En un nuevo relevamiento, la red MapBiomas ha arrojado resultados alarmantes sobre la situación de los bosques naturales en Brasil. Entre los años 1985 y 2022, el país experimentó una reducción del 15% en el área ocupada por estos valiosos ecosistemas, disminuyendo de 581,6 millones de hectáreas a 494,1 millones de hectáreas. Este hallazgo, revelado en la Colección 8 del Mapeo Anual de Cobertura y Uso del Suelo en Brasil, pone de manifiesto la creciente amenaza que enfrentan los bosques del país sudamericano.
El informe destaca que uno de los principales factores detrás de esta devastadora pérdida de bosques es la expansión de la agricultura. En los últimos cinco años, este proceso se ha acelerado de manera alarmante, representando el 11% de los 87,6 millones de hectáreas perdidas en total. La apropiación de tierras para actividades agrícolas se ha convertido en una de las principales causas de la deforestación en Brasil.
Informe de MapBiomas
Los biomas más afectados durante este período han sido el Amazonas y el Cerrado, con reducciones del 13% y el 27% de sus áreas boscosas respectivamente. Estos ecosistemas, que albergan una rica biodiversidad y desempeñan un papel crucial en la regulación climática, están bajo una presión constante debido al avance de la agricultura y otros factores humanos.
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El mapeo realizado por MapBiomas abarca diferentes tipos de cobertura arbórea, incluyendo formaciones forestales, sabanas, bosques inundables, manglares y bancos de arena. En conjunto, estos ecosistemas ocupan el 58% del territorio brasileño. Sin embargo, la Amazonía y la Caatinga se destacan como los biomas con la mayor proporción de bosques naturales en 2022, con un 78% y un 54% respectivamente.
Formaciones forestales
Un dato preocupante que resalta el informe es que dos tercios del área destruida, es decir, 58 millones de hectáreas, corresponden a formaciones forestales. Estas áreas se caracterizan por la predominancia de especies arbóreas y un dosel continuo, similares a los bosques que prevalecen en la Amazonia y el Atlántico. La disminución de las formaciones forestales ha sido del 14% en los 38 años analizados, lo que muestra un impacto significativo en estos ecosistemas.
Un aspecto importante a destacar es que, según los cálculos de la organización MapBiomas, casi la totalidad de la deforestación, el 95%, se debe al avance de la agricultura. Esto incluye tanto la transformación de bosques en áreas de pastoreo como la conversión de tierras para la agricultura de cultivos. Esta tendencia es especialmente preocupante, ya que indica que la expansión agrícola está ejerciendo una presión insostenible sobre los bosques brasileños.
La constancia se hizo patrón
El informe también revela patrones interesantes en la evolución de la deforestación a lo largo del tiempo. Durante las dos primeras décadas del período analizado, se observó un aumento en la pérdida de bosques, seguido de un período de reducción a partir de 2006. Estos cambios en la tasa de deforestación reflejan la interacción de diversos factores, incluyendo políticas gubernamentales, presión internacional y cambios en la economía y la agricultura.
Además de los bosques terrestres, el informe de MapBiomas también destaca la pérdida de bosques inundados en la región amazónica. Estos bosques se forman cerca de cursos de agua y desempeñan un papel fundamental en la regulación de los niveles de agua y la conservación de la biodiversidad. En el lapso de casi 40 años, se perdieron 430 mil hectáreas de bosques inundados, que ocupaban 18,8 millones de hectáreas o el 4,4% del bioma en 2022.
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El mundo está afectado
La situación descrita en el informe de MapBiomas es motivo de gran preocupación tanto a nivel nacional como internacional. La pérdida de bosques naturales no solo tiene un impacto devastador en la biodiversidad y el equilibrio ecológico, sino que también contribuye al cambio climático al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Además, afecta a las comunidades indígenas y locales que dependen de estos bosques para su sustento y su cultura.
Para abordar esta crisis, es necesario tomar medidas urgentes para frenar la deforestación y promover la conservación de los bosques naturales en Brasil. Esto requerirá la colaboración de gobiernos, organizaciones ambientales y la sociedad en su conjunto. La preservación de estos valiosos ecosistemas es crucial para el bienestar del planeta y las generaciones futuras.