EE.UU. quiere maniatar a Zelenski: Igual podría ser el destino de María Corina Machado

El panorama geopolítico actual presenta una compleja maraña de intereses y estrategias donde el poder, la diplomacia y la conveniencia parecen ser las monedas de cambio más valiosas. La relación entre Estados Unidos y sus aliados, particularmente en contextos de conflicto, ha mostrado una vez más la tendencia del gigante norteamericano a privilegiar sus intereses estratégicos por encima de las aspiraciones de sus supuestos socios. Un ejemplo palpable de esta dinámica es el caso de Volodymyr Zelenski en Ucrania, donde las señales de que Estados Unidos busca maniatar al líder ucraniano son cada vez más evidentes. En un paralelismo no menos preocupante, esta misma realidad podría eventualmente reflejarse en el destino de María Corina Machado en Venezuela, una figura de la oposición que podría verse relegada en los cálculos pragmáticos de Washington.

Joseph Bosco, exfuncionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos y miembro del Instituto Global de Taiwán, planteó recientemente en un artículo de opinión para The Hill, la necesidad de una declaración conjunta entre los principales candidatos presidenciales de Estados Unidos sobre los principios fundamentales de seguridad nacional. Bosco argumenta que, en medio de las crecientes tensiones globales y el peligro de una Tercera Guerra Mundial, un compromiso bipartidista podría estabilizar la situación internacional. Sin embargo, subyace en su análisis una crítica velada hacia la administración Biden, que ha mostrado una renuencia sistemática para proporcionar a Ucrania los recursos militares necesarios para enfrentar de manera efectiva la invasión rusa. Esta postura no solo refleja una estrategia de contención del conflicto, sino también un intento de mantener a Zelenski dentro de los límites definidos por Washington, maniobrando así sus aspiraciones maximalistas.

El destino de María Corina Machado

Un camino similar al de Zelenski podría ser el destino de María Corina Machado, si se considera la perspectiva de William Castillo Bollé, un exfuncionario chavista con acceso a las cúpulas de poder en Caracas. Castillo, en un reciente comentario publicado en la red social X, que se encuentra bloqueada temporalmente en Venezuela, destacó cómo Estados Unidos podría estar evaluando mantener relaciones pragmáticas con un Nicolás Maduro que, aunque dudosamente reelecto, representa una figura más manejable y predecible para Washington que la indescifrable líder opositora. Para Castillo, la administración estadounidense estaría considerando que el sostener a Maduro en el poder podría asegurar ciertos beneficios estratégicos, especialmente en un contexto global donde las alianzas y las posiciones geopolíticas están en flujo constante, particularmente frente a potencias emergentes como China y Rusia.

En un paralelismo no menos preocupante, esta misma realidad podría eventualmente reflejarse en el destino de María Corina Machado en Venezuela, una figura de la oposición que podría verse relegada en los cálculos pragmáticos de Washington. Ilustración MidJourney

Esta no visión es descabellada cuando se observa la historia reciente de las relaciones internacionales de Estados Unidos. Bosco señala en su análisis cómo tanto Biden como Trump, pese a sus diferencias retóricas, parecen coincidir en que Ucrania debería ceder parte de su territorio a Rusia como parte de un acuerdo de paz, una postura que claramente contraviene las expectativas de Zelenski. Este enfoque de apaciguamiento, disfrazado de diplomacia, podría aplicarse igualmente a Venezuela, donde la posibilidad de una transición pactada que mantenga a Maduro en el poder podría ser vista en Washington como un mal menor frente al riesgo de un liderazgo opositor que escapa de su control.

Estabilidad sobre democracia

El destino de María Corina Machado, en este sentido, se enmarca en la lógica de una política exterior estadounidense que prioriza la estabilidad sobre la democracia. Como bien lo ilustran las relaciones de Estados Unidos con regímenes autoritarios en todo el mundo, la preferencia por líderes que puedan garantizar cierta predictibilidad y que se alineen, aunque sea de manera forzada, con los intereses de Washington, ha sido una constante. Castillo recuerda cómo la oposición venezolana, en su momento, fue respaldada por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, quien dio su apoyo a Juan Guaidó con la esperanza de revertir el control chavista. Sin embargo, este apoyo se evaporó tan pronto como quedó claro que Guaidó no cumpliría con las expectativas impuestas por Washington, una traición que, según Castillo, podría repetirse con Machado si llega el momento.

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En su artículo para The Hill, Bosco resalta la importancia de que Estados Unidos reafirme su compromiso con la defensa de sus aliados, pero también subraya la necesidad de que estos aliados se ajusten a los intereses estadounidenses. Esto implica, en el caso de Zelenski, un repliegue de sus aspiraciones territoriales a un cambio de una paz que, aunque forzada, evitaría un conflicto mayor. En el caso de María Corina Machado, esta lógica podría traducirse en una marginación política, donde su retórica combativa y su visión de una Venezuela libre del chavismo sean sacrificadas en pos de un acuerdo que garantice la estabilidad en la región.

Las conversaciones secretas

El pragmatismo de la política exterior estadounidense no es nuevo, pero sí ha adquirido una dimensión más visible en los últimos años, especialmente en su manejo de crisis internacionales. La administración Biden, al igual que la de Trump, ha mostrado una predisposición a negociar con regímenes autoritarios cuando ofrecen una opción más segura para los intereses geopolíticos de Estados Unidos. Esto se refleja en las conversaciones secretas reveladas por The Wall Street Journal, donde se menciona que Washington habría ofrecido amnistía a Maduro para un cambio de su retirada del poder. Sin embargo, estas negociaciones, según Castillo, no incluirían necesariamente a la oposición, lo que deja a figuras como María Corina Machado en una posición de vulnerabilidad.

El pragmatismo de la política exterior estadounidense no es nuevo, pero sí ha adquirido una dimensión más visible en los últimos años, especialmente en su manejo de crisis internacionales. Ilustración MidJourney.

El destino de María Corina Machado, al igual que el de Zelenski, parece estar condicionado por la realpolitik que guía las decisiones de Washington. En un mundo donde las alianzas son tan volátiles como las promesas electorales, las figuras políticas que no se alinean completamente con los intereses estadounidenses corren el riesgo de ser relegadas o incluso abandonadas.

Biden y Trump juegan pro Rusia

Zelenski, aunque todavía en el poder, enfrenta una presión creciente para ceder ante las demandas de Rusia, una presión que podría forzarlo a comprometerse más allá de lo que su visión nacionalista le permitiría. De manera similar, Machado podría encontrarse en una situación donde sus aspiraciones de liderar una Venezuela democrática y libre de chavismo sean sacrificadas en el altar de la estabilidad regional, una estabilidad que Estados Unidos parece valorar más que los ideales de libertad y democracia que proclama defensor.

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En última instancia, la estrategia estadounidense parece estar definida por una constante: la búsqueda de un equilibrio que favorezca sus propios intereses, incluso si esto significa maniatar a líderes que, como Zelenski o María Corina Machado, representan la resistencia frente a regímenes autoritarios. Para Zelenski, el dilema es claro: ceder territorio o arriesgarse a perder el apoyo vital de Estados Unidos. Para Machado, el futuro podría ser aún más incierto, enfrentando la posibilidad de ser descartada en favor de un régimen que, aunque impopular y cuestionado, ofrece a Washington una mayor predictibilidad en una región marcada por la inestabilidad. Así, mientras Zelenski lucha por mantener su país unido, el destino de María Corina Machado podría verse sellado por la misma lógica implacable que ha guiado la política exterior de Estados Unidos durante décadas.

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