Hacer Populismo en los Estados Unidos no solo es posible, sino que ha sido una práctica sostenida. La arena política del Gigante de Norte ha sido tradicionalmente dominada por una retórica de poder y una política exterior definida. Sin embargo, como sugiere Jason Willick del staff de opinión de The Washington Post, la dinámica está cambiando, alimentada por crisis internacionales que han redefinido las perspectivas y posiciones de la derecha política en el país.
La pandemia de coronavirus de 2020 a 2023 y la guerra entre Rusia y Ucrania, iniciada en 2022 y aún en curso, han sido catalizadores de una ola populista en la derecha estadounidense. Estos eventos no solo revelan una transformación en la forma de hacer política, sino que también destacan la creciente brecha entre la tradicional política exterior estadounidense y las demandas del público.
Populismo en los Estados Unidos
El establishment político, acostumbrado a dirigir la narrativa nacional, se encuentra inquieto. Los republicanos, particularmente, han mostrado un notable escepticismo sobre la intervención de Estados Unidos en la guerra de Ucrania. Tal posicionamiento se evidenció en el primer debate republicano, en el que aquellos candidatos que pedían más ayuda para Ucrania estaban considerablemente atrás en las encuestas. Donald Trump, con su llamado a terminar rápidamente con la guerra, ha resumido ese sentimiento popular, otorgándole un papel preponderante en su campaña.
Tambien puedes leer: Curiosidades de una diáspora: peruanos se van de Lima y venezolanos llegan
El caso de Ron DeSantis, gobernador de Florida, refuerza esta narrativa populista. A pesar de las presiones nacionales e internacionales, DeSantis se opuso inicialmente a las restricciones pandémicas en 2020, convirtiéndolo primero en un objetivo mediático y luego en un héroe para muchos conservadores. Los argumentos eran claros: las restricciones estaban perjudicando la economía, la educación y otras esferas de la vida diaria. Esta forma de pensamiento no es más que populismo en los Estados Unidos.
No hay cambios aislados
Un informe de la Brookings Institution sugiere que estos cambios no son aislados. La política estadounidense se está redefiniendo en respuesta a desafíos globales y demandas internas. El populismo en los Estados Unidos, antes considerado antitético al ethos estadounidense, ahora es visto como una herramienta legítima y, a veces, necesaria.
Opiniones de expertos históricos y políticos también avalan esta transformación. El Dr. Julian González, historiador de la Universidad de Harvard, señala que «Estados Unidos siempre ha tenido corrientes populistas, desde los Populistas del siglo XIX hasta el New Deal de Roosevelt. Lo que estamos viendo ahora es una nueva encarnación de ese espíritu, adaptada a los desafíos contemporáneos».
Sin datos no hay juego
Los datos lo respaldan. Una encuesta de CNN indica que el 71% de los republicanos se opone a una nueva financiación para Kiev, en contraposición al 62% de los demócratas que la apoyan. Este desequilibrio ilustra no solo las diferencias partidarias sino también el cambio en la percepción del papel de Estados Unidos en el mundo.
Tambien puedes leer: A “La Compañía de Jesús” en Nicaragua Ortega le cerró la Santamaría
El Council on Foreign Relations, un think tank especializado en política exterior, ha notado esta tendencia. Su último informe destaca que «la política exterior estadounidense está en una encrucijada. Las demandas internas, combinadas con un mundo cambiante, están obligando a reevaluar nuestras prioridades y tácticas».
Estados Unidos está experimentando un cambio en su política, influenciado por eventos internacionales y demandas internas. El populismo en los Estados Unidos, tradicionalmente visto con escepticismo, ha encontrado un espacio en la política de derecha. Si bien es un fenómeno que inquieta al establishment, no puede ser ignorado. Como lo señala el Dr. González, «Es un reflejo de un país en evolución, respondiendo a desafíos nuevos y antiguos». En la política, como en la vida, la adaptación es clave, y Estados Unidos está en pleno proceso de redefinición.