En un movimiento que ha causado revuelo en Argentina, el presidente Javier Milei ha decidido intervenir la Casa de la Moneda, una institución que ha sido pilar del sistema financiero del país desde 1875. Según el gobierno, la medida responde a la necesidad de hacer más eficiente la producción de billetes, cuya emisión ha sido cada vez más cuestionada debido a la inflación rampante que ha llevado a que los billetes de 1.000 y 2.000 pesos, en su mayoría, no tengan prácticamente valor alguno en el mercado. Con la frase que ha circulado en los medios nacionales e internacionales, “Milei interviene la Casa de la Moneda”, el Ejecutivo busca marcar un nuevo rumbo en la gestión de una economía tambaleante que, según sus críticos, está al borde del colapso.
El reportaje original que expone esta situación fue escrito por Javier Lorca, periodista de EL PAÍS de España, conocido por su amplia cobertura sobre América Latina y en especial Argentina. En su artículo titulado: “Milei interviene la Casa de Moneda y suspende la impresión de billetes en Argentina”, Lorca expone la delicada situación que enfrenta la Casa de la Moneda, una institución que ha sido intervenida por 180 días por orden del gobierno de Milei, lo cual ha desencadenado una ola de protestas y quejas por parte de los sindicatos y trabajadores de la entidad estatal.
Milei interviene la Casa de la Moneda
La decisión de Milei no ha sido sorpresiva para aquellos que siguen de cerca sus políticas económicas. En el marco del ajuste estructural que viene impulsando desde que ganó la presidencia, el líder argentino ha insistido en que la intervención de la Casa de la Moneda sea un paso necesario para combatir la inflación y reducir los costos del aparato estatal. «Milei interviene la Casa de la Moneda», declaró el portavoz de la Casa Rosada, Manuel Adorni, y con esto señala que ya no tiene sentido imprimir billetes de baja denominación, dado que los costos superan los beneficios en un contexto en el que la inflación ha convertido al papel moneda en un mero objeto simbólico sin valor real.

Los sindicatos han reaccionado con furia. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) emitió un comunicado en el que criticaba duramente la medida, afirmando que “las herramientas fundamentales de una economía independiente se ven amenazadas de extinción por una ideología que prefiere importar billetes de otra parte del mundo en vez de defensor de su propia industria y soberanía”. En efecto, Milei interviene la Casa de la Moneda no solo para detener la impresión de billetes en territorio argentino, sino también para aumentar la dependencia de proveedores extranjeros, en especial de China, quien ha asumido un papel cada vez más protagónico en la provisión de papel moneda para el país sudamericano.
Aumenta la fila de desempleados
El plan de intervención no solo afecta la producción de billetes, sino que también deja en el limbo a cerca de 1.300 trabajadores que dependen de esta empresa estatal. A muchos de ellos se les ha indicado que deben utilizar sus períodos vacacionales, mientras se decide cuál será el destino de la Casa de la Moneda en los próximos meses. Aunque se ha dicho que la entidad comenzará a producir pasaportes, estampillas y otros documentos oficiales, la gran incógnita gira en torno a su futuro a largo plazo. “Milei interviene la Casa de la Moneda para desmantelar lo poco que queda de nuestra soberanía económica”, denunció un portavoz de ATE, poniendo en alivio el descontento que la medida ha generado en amplios sectores de la sociedad argentina.
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Uno de los puntos más críticos de esta intervención es la reestructuración de la empresa, que según el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha dejado de ser rentable. La entidad financiera ha discontinuado sus contratos con la Casa de la Moneda, argumentando altos costos, incumplimientos y demoras en la entrega de billetes. Según estimaciones del propio gobierno, en Argentina circulan cerca de 12.000 millones de billetes, muchos de los cuales han perdido su valor a tal punto que ya no son funcionales para las transacciones diarias. Este exceso de billetes en desuso ha provocado serios problemas de almacenamiento en los bancos y otras entidades financieras, lo que ha reforzado el argumento del Ejecutivo para intervenir.
La inflación sube tal lo previsto
La situación económica de Argentina sigue siendo crítica, con una inflación que ha alcanzado niveles insostenibles. La creación de billetes de mayor denominación, como los de 10.000 y 20.000 pesos, que el gobierno de Milei ha comenzado a importar desde China, apenas logra mitigar el problema. Sin embargo, esta dependencia de la importación de moneda también ha generado críticas. Milei interviene la Casa de la Moneda, pero al mismo tiempo, permite que otros países se beneficien de la producción que alguna vez fue orgullo de Argentina, denuncian los sindicatos.

La empresa estatal china Banknote Printing and Minting Corporation (CBPMC) ha sido uno de los principales proveedores de billetes para Argentina en los últimos años. Además, empresas estadounidenses como Crane Currency también han ganado licitaciones para producir papel moneda para el país sudamericano. La decisión de importar billetes ha sido justificada por el gobierno de Milei como una medida pragmática para enfrentar los problemas de liquidez del país y reducir los costos de producción, pero ha sido vista por muchos como un ataque directo a la soberanía económica de Argentina.
Milei y su rompecabezas de reformas
A medida que el país sigue navegando por una tormenta económica de proporciones históricas, la intervención de la Casa de la Moneda se presenta como una pieza clave en el rompecabezas de reformas que Milei busca implementar. Pero a pesar de los argumentos del gobierno sobre eficiencia y reducción de costos, el impacto social y económico de esta decisión sigue siendo incierto. Milei interviene la Casa de la Moneda, pero ¿a qué costo? La pregunta queda abierta, mientras Argentina sigue luchando por encontrar una salida a una crisis que parece no tener fin.
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La reestructuración de la Casa de la Moneda se ha convertido en un tema central del debate político en Argentina. Los críticos acusan al gobierno de estar desmantelando el Estado, pieza por pieza, mientras que los defensores de Milei aseguran que estas son medidas necesarias para evitar el colapso económico total. Lo que queda claro es que la intervención de la Casa de la Moneda es solo un capítulo más en la serie de reformas radicales que Javier Milei está decidido a implementar, aunque sus consecuencias a largo plazo aún están por verso.
El futuro de la Casa de la Moneda, al igual que el de la economía argentina, sigue siendo incierto. Mientras tanto, los trabajadores de la entidad estatal, los sindicatos y los economistas observan con preocupación los pasos que el gobierno dará en los próximos meses. Milei interviene la Casa de la Moneda, y el eco de esta intervención resuena más allá de las paredes de la institución, tocando los mismos cimientos de la economía y la soberanía de Argentina.