Sudamérica, cuna de cambios políticos, revoluciones y corrientes ideológicas diversas, vuelve a ser escenario de un proceso de renovación y reconfiguración política, con una particularidad: esta vez, es la derecha la que busca coordinar esfuerzos y alinear agendas que superen las tradicionales fronteras internas del continente. Su andamio: el Grupo Libertad y Democracia.
El epicentro de este nuevo escenario se ubicó en Buenos Aires, donde los líderes políticos de derecha de toda Iberoamérica conformaron esta organización, reuniéndose en una cumbre que tuvo lugar el 22 y 23 de septiembre. Esta fue la segunda ocasión en la que estos líderes se dieron cita, tras su primera presentación oficial en marzo del mismo año en Santiago de Chile.
Grupo Libertad y Democracia
Sin embargo, el nombre que ha resonado más fuerte y que ha puesto sobre la mesa un análisis crítico y preciso sobre este acontecimiento es el del politólogo argentino, Julio Aguirre. Con una sólida formación académica respaldada por la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad Nacional de Cuyo, Aguirre postula que estamos siendo testigos de «un nuevo proceso en el que varios de los países de la región empiezan a alinearse en torno a un modelo político diferente».
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Las preocupaciones que llevaron a la creación del Grupo Libertad y Democracia, como se desprendió de las conversaciones de la cumbre, son el avance del populismo, el crecimiento del narcotráfico internacional y la imperiosa necesidad de defender la libertad económica, pilares que consideran fundamentales para el desarrollo y estabilidad de la región.
Coordinación entre la derecha
Aguirre, al desglosar la importancia de este foro, recalca que lo novedoso aquí es la capacidad de coordinación entre los partidos de derecha. En su análisis, considera que «es histórico que haya una coordinación de los partidos de derecha en la región», algo que contrasta con el pasado donde la falta de unidad y dirección común debilitó muchos esfuerzos similares.
La participación en el Grupo Libertad y Democracia de figuras políticas de peso como Mauricio Macri y Sebastián Piñera, además de Mario Abdo Benítez, Iván Duque y Andrés Pastrana, deja entrever que este no es solo un foro de discusión, sino una estrategia política de gran calado. La idea central parece ser la búsqueda de asistencia mutua entre los partidos para comprender y, sobre todo, acordar perspectivas de integración regional basadas en afinidades ideológicas.
Más allá de las narices
Pero, ¿cuál es el contexto más amplio? Según datos del Banco Mundial, muchos países sudamericanos han experimentado un estancamiento económico en la última década, junto con niveles crecientes de desigualdad y corrupción. Ante este panorama, muchos ciudadanos han buscado soluciones en propuestas populistas, lo que ha llevado a un cambio en el panorama político tradicional.
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Al consultar con historiadores y expertos en política, como la Dra. María Álvarez de la Universidad de Buenos Aires, se destaca que el surgimiento del Grupo Libertad y Democracia puede ser una respuesta a las tendencias populistas que han ganado terreno en la región, pero también un intento de ofrecer una alternativa clara y cohesionada a los votantes.
Nuevamente los españoles
Además, algo que llama poderosamente la atención y que fue enfatizado por Aguirre, es la presencia española en este foro, lo que denota una «proyección más iberoamericana que latinoamericana». Esto podría interpretarse como un intento de conectar más estrechamente con Europa y diversificar las relaciones diplomáticas y comerciales, alejándose un poco del tradicional enfoque hacia Estados Unidos.
La aparición y consolidación del Grupo Libertad y Democracia marca una inflexión en la política sudamericana. Solo el tiempo dirá si sus esfuerzos lograrán transformar el panorama político y económico de la región o si, como otros intentos anteriores, quedará en un episodio más de la rica y convulsa historia política del continente. Lo que es indiscutible es que, en palabras del politólogo Julio Aguirre, lo que está sucediendo con la derecha sudamericana «se ve interesante».