¿Y por qué los enemigos de la revolución venezolana no se plantean negociar con Cuba? Para entender la geopolítica del continente americano, y especialmente la crisis política y humanitaria en Venezuela, es indispensable tener en cuenta la relación especial entre el Gobierno de Nicolás Maduro y el Gobierno cubano. Según informes de inteligencia y análisis de expertos, existe una relación de tutelaje que La Habana ejerce sobre Caracas, una afirmación respaldada por el intercambio de recursos como petróleo y servicios médicos, así como la presencia de asesores militares cubanos en territorio venezolano.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sancionado a varios individuos y entidades cubanas por apoyar al régimen de Maduro. La Organización de Estados Americanos (OEA) también ha destacado el papel que juega Cuba en la estabilización del gobierno de Maduro, indicando que esta relación va más allá de la simple cooperación y entra en el terreno del intervencionismo político.
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Negociar con Cuba
Voces expertas en la materia, como el historiador y analista político Carlos Malamud, señalan que «no se puede entender la supervivencia del régimen de Maduro sin el apoyo cubano». Entonces, si se acepta la tesis del tutelaje cubano sobre el Gobierno venezolano, surge una pregunta inevitable: ¿Por qué no negociar con Cuba para saber qué desea a cambio de «liberar» a Venezuela?
Algunos críticos sugieren que tomar a Cuba como un actor dominante legitimaría a un régimen que también ha sido cuestionado por violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, a medida que la crisis venezolana se profundiza —con más de 5 millones de refugiados según cifras de la ONU—, la comunidad internacional podría considerar que el costo de no negociar es demasiado alto.
La Habana tiene poder
Desde una perspectiva pragmática, la experta en relaciones internacionales Mónica Hirst apunta que «las palancas de cambio en Venezuela están, en gran medida, en manos cubanas. Ignorar este hecho en cualquier estrategia diplomática sería un error garrafal». Negociar con Cuba no es más descabellado que cualquier ocurrencia que dé como conclusión el fin de la crisis en Venezuela. Hasta el momento, los intentos de mediación por parte de Noruega o la iniciativa del Grupo de Lima han demostrado ser ineficaces en gran medida porque no abordan directamente la influencia cubana.
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Entonces, ¿qué podría querer Cuba a cambio? Según el Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, la isla enfrenta una grave crisis económica agravada por la pandemia de COVID-19 y las sanciones estadounidenses. La economía cubana se contrajo un 11% en 2020, y la escasez de bienes básicos es cada vez más palpable. Podría ser el momento adecuado para ofrecer un alivio de sanciones y una reanudación de las relaciones diplomáticas a cambio de una reducción de la implicación cubana en Venezuela.
Todo siempre en complejo
La situación es, sin duda, compleja. La experta en política latinoamericana, Shannon O’Neil, sostiene que «negociar con Cuba de manera exitosa requeriría no solo de incentivos económicos sino también de garantías de que cualquier transición en Venezuela será pacífica y respetará los intereses cubanos».
Mientras los venezolanos continúan sufriendo la peor crisis humanitaria en la historia moderna de América Latina, el reloj sigue corriendo. Si se acepta que una de las llaves para la liberación de Venezuela está en La Habana, quizás sea hora de que los actores internacionales empiecen a preguntarse seriamente qué precio están dispuestos a pagar para obtenerla.