El paisaje geopolítico del Caribe ha sufrido importantes cambios a lo largo de la historia. Las tensiones centenarias entre Caracas y Georgetown, que se han intensificado recientemente por las licitaciones petrolíferas en áreas disputadas del territorio de Esequibo, están en el punto de mira de analistas y observadores internacionales. En este contexto, la posibilidad de la instalación de una base militar estadounidense en Guyana se ha convertido en un tema de acalorado debate.
La creciente importancia del petróleo en la región ha atraído a grandes corporaciones como ExxonMobil, a la que el presidente venezolano Nicolás Maduro ha acusado de alimentar el conflicto. Maduro ha sido contundente en sus declaraciones en la plataforma social X, advirtiendo al presidente guyanés Irfaan Ali sobre los riesgos de permitir una excesiva influencia de ExxonMobil y del Comando Sur de Estados Unidos en la nación caribeña.
Base Militar estadounidense en Guyana
Según cifras de la Administración de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA), las reservas probadas de petróleo de Guyana se estiman en unos 13,6 mil millones de barriles. Estos números han llevado a expertos como el Dr. Eduardo Lira, historiador y profesor de la Universidad Central de Venezuela, a afirmar que «las cifras son lo suficientemente atractivas como para que grandes potencias y corporaciones pongan sus ojos en la región. El conflicto entre Guyana y Venezuela es solo la punta del iceberg».
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Desde el ámbito internacional, la postura de organismos como la ONU y la OEA ha sido de llamados al diálogo y la resolución pacífica de las controversias. Sin embargo, no se han pronunciado explícitamente sobre la posibilidad de una base militar estadounidense en Guyana.
Seguridad y estabilidad en e hemisferio
Por su parte, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha insistido en que sus acciones en la región buscan garantizar la seguridad y estabilidad del hemisferio, y han evitado hacer declaraciones sobre la instalación de nuevas bases militares. Pero esta postura oficial ha sido objeto de escepticismo por parte de algunos analistas. María Castillo, politóloga del Instituto de Estudios Políticos de Bogotá, señala que «la estrategia de Estados Unidos en América Latina siempre ha estado influenciada por sus intereses económicos y estratégicos. Una base militar estadounidense en Guyana tendría una ubicación geográfica clave para vigilar tanto a Venezuela como al Caribe en general».
En Guyana, la opinión pública se encuentra dividida. Por un lado, existe una corriente que ve con buenos ojos la presencia militar estadounidense como garantía de seguridad frente a las pretensiones de Venezuela. Sin embargo, otros sectores temen que la instalación de una base militar pueda comprometer la soberanía del país. Para el Dr. Winston Peters, historiador guyanés y experto en relaciones caribeñas, «la historia nos ha enseñado que las bases militares extranjeras no siempre traen estabilidad. Guyana debe sopesar cuidadosamente las implicancias de tal decisión».
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Una amenaza directa
La postura venezolana, reflejada en las declaraciones de Maduro, es clara: cualquier intento de instalar una base militar estadounidense en Guyana sería visto como una amenaza directa. A nivel regional, otros países también han mostrado su preocupación. La CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) ha emitido comunicados instando al diálogo y a evitar la militarización de la región.
La posible instalación de una base militar estadounidense en Guyana se encuentra en medio de un complejo entramado de intereses económicos y geopolíticos. Mientras que las cifras petroleras pueden ser una atracción para las grandes potencias, la historia y las aspiraciones soberanas de los países de la región pesan en la balanza. La prudencia, el diálogo y la diplomacia parecen ser las herramientas más efectivas para evitar una escalada del conflicto. Sin embargo, solo el tiempo dirá si estas herramientas serán suficientes para garantizar la paz y la estabilidad en el Caribe.