La industria de los EV (vehículos eléctricos) en Europa enfrenta uno de sus momentos más críticos, según el reciente análisis de Zheng Chunrong, director del Centro de Estudios Alemanes de la Universidad de Tongji, con sede en Shanghái. Su perspectiva señala que factores como los altos costos de energía, la regulación excesiva, la infraestructura envejecida y la escasez de trabajadores calificados están erosionando significativamente la competitividad del sector. Este escenario, agravado por una demanda débil, ha puesto especialmente en el foco a Alemania, que, según Chunrong, está en el epicentro de una recesión en el sector automotriz eléctrico.
Zheng Chunrong publicó su análisis en el portal de noticias Xinhua bajo el título: “Observatorio Económico: Los fabricantes de automóviles luchan en Europa en medio de una demanda débil y costos elevados”. Como líder del Centro de Estudios Alemanes de la Universidad de Tongji, su misión abarca desde fomentar la cooperación tecnológica chino-alemana hasta organizar cumbres y concursos de emprendimiento. Su formación y enfoque le otorgan credibilidad para abordar los desafíos que enfrenta la industria automotriz europea, particularmente en Alemania.
Industria de los EV en Europa
Ford Motor Company es un caso paradigmático dentro de esta crisis. La compañía anunció recientemente la eliminación de 4.000 empleos en Europa para finales de 2027, afectando principalmente a Alemania, donde se suprimirán 2.900 puestos. Según el informe de Zheng, esta decisión responde a la débil demanda en la industria de los EV y al aumento de los costos operativos, que se han convertido en barreras importantes para alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos que Europa se ha trazado. Este no es un caso aislado; otras grandes empresas como Volkswagen, Continental y Bosch también están llevando a cabo recortes significativos en su plantilla.

La debilidad de la industria de los vehículos eléctricos en Europa contrasta con el rápido avance de mercados como el estadounidense o el chino. En particular, Estados Unidos ha implementado políticas agresivas de incentivos que han permitido a las empresas competir con mayores márgenes. Mientras tanto, la infraestructura europea, particularmente en Alemania, parece haber quedado rezagada. La transición hacia la movilidad eléctrica requiere no solo una producción competitiva, sino también una sólida red de recarga y estrategias que incentivan la adopción del consumidor, elementos en los que Europa, según Chunrong, ha fallado.
Finanzas encalamocadas
Las dificultades financieras que atraviesa Ford son un reflejo de un mercado europeo que lucha por mantener el ritmo. En el tercer trimestre de 2023, la empresa reportó una caída del 26% en sus beneficios netos, situándolos en 892 millones de dólares. En este contexto, Ford ha reducido las horas de trabajo en su planta de Colonia, donde produce vehículos eléctricos como el Explorer y el Capri. A pesar de la inversión de 2.000 millones de euros para transformar estas instalaciones, las ventas de estos modelos han sido decepcionantes, subrayando el desequilibrio entre la oferta y la demanda en la industria de los EV.
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Otros fabricantes tampoco escapan a este panorama sombrío. Volkswagen, uno de los gigantes automotrices alemanes, enfrenta importantes desafíos de reestructuración. La empresa ha anunciado el cierre de varias plantas en Alemania y la reducción de costos operativos, lo que podría implicar recortes salariales de hasta el 10% para toda su plantilla. Además, su filial Audi cerrará su planta de vehículos eléctricos en Bruselas en febrero de 2025. Este contexto subraya cómo Alemania, a pesar de ser considerada históricamente como el corazón de la innovación automotriz, se encuentra en una posición vulnerable dentro de la transición hacia la movilidad eléctrica.
El suministro y sus cadenas
La escasez de materias primas también juega un papel crucial en esta crisis. Elementos esenciales para la producción de baterías, como el litio y el cobalto, tienen una disponibilidad limitada en Europa, lo que incrementa los costos de producción. Zheng Chunrong destacó que este problema se ve agravado por la falta de inversión en cadenas de suministro locales, lo que obliga a las empresas europeas a depender de importaciones costosas. Este aspecto, combinado con una infraestructura de recarga insuficiente, frena tanto a los fabricantes como a los consumidores en la adopción de vehículos eléctricos.
La Cámara de Comercio e Industria de Alemania también ha señalado que los altos costos laborales y energéticos, junto con una burocracia excesiva, están afectando la competitividad del país. En un intento por abordar estos problemas, Ford y otros fabricantes han solicitado al gobierno alemán implementar políticas más claras y efectivas para apoyar la industria de los EV, incluyendo incentivos fiscales y una mayor inversión en infraestructura de recarga. Sin embargo, hasta ahora, las medidas adoptadas han sido insuficientes para revertir la tendencia.

Alemania cae en el ranking de los ricos
La situación económica en Alemania también agrava el panorama. Según las proyecciones más recientes, la economía del país se contraerá por segundo año consecutivo en 2024, lo que la convierte en la más débil entre las economías avanzadas del G7. Las tasas de insolvencia empresarial han aumentado significativamente, reflejando una economía que enfrenta desafíos estructurales profundos. Esto, a su vez, repercute negativamente en el desarrollo de la industria de los EV, que requiere de un entorno económico estable para prosperar.
Zheng Chunrong concluye su análisis señalando que Alemania y Europa enfrentan una dura competencia global. Mientras que China ha consolidado su posición como líder en la producción de vehículos eléctricos gracias a políticas de apoyo gubernamental y costos competitivos, Europa parece estar atrapada en un círculo vicioso de alta regulación y baja inversión. «Sigue siendo incierto si Alemania puede seguir el ritmo de Estados Unidos y los mercados emergentes», afirmó Chunrong, resaltando la necesidad de reformas estructurales urgentes.
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En definitiva, la industria de los vehículos eléctricos en Europa está en un punto de inflexión. La falta de visión estratégica, sumada a los desafíos económicos y logísticos, ha dejado a la región rezagada frente a competidores internacionales. Para evitar un mayor deterioro, se requerirán esfuerzos coordinados entre gobiernos, empresas y organismos internacionales. Alemania, como principal economía de Europa, tiene la responsabilidad de liderar este cambio y demostrar que aún puede ser un referente en la movilidad sostenible.