Citgo Petroleum Corp., subsidiaria de la estatal venezolana PDVSA en Estados Unidos, se encuentra en una encrucijada financiera que ha tenido en vilo no solo a sus empleados y acreedores sino también a toda la estructura económica y política de Venezuela. En un giro inesperado, JP Morgan, la entidad financiera estadounidense, parece haber tendido un puente salvador al ofrecer un paracaídas financiero que podría asegurar el futuro de Citgo y, por ende, un respiro a la economía venezolana en crisis.
Este complejo escenario encuentra luz en las palabras de Miguel Jaimes Niño, autor y experto en geopolítica energética, que recientemente comentó: “Venezuela resucita sus bonos”. El análisis de Jaimes, resonante en la comunidad financiera internacional, advierte sobre el pragmatismo de Wall Street: “No creamos que JP Morgan le está haciendo un favor a Venezuela. En los negocios priva el dinero”.
Citgo Petroleum Corp.
La primera semana de noviembre de 2023 marcó un punto de inflexión con la colocación de bonos soberanos de Venezuela y de PDVSA en un periodo de observación de índice, un mecanismo que sirve como barómetro para los inversionistas y que se extenderá hasta finales de enero de 2024. Este movimiento no solo es significativo por su potencial impacto en los mercados energéticos sino también porque simboliza un paracaídas para que Venezuela negocie la salvación de Citgo Petroleum Corp.
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La reacción de los inversores ante esta noticia ha sido mixta. JP Morgan reveló que las opiniones están divididas, con la mitad de los inversores mostrando su aprobación y la otra mitad, su escepticismo. No obstante, la entidad bancaria recalca que la estrategia busca restablecer un mejor valor de mercado para los bonos venezolanos. Este equilibrio cauteloso refleja un momento de observación y expectativa, donde cada paso es medido y cada decisión es crítica.
Nada está en el olvido
Además, Jaimes subraya que los bonos emitidos por el gobierno venezolano y PDVSA no han sido relegados al olvido en el territorio estadounidense. Por el contrario, están entrando en una etapa de revaluación, mostrando una indiferencia económica positiva, ya que han sido colocados en índices muy consultados por inversionistas en mercados emergentes.
Concretamente, un volumen de cincuenta y tres mil millones de dólares en bonos soberanos de Venezuela y títulos de PDVSA han sido situados en un índice de vigilancia, el cual ha permitido que estos recuperen progresivamente su valor. Esta circunstancia podría extenderse más allá de enero de 2024, ofreciendo a Venezuela un nuevo alivio respecto a las sanciones internacionales que han asfixiado su economía.
El gobierno de Joe Biden ha jugado un papel crucial al permitir a inversionistas estadounidenses comprar deuda venezolana, levantando una prohibición que había estado en lugar desde 2019. Este cambio de política ha abierto la puerta a un mercado secundario para una significativa cantidad de deuda venezolana, suavizando así el peso de los atrasos en los pagos de intereses. A su vez, beneficia la salvación de Citgo Petroleum Corp.
El alivio llega de Washington
El panorama de la deuda venezolana revela una ironía notable: los mismos Estados Unidos que impusieron las sanciones son quienes ahora facilitan su alivio, movidos por intereses propios que, incidentalmente, benefician a Venezuela. Desde 2017, PDVSA ha estado lidiando con incumplimientos de pagos que ascienden a sesenta mil millones de dólares solo en bonos soberanos.
Según las expectativas, para finales de enero de 2024, la demanda de estos bonos podría generar un impacto significativo con una proyección de hasta mil quinientos millones de dólares. Los síntomas de recuperación ya se han manifestado a finales de octubre de 2023, con los bonos que vencen en 2027 aumentando su valor de 8 centavos de dólar a 18,7 centavos de dólar.
Los bonos de PDVSA, garantizados con acciones de Citgo Petroleum Corp. y que vencieron en 2020, también han experimentado un incremento en su valor. Este fenómeno representa una victoria para el gobierno venezolano, el cual ha luchado por una reducción de las sanciones impuestas por Estados Unidos.
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Negociar con Crystallex
Esta inyección de capital y confianza proporciona a Citgo Petroleum Corp. un salvavidas vital y le da al gobierno venezolano garantías para negociar con acreedores como Crystallex, con el objetivo de saldar deudas pendientes. La posibilidad de llegar a un acuerdo económico se erige como una opción preferible a la pérdida de activos energéticos clave en Estados Unidos, donde Citgo opera siete refinerías, una cifra cercana a la totalidad de refinerías existentes en Venezuela.
El escenario es complejo y las negociaciones están en curso, pero una cosa es cierta: la decisión de JP Morgan de ofrecer un paracaídas financiero a Venezuela podría marcar el principio del fin de una larga y dolorosa caída para Citgo Petroleum Corp. y, posiblemente, para la economía venezolana en su conjunto.