En un contexto marcado por tensiones geopolíticas y una inminente reconfiguración del mercado energético global, la figura de Einstein Millán Arcia, Asesor en Petróleo y Gas y experto en el sector energético, cobra relevancia. Con estudios especializados en flujo de fluido en medios porosos y una vasta experiencia en ingeniería petrolera, Arcia aporta una perspectiva única sobre la compleja relación entre Estados Unidos y Venezuela, particularmente en lo que respecta al petróleo y la política.
Según Arcia, colaborador del portal Aporrea, Estados Unidos, a corto plazo, no necesita del petróleo venezolano. Esta afirmación se sustenta en el hecho de que EE.UU. controla aproximadamente el 58% de las reservas de crudo del mundo, excluyendo a Venezuela, y tiene acceso al 42% de la producción global. Actualmente, con una producción de alrededor de 19.1 millones de barriles diarios (MMBD), EE.UU. logra satisfacer su demanda interna. Este panorama coloca a la producción venezolana como deseable pero no imprescindible para los intereses estadounidenses.
Einstein Millán Arcia: No hay brújula
La eficiencia y la tecnología son los pilares de la estrategia energética estadounidense, contrastando fuertemente con la gestión de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). La empresa estatal venezolana, en lugar de enfocarse en optimizar procesos y mejorar la eficiencia, ha desviado recursos hacia compras menos rentables, como cisternas y autobuses. Este enfoque, según Arcia, evidencia una falta de comprensión entre inversión y gasto, crucial en tiempos de restricciones económicas.
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Recientemente, PDVSA propuso reactivar unos 28,000 pozos petroleros, prometiendo un incremento en la producción de aproximadamente 1,700,000 BPD. Sin embargo, Einstein Millán Arcia cuestiona la viabilidad de esta oferta, argumentando que no se han realizado los procedimientos operacionales necesarios para determinar la aptitud de estos pozos para la producción. Además, señala que reactivar tal cantidad de pozos en la región occidental de Venezuela tomaría un tiempo irrealizable, dada la eficiencia y recursos actuales de PDVSA.
Un panorama invertido
Mirando hacia el futuro, el escenario cambia significativamente. A largo plazo, con el agotamiento de las reservas probadas de petróleo en varios países productores, incluido EE.UU., la situación se invierte. Las reservas estadounidenses, que a finales de 2019 se estimaban en 47.1 MMMBbls, podrían entrar en una etapa acelerada de agotamiento en la próxima década. Esto, combinado con el hecho de que no se esperan nuevos descubrimientos significativos, plantea un panorama donde la dependencia de las reservas venezolanas se vuelve crítica.
Einstein Millán Arcia advierte que hacia 2030, el equilibrio entre reservas y producción experimentará un cambio dramático. La demanda global de energía fósil, que podría alcanzar los 120 MMBD, dejará un déficit significativo incluso con el aumento de las energías renovables. En este contexto, Venezuela, con las mayores reservas de fósil-equivalente del mundo, podría desempeñar un papel dominante, abasteciendo entre el 8% y el 10% de la demanda energética global.
Desafíos internos y externos
Sin embargo, esta potencialidad venezolana enfrenta desafíos internos y externos. La gestión actual de PDVSA y la política gubernamental venezolana han limitado la explotación y el desarrollo de estos recursos. Además, la situación geopolítica con países vecinos como Guyana, donde las reservas probadas no superan los 4 MMMbls, también juega un papel crucial en el futuro energético de la región.
En el ámbito político y geopolítico, la necesidad de EE.UU. de asegurar un gobierno en Venezuela que alinee con sus intereses se vuelve cada vez más imperativa. La posibilidad de una continuidad del gobierno de Maduro más allá de 2024 se percibe como una amenaza significativa para la seguridad nacional y los intereses estadounidenses. Por tanto, según Einstein Millán Arcia, la estrategia de EE.UU. parece inclinarse hacia la preferencia de perder temporalmente el acceso al petróleo venezolano, con el objetivo de facilitar un cambio de régimen que garantice sus intereses a largo plazo.
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Entre la política y la energía
Este complejo escenario, marcado por la interdependencia entre la política y la energía, destaca la importancia de figuras como Einstein Millán Arcia, cuyos análisis proporcionan una comprensión más profunda de las dinámicas en juego y los posibles caminos a futuro para Venezuela y Estados Unidos en el escenario global del petróleo.
La situación actual entre Estados Unidos y Venezuela en el ámbito petrolero es una partida estratégica donde las decisiones a corto plazo pueden tener repercusiones significativas a largo plazo. La perspectiva de Einstein Millán Arcia resalta no solo la complejidad de la geopolítica del petróleo, sino también cómo las decisiones actuales de los actores clave como EE.UU. y PDVSA están configurando el futuro energético mundial, con Venezuela como un jugador crucial en este tablero global.