Mucho tiene que ver Beijín con el cambio en el destino de Venezuela. El siglo XXI ha presenciado un salto monumental en el eje de influencia global. Uno de los ejemplos más reveladores es la creciente relación entre China y Venezuela, una asociación que, según informes de inteligencia y expertos en relaciones internacionales, podría estar cambiando el destino de la nación sudamericana de formas significativas y, posiblemente, irreversibles.
Según el embajador de Pekín en Venezuela, Lan Hu, el comercio entre China y Venezuela ascendió a casi 1.600 millones de dólares entre enero y mayo del 2023. Este ascenso meteórico se debe, en gran parte, a la enorme necesidad de Venezuela de diversificar sus aliados y fuentes de inversión, especialmente en medio de sanciones internacionales y una economía en declive. Por otro lado, la rica reserva petrolera de Venezuela resulta atractiva para China, que busca asegurar su propio futuro energético.
Cómo mirara el destino de Venezuela
Pero la inversión china en Venezuela va más allá del petróleo. Según un informe de la Brookings Institution, China ha financiado importantes proyectos de infraestructura, incluidas carreteras, ferrocarriles, termoeléctricas y puertos, lo que sugiere un interés a largo plazo en el desarrollo del país. Adicionalmente, instituciones como el Banco de Desarrollo de China han concedido préstamos por valor de más de $60 mil millones desde 2007, condicionados a que se paguen con envíos de petróleo venezolano.
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Aunque estas inversiones y alianzas podrían parecer una tabla de salvación para Venezuela, expertos como David Smilde, historiador y especialista en Latinoamérica, advierten sobre lo que denomina “dependencia asimétrica”. Smilde señala que “Venezuela está en una posición muy delicada. Por un lado, necesita de la inversión china para sostener su economía, pero por el otro, se vuelve cada vez más dependiente, lo que limita su autonomía política y económica.” Esta situación hace que el destino de Venezuela tenga forma de laberinto.
El asunto de la geopolítica
Por otra parte, organismos internacionales como Human Rights Watch han cuestionado el papel de China en el contexto político venezolano. El apoyo financiero a gran escala puede interpretarse como un respaldo tácito al régimen de Nicolás Maduro, cuestionado tanto dentro como fuera de Venezuela por sus prácticas autoritarias.
Una inquietante dimensión de esta asociación es el alcance de China en las áreas de inteligencia y tecnología en Venezuela. De acuerdo con informes desclasificados de la CIA, hay evidencias de que empresas chinas han colaborado en el desarrollo de tecnologías de vigilancia y control en el país sudamericano, lo que podría tener implicaciones en la dinámica democrática y en los derechos humanos de los ciudadanos venezolanos. Son en esas instancias en que el destino de Venezuela se matiza de acuerdo a las fuerzas geopolíticas en confrontación.
El tejido político de la nación
Ricardo Sucre Heredia, reconocido politólogo venezolano, considera que “China no solo está cambiando la economía y la infraestructura venezolanas, sino también el tejido político y social del país.” Según Sucre, la influencia china tiene el potencial de cambiar definitivamente el destino de Venezuela, configurando un futuro donde la autonomía y las libertades democráticas podrían verse amenazadas en aras de una estabilidad económica aparente.
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Sin duda, las consecuencias de esta creciente relación son complejas y multifacéticas. Mientras Venezuela busca desesperadamente un respiro económico y político, la creciente influencia de China en la región pone de manifiesto las implicaciones a largo plazo de esta alianza estratégica. El debate sobre si Venezuela encuentra en China un aliado genuino para su desarrollo o si, por el contrario, está empeñando su futuro en términos de democracia y soberanía, está lejos de resolverse. Lo que sí es evidente es que la relación entre ambas naciones está cambiando rápidamente el panorama geopolítico, con consecuencias que se sentirán tanto en Caracas como en Beijing y, posiblemente, mucho más allá.