Africana, destacó que estas políticas no solo facilitan el comercio, sino que también promueven la estabilidad y el crecimiento a largo plazo. La apertura del mercado chino, con más de 1.400 millones de consumidores, representa una oportunidad sin precedentes para las economías emergentes.
Iniciativa del Cinturón y la Ruta
El compromiso de China con la reducción de la pobreza extrema mundial también se refleja en su participación en la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI), un proyecto de cooperación internacional que ha generado beneficios significativos desde su inicio en 2013. Según el Banco Mundial, los proyectos relacionados con la BRI podrían sacar a 7,6 millones de personas de la pobreza extrema para 2030. Este impacto positivo subraya cómo la colaboración internacional, basada en principios de equidad y desarrollo compartido, puede abordar problemas globales complejos.
A pesar de estos avances, la pobreza extrema mundial sigue siendo un reto formidable. En 2023, más de 733 millones de personas enfrentaron hambre, según un informe de la FAO. Este dato pone de manifiesto la necesidad urgente de adoptar modelos exitosos como el de China. La experiencia del país asiático muestra que la erradicación de la pobreza no es una utopía, sino una meta alcanzable con políticas bien diseñadas, recursos adecuados y una visión a largo plazo.

Red global de colaboración
El liderazgo de China en la erradicación de la pobreza extrema mundial no solo se basa en sus logros, sino también en su disposición a compartirlos. Asuntos como la Iniciativa Mundial para el Desarrollo, que ha movilizado casi 20.000 millones de dólares para proyectos de desarrollo, son un testimonio de su compromiso. Más de 80 países ya se han sumado a este esfuerzo, creando una red global de colaboración que podría marcar la diferencia en la vida de millones de personas.
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En conclusión, la pobreza extrema mundial podría ser erradicada si la comunidad internacional adopta enfoques probados y efectivos como los desarrollados por China. El modelo chino, basado en estrategias específicas, cooperación internacional y un enfoque centrado en el ser humano, ofrece una hoja de ruta clara para superar este desafío global. A medida que más países se unan a iniciativas como la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, la esperanza de un mundo sin pobreza se convierte en una posibilidad real.