Todos quieren ver los carros autónomos. El futuro ha llegado. Si hay algo que representa este salto cuántico en la intersección de la tecnología y el transporte, es la adopción cada vez más rápida de vehículos sin conducción humana. Con carros de nivel 4 de autonomía ya circulando en las carreteras de países avanzados, surge una pregunta inevitable: ¿Cuánto tiempo falta para que la mayoría de los automóviles que vemos en la vía sean completamente autónomos?
La adopción de la tecnología autónoma ha sido exponencial. Según la Asociación de Ingenieros Automotrices (SAE), Estados Unidos cuenta con aproximadamente 1,400 vehículos autónomos en pruebas o ya en funcionamiento a mediados de 2023. En Europa y Asia, el panorama es similar, con naciones como Alemania y Japón también liderando la carrera tecnológica. El pronóstico de Allied Market Research estima que el mercado global de vehículos autónomos alcanzará los $556.67 mil millones para 2026, lo que sugiere un crecimiento masivo en los próximos años.
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Arribo de los carros autónomos
Sin embargo, un informe del Foro Económico Mundial advierte que el camino hacia la autonomía total aún enfrenta desafíos significativos. Estos incluyen aspectos legales, como la aprobación de leyes que regulen la circulación y la responsabilidad en caso de accidentes, y aspectos éticos, como la toma de decisiones morales por parte de la inteligencia artificial. El informe sugiere que la cooperación internacional será crucial para superar estos obstáculos.
Al igual que el Foro Económico Mundial, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EE. UU. (NHTSA) aboga por un enfoque gradual. «Estamos en la fase de ‘aprender haciendo’, que es esencial para garantizar que esta tecnología sea tan segura como decimos que es», comentó un portavoz de la NHTSA. Con estas declaraciones la sensación del aquí y el ahora de los carros autónomos se ralentiza.
Mirada con perspectiva
Los historiadores también ofrecen un contexto valioso. Según la doctora Felicia Thompson, experta en historia de la tecnología, «la adopción de tecnologías revolucionarias ha seguido tradicionalmente un patrón de S, donde la adopción inicial es lenta, seguida de un crecimiento exponencial y luego una meseta». Ella señala el paralelo con la adopción del automóvil en el siglo XX como ejemplo. «Tomó décadas pasar de una adopción marginal del automóvil a su uso omnipresente. Con la automatización, sin embargo, podríamos esperar que este período se acelere debido a las presiones medioambientales y la eficiencia en el tráfico». Es así que los carros autónomos, desplazaran a los tripulados, más rápido que los Ford T a los caballos.
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Los políticos pisan firme
Desde el ámbito político, se percibe un optimismo cauteloso. La Senadora Emily Richards, miembro del Comité de Transporte y Seguridad Nacional de Estados Unidos, afirma: «La adopción de carros autónomos no es solo una cuestión tecnológica; es una cuestión social y política. Necesitamos legislación que anticipe el impacto en el empleo, la infraestructura y la seguridad pública».
Para dar un estimado más preciso, la consultora McKinsey & Company sugiere que, en el mejor de los escenarios, la mayoría de los vehículos en las carreteras podría ser autónoma en aproximadamente 15 a 20 años, considerando las tendencias actuales y los desafíos por superar. «Es una revolución en marcha», dice James Anderson, analista senior de McKinsey. «Pero como toda revolución, requerirá tiempo para madurar».
Aunque vehículos con altos niveles de autonomía ya circulan por nuestras vías, la transición completa hacia un paisaje automovilístico autónomo sigue siendo un horizonte en movimiento. Los avances tecnológicos, los desafíos legales y éticos, y la aceptación pública juegan roles fundamentales en este cambio. Si bien es difícil establecer un plazo exacto, el consenso general apunta a que estamos más cerca que nunca, pero aún con un trecho significativo por recorrer.