Macri vuelve a escena en Argentina para reconstruir su silla para negociar con Javier Milei

En un movimiento estratégico que sorprendió a muchos, Mauricio Macri ha decidido volver al ruedo político argentino con un objetivo claro: reconstruir su influencia y capacidad de negociación dentro de su partido, Propuesta Republicana (Pro), y a nivel nacional, particularmente en lo que respecta a las futuras interacciones con Javier Milei, la nueva cara de la política libertaria en Argentina. Este regreso de Macri no es meramente un capítulo más en la política argentina; marca un intento calculado de reposicionarse en un tablero político que ha experimentado cambios significativos desde su salida del poder en 2019.

El material que sirve de base para este análisis fue originalmente redactado por Mar Centenera, corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Con una trayectoria que abarca desde su labor en el diario Público de Madrid hasta su rol como corresponsal de la Agencia Efe en Indonesia y Argentina, Centenera aporta una mirada profunda y contextualizada sobre los desafíos y estrategias de Macri en su artículo «Macri vuelve al primer plano de la política argentina para renovar un partido noqueado por Milei». En su texto, destaca la tarea que tiene Macri por delante: dar nueva vida a un partido golpeado por la emergencia de Milei y decidir sobre la formación de una alianza política que podría ser crucial para las legislativas de 2025.

Macri requiere de mucha paciencia

Macri asume nuevamente un rol protagónico en el Pro, el partido que fundó en 2005, en un momento en que este enfrenta una crisis interna y una pérdida de dirección tras años de disputas internas y una derrota electoral que aún resuena en sus estructuras. Su nombramiento como presidente del partido, anticipándose a las votaciones internas gracias a una lista de unidad, es un reflejo de la urgencia y la necesidad de un liderazgo fuerte que pueda unificar y dirigir el partido hacia un futuro prometedor.

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La alianza con Milei podría alienar a una porción del electorado tradicional del Pro, aquellos que ven en Milei un extremismo poco compatible con los valores y la moderación que, en teoría, debería caracterizar al partido fundado por Macri. Ilustración MidJourney

La negociación para su retorno y liderazgo no fue sencilla. La resistencia interna, especialmente de figuras como Patricia Bullrich, quien buscaba retener influencia y poder dentro del partido, evidencia las fracturas y el trabajo de diplomacia interna que Macri tuvo que manejar. A pesar de estos desafíos, su estrategia parece enfocarse en dos frentes principales: sanar las heridas internas del Pro y establecer una relación de trabajo, si no una alianza, con Javier Milei, quien ha sacudido el espectro político argentino con su victoria electoral y su enfoque libertario.

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No todo es Buenos Aires

La relación entre Macri y Milei es compleja. Por un lado, existe una competencia ideológica y política evidente, marcada por la victoria de Milei y su discurso anti-establishment, que contrasta con la imagen de Macri y su asociación con la política tradicional. Sin embargo, también hay puntos de convergencia, especialmente en la necesidad de enfrentar a un peronismo aún fuerte y en la búsqueda de una Argentina más liberal en lo económico. La capacidad de Macri para negociar con Milei, manteniendo al mismo tiempo la identidad y los principios del Pro, será crucial en este nuevo capítulo de la política argentina.

El desafío que enfrenta Macri no es menor. Su imagen pública ha sufrido en los últimos años, con una percepción negativa que supera a la positiva. Este escenario demanda no solo un trabajo de reconstrucción política interna sino también de rebranding ante el electorado, buscando recapturar aquellos votantes desencantados con el peronismo pero también reticentes a abrazar el discurso radical de Milei.

Apertura hacia la negociación

En este contexto, la estrategia de Macri parece incluir una apertura hacia la negociación y posiblemente la colaboración con Milei. La política argentina se encuentra en un punto de inflexión, donde viejas alianzas se desmoronan y nuevas se forman con el pragmatismo como bandera. El acercamiento entre el Pro y La Libertad Avanza podría significar un cambio significativo en el panorama político, particularmente en el Congreso, donde una alianza podría traducirse en una mayor capacidad de maniobra legislativa.

Sin embargo, este camino no está exento de riesgos. La alianza con Milei podría alienar a una porción del electorado tradicional del Pro, aquellos que ven en Milei un extremismo poco compatible con los valores y la moderación que, en teoría, debería caracterizar al partido fundado por Macri. Además, la integración de figuras del Pro en el gobierno de Milei, como la de Patricia Bullrich en Seguridad, Luis Caputo en Economía y Luis Petri en Defensa, plantea la pregunta de hasta qué punto el partido puede mantener su identidad sin ser absorbido por la dinámica y el discurso libertario de Milei.

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La historia política reciente de Argentina muestra que las coaliciones y alianzas son a menudo necesarias para lograr objetivos comunes, especialmente en un sistema político que tiende a la fragmentación. Ilustración MidJourney.

Identidad partidaria

El dilema para Macri y el Pro es, por lo tanto, cómo equilibrar la necesidad de poder y relevancia política con la preservación de su identidad partidaria. Este equilibrio es delicado, especialmente en un contexto en el que la política argentina se ha polarizado aún más, y donde la figura de Milei ha catalizado un cambio significativo en las expectativas y las demandas del electorado.

La historia política reciente de Argentina muestra que las coaliciones y alianzas son a menudo necesarias para lograr objetivos comunes, especialmente en un sistema político que tiende a la fragmentación. Sin embargo, el caso del Pro y su posible acercamiento a Milei es particularmente complejo debido a las diferencias ideológicas y estratégicas que existen dentro del propio partido, así como en su relación con La Libertad Avanza. El éxito de esta maniobra política dependerá de la habilidad de Macri para negociar no solo con Milei sino también dentro de su partido, donde deberá convencer a sus miembros de que cualquier alianza futura será en beneficio del Pro y no una subordinación a la agenda de Milei.

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Una cuestión de percepción

La figura de Macri, con su experiencia como ex presidente y su historial de liderazgo dentro del Pro, lo coloca en una posición única para llevar a cabo esta tarea. Sin embargo, enfrenta el desafío de cambiar la percepción de una parte del electorado que lo asocia con fracasos económicos y políticos anteriores. Su capacidad para reinventarse y para presentar una visión renovada y convincente para el Pro será fundamental en este proceso de reconstrucción y negociación.

En este contexto, las próximas elecciones legislativas de 2025 se presentan como un horizonte crítico para Macri y el Pro. Estas no solo serán un test para medir la efectividad de la estrategia de Macri y la viabilidad de cualquier alianza con Milei, sino que también ofrecerán una señal de cómo se están reconfigurando las fuerzas políticas en Argentina. El electorado tendrá la oportunidad de expresar su opinión sobre el rumbo que está tomando el país, y será entonces cuando se verá si la apuesta de Macri por volver a la escena política y negociar con Milei ha sido acertada o si, por el contrario, el tiempo y las circunstancias han superado a la figura que en un tiempo representó la esperanza de cambio para muchos argentinos.

La política argentina está en un momento de definición, y el regreso de Macri es un reflejo de las dinámicas complejas y los desafíos que enfrenta el país. Su capacidad para adaptarse, negociar y proponer un proyecto político convincente será clave no solo para su futuro personal y el del Pro, sino también para el de Argentina en su conjunto. La negociación con Milei, lejos de ser una simple maniobra política, es un indicativo de los nuevos tiempos que corren en la política argentina, donde la capacidad de diálogo y de construir puentes entre distintas visiones del país será esencial para enfrentar los retos que tiene por delante.

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