Emprender en el negocio político en Latinoamérica es un nicho vacío

Emprender en el negocio político de forma legítima y transparente es una oportunidad sin mucha competencia aparente en nuestra región. La política en América Latina, a menudo sumergida en complejidades socio-culturales y económicas, ha sido tradicionalmente un terreno de amiguismo y clientelismo.

Estas características, a pesar de los problemas que generan, abren insospechadas oportunidades para emprendedores que buscan brindar soluciones novedosas y eficientes. La visión clientelar de los partidos políticos en la región, que busca crear lazos directos con su base a cambio de favores o  apoyo, ha llevado a menudo a la improvisación en la organización de eventos masivos y en la logística de campañas.

Emprender en el negocio político

Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 60% de los partidos políticos en Latinoamérica no cuenta con un equipo especializado en gestión de eventos o manejo de multitudes. Esto se traduce en falta de eficiencia, desperdicio de recursos y, en ocasiones, malas experiencias para sus seguidores, lo que puede tener un coste electoral.

Emprender en el negocio político
Crear estaciones móviles para vacunar es una idea resuelta. Ilustración MidJourney

Expertos en la materia, como la politóloga Beatriz Calvo, sostienen que «el desorden y la falta de profesionalización en la organización de actividades proselitistas son una manifestación de cómo, históricamente, la política ha estado más centrada en la figura del líder que en la estructura y eficiencia de los partidos». De allí que es una oportunidad emprender en el negocio político sin salir manchado en la contienda.

Se requiere voluntad

A partir de estas deficiencias, surge una oportunidad dorada para los emprendedores. La creación de empresas especializadas en el manejo de multitudes, logística, albergues temporales y sistemas de manejo de tráfico humano para eventos políticos podría ser la respuesta a muchos de los problemas que enfrentan los partidos.

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Las campañas políticas, especialmente en períodos electorales, movilizan a miles de personas, desde activistas hasta simples simpatizantes. Por un instante imaginen ideas para emprender en el negocio político y se sorprenderán. Las largas caravanas y mítines requieren de servicios especializados que van desde la alimentación y alojamiento hasta el transporte. Por ejemplo, el caso de México en 2018, donde según el Instituto Nacional Electoral (INE), más de 15.000 eventos políticos se realizaron en un lapso de seis meses, evidencia la magnitud del desafío y la oportunidad.

Matar al clientelismo

Sin embargo, la resistencia al cambio y la desconfianza hacia agentes externos son barreras que los emprendedores deberán superar. Rodrigo García, historiador especializado en política latinoamericana, apunta que «la reticencia de los partidos a externalizar servicios proviene de una larga tradición de autosuficiencia y control. Sin embargo, al ver los beneficios tangibles y la optimización de recursos, es probable que esta mentalidad cambie».

Algunas startups ya están emergiendo en este nicho, ofreciendo soluciones tecnológicas para mejorar la gestión de campañas, análisis de datos y segmentación de audiencias. No obstante, el verdadero potencial está aún por explotar. Servicios como la creación de espacios de albergues temporales, optimización de rutas para caravanas y formación especializada para equipos de campaña son apenas la punta del iceberg de lo que se puede ofrecer. Emprender en el negocio político es una veta a considerar en toda América Latina.

Emprender en el negocio político
Diseñar logística para rutas proselitistas es una arista. Ilustración MidJourney

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Además, trabajar con partidos políticos puede otorgar una legitimidad y visibilidad sin precedentes a estos emprendimientos. Es un escenario en el que un buen trabajo no solo se traduce en beneficios económicos, sino también en cambios tangibles en la política y la sociedad.

En el ámbito político latinoamericano, con su intrincada red de relaciones y su historial de improvisación, es un campo fértil para emprendedores visionarios. Aquellos que logren identificar las necesidades y ofrecer soluciones adecuadas, no solo estarán abriendo un negocio lucrativo, sino también contribuyendo al fortalecimiento de la democracia y a la optimización de los procesos políticos en la región. Es hora de que los partidos políticos miren más allá de sus estructuras tradicionales y aprovechen las oportunidades que el mundo empresarial tiene para ofrecer.

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