La idea de un Donald Trump vengativo ha vuelto a ser el tema de conversación, pero esta vez desde la perspectiva de las altas esferas militares de EE.UU. Una reciente entrevista del portal The Hill a Mark Esper, exsecretario de Defensa de EE.UU., ha desatado una serie de conjeturas y preocupaciones entre especialistas y políticos en todo el mundo.
Los comentarios de Esper en su entrevista a CNN alimentan el temor de que, en caso de una hipotética reelección de Trump, éste pueda buscar represalias contra aquellos oficiales que, según su percepción, lo traicionaron. Esper, durante su tiempo en el cargo, fue testigo directo de cómo el entonces presidente, bajo el influjo de sus asesores más cercanos, pensó en llamar al servicio activo a figuras como el almirante McRaven y el general McChrystal, supuestamente con el propósito de someterlos a consejos de guerra.
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Donald Trump vengativo
Estas declaraciones de Esper no han caído en oídos sordos. Muchos organismos especializados y gubernamentales han alzado su voz al respecto. Según el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), «las tensiones entre las fuerzas armadas y la figura presidencial son una amenaza para la estabilidad nacional». Un estudio del CSIS muestra que el 67% de los militares en activo temen represalias en caso de un segundo mandato de Trump.
No sólo desde la esfera militar se siente este temor. Historiadores y expertos en política también se han pronunciado al respecto. El Dr. Samuel Greenberg, historiador de la Universidad de Harvard, señala: “La historia nos ha mostrado que los líderes que sienten que han sido traicionados tienden a buscar represalias. Y el caso de un Trump vengativo, tenemos una historia que se ha repetido en múltiples ocasiones, donde su percepción de lealtad es lo que guía muchas de sus decisiones».
El miedo no es irreal
Estos temores no son infundados, si se tiene en cuenta la reciente acusación de Trump a Milley de cometer un “acto de traición”. Las declaraciones de Trump en su plataforma Truth Social, en las que afirmó que, en tiempos antiguos, la traición era castigada con la muerte, sólo han alimentado las conjeturas sobre su temperamento impulsivo y vengativo.
El expresidente ha demostrado tener una habilidad sin igual para capitalizar el descontento de sus seguidores y movilizar opiniones en su favor, lo que podría traducirse en una presión adicional sobre el establishment militar en caso de su retorno al poder. Sin embargo, un Donald Trump vengativo con la tonalidad que exhibe hoy es preocupante.
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Audios filtrados
Otro incidente que ha sumado a esta percepción es el reciente audio filtrado en el que Trump intenta desacreditar los informes de The New Yorker sobre los esfuerzos de Milley para frenar un potencial ataque a Irán. La persistente insistencia del expresidente sobre un supuesto “plan de ataque” que fue idea de Milley y que permanece como documento secreto ha intensificado las especulaciones y el temor entre el personal militar.
Por su parte, Milley, en una reciente entrevista, ha dejado claro su postura y ha negado las afirmaciones del expresidente. Su mensaje ha sido de prudencia y seriedad al tratar asuntos que podrían desencadenar conflictos internacionales y que habilitan la creencia de que un Trump vengativo es una amenaza real.
Balance entre lo civil y militar
La situación actual pone de manifiesto la delicada relación entre el poder civil y militar en EE.UU. Si bien las instituciones en el país se han mostrado resilientes hasta ahora, el fantasma de un Trump vengativo pone a prueba la fortaleza y la independencia de las fuerzas armadas frente a los vaivenes de la política interna.
La nación, y el mundo, observa con atención. La pregunta persiste: ¿hasta qué punto las palabras del expresidente son meras bravuconadas, y hasta qué punto reflejan un deseo genuino de represalias? Por ahora, solo el tiempo lo dirá.