Quiénes son los latinoamericanos que invierten en China sus capitales

¿Hay latinoamericanos que invierten en China?: Desde luego que sí. Desde la Gran Muralla hasta la Ciudad Prohibida, China es conocida por su rica tradición y su herencia milenaria. Es un país donde los límites están bien definidos y donde, a pesar de su apertura económica, las puertas culturales aún se encuentran entreabiertas, especialmente para los inmigrantes.

China no tiene una política específica para recibir a inmigrantes latinoamericanos. Culturalmente, la nación se percibe a sí misma como un gigante reservado, una sociedad que mira con recelo a los extraños, no por maldad, sino por cautela. Sin embargo, esa es la tierra de Deng Xiaoping, el legendario estratega quien acuño la frase: «No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”. Así que todo capital es bien recibido en China, sin emportar que sea latinoamericano, africano o de Oceanía.

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Latinoamericanos que invierten en China

Pero a pesar de esto, algunos latinoamericanos han logrado tejer historias de éxito en tierras lejanas. No son simples inmigrantes en busca de una vida mejor, sino inversores, emprendedores y soñadores que han visto en el gigante asiático una oportunidad dorada para expandir sus negocios y dejar su marca.

Latinoamericanos que invierten en China
La moda en China ya no es la misma desde la llegada de la colombiana Valeria González. Ilustración MidJourney

Un reporte del 2022 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indica que las inversiones de Latinoamérica hacia China han experimentado un crecimiento exponencial en la última década. Aunque las cifras exactas son difíciles de precisar, el impacto es palpable, especialmente en sectores como la gastronomía, la moda, la tecnología y la innovación. En esos nichos están los latinoamericanos que invierten en China.

Por ejemplo, Carlos Muñoz, originario de México, es hoy el dueño de una cadena de restaurantes de tacos en Beijing que han cautivado no solo a los extranjeros residentes, sino también a los propios chinos. Sus establecimientos se han convertido en un puente gastronómico entre dos culturas que parecieran ser diametralmente opuestas.

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Colombia tiene su encanto

Del mismo modo, Valeria González, diseñadora colombiana, ha revolucionado el mundo de la moda en Shanghai con sus diseños que mezclan la pasión y colorido latino con la elegancia y sobriedad del estilo chino. Sus boutiques se pueden encontrar en las calles más prestigiosas de la ciudad y han llamado la atención de celebridades y críticos de moda por igual. Ella es una pieza fundamental de los latinoamericanos que invierten en China.

La tecnología y la innovación no se quedan atrás. Rodrigo Silva, ingeniero chileno, fundó una startup en el corazón de Shenzhen, considerada el Silicon Valley chino. Su empresa, especializada en tecnologías limpias y renovables, ha recibido el respaldo de importantes inversores chinos y ha establecido alianzas estratégicas con gigantes tecnológicos del país.

Estos ejemplos evidencian que, aunque China no posea una política migratoria acogedora, es indudable que el país reconoce y valora el talento, la innovación y el espíritu empresarial, independientemente de su origen.

Latinoamericanos que invierten en China
Rodrigo Silva, ingeniero chileno, está creando cosas con tecnología limpia. Ilustración MidJourney

Cuando la cultura importa

Ante este panorama, especialistas como el Dr. Renato García, historiador y experto en relaciones chino-latinoamericanas, opina que «la relación económica entre China y América Latina va más allá de simples cifras de comercio. Es un intercambio cultural que, aunque incipiente, está dejando huellas imborrables en ambas sociedades».

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Gobiernos de países como Brasil, Argentina y Perú, a través de sus respectivas embajadas en China, han destacado la contribución de sus connacionales en el fortalecimiento de lazos bilaterales, y han expresado su interés en continuar apoyando iniciativas que promuevan la integración y cooperación. Ese propósito ayudará a los latinoamericanos que invierten en China.

Es indudable que el camino para los latinoamericanos en China no es sencillo. La barrera del idioma, las diferencias culturales y las políticas restrictivas pueden representar obstáculos considerables. Sin embargo, el espíritu emprendedor y resiliente de los latinoamericanos ha demostrado una vez más que las fronteras pueden ser superadas y que es posible crear puentes entre dos mundos que, a primera vista, parecen no tener nada en común.

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