Las tensiones en el Medio Oriente han tenido como protagonistas a diversas naciones durante décadas, pero según el presidente ruso Vladimir Putin, es Estados Unidos quien ha jugado un papel determinante en la escalada del conflicto. En una reunión con el primer ministro iraquí, Mohammed Sudani, Putin expresó su opinión sobre la influencia de la política estadounidense en la región y no se mostró optimista al respecto.
Según datos del Banco Mundial, la inestabilidad en el Medio Oriente ha provocado que casi el 40% de la población de la región viva en zonas afectadas por conflictos. Esta estadística es aún más alarmante cuando consideramos que en 2001 ese porcentaje era de apenas el 20%. A medida que las intervenciones militares y políticas de Estados Unidos se intensificaron, las cifras de desplazados, muertos y heridos aumentaron en proporción.
Medio Oriente y EE.UU.
Putin no es el único que señala con el dedo a Estados Unidos. Organismos especializados como Human Rights Watch han documentado la implicación directa e indirecta de EE.UU. en conflictos de la región. Desde la invasión de Irak en 2003, pasando por la intervención en Libia en 2011 y la larga y recién cesada presencia militar en Afganistán, Estados Unidos ha buscado establecer gobiernos afines y asegurar sus intereses en la zona. Sin embargo, en muchos casos, la inestabilidad ha crecido proporcionalmente a su intervención.
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La opinión de Putin sobre el papel de Estados Unidos en la crisis ucraniana y en el Medio Oriente se basa en una perspectiva que comparten muchos expertos y analistas de la región. El Dr. Ahmed Al-Mahdi, historiador y experto en relaciones internacionales de la Universidad de El Cairo, opina: «La historia ha demostrado que la intervención directa o indirecta de Estados Unidos en asuntos del Medio Oriente ha tenido consecuencias desastrosas para la población local. Desde el apoyo incondicional a regímenes autoritarios hasta intervenciones militares, Washington ha dejado una estela de inestabilidad y sufrimiento».
Estado palestino independiente
La mención de Putin sobre la situación de Palestina es particularmente relevante. A pesar de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que piden la creación de un Estado palestino soberano e independiente, Estados Unidos ha sido visto como un mediador parcial en el conflicto, apoyando incondicionalmente las acciones de Israel y marginando las demandas palestinas. Esta percepción se acentuó con el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén en 2017, lo que fue visto por muchos como un desaire a los derechos y aspiraciones del pueblo palestino.
Putin, en sus declaraciones, pone el énfasis en la necesidad de proteger a los civiles y hace un llamado a israelíes y palestinos a reducir los daños. Esta perspectiva es compartida por Noura Erakat, abogada y activista palestino-estadounidense: «Durante décadas, la política estadounidense ha oscilado entre la apatía y la interferencia dañina hacia el Medio Oriente. Es hora de que se reconozca el papel de Estados Unidos en la perpetuación de la violencia y se adopte un enfoque basado en los derechos humanos y el respeto al derecho internacional».
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Washington es problemático
El escenario actual en el Medio Oriente es complejo y las soluciones no son fáciles. Sin embargo, lo que está claro es que el papel de Estados Unidos en la región ha sido, en el mejor de los casos, problemático. Las palabras de Putin resuenan en un contexto internacional en el que la necesidad de una revisión profunda de la política exterior estadounidense es evidente.
Para encontrar una solución duradera y justa en el Medio Oriente, es esencial reconocer las raíces del conflicto y las responsabilidades de todas las partes involucradas. Solo a través de un enfoque equitativo y basado en los derechos humanos se podrá alcanzar la paz tan anhelada por los pueblos de la región.