El narcotráfico es una problemática que afecta a nivel global, pero según la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), existen zonas y naciones que no están desplegando esfuerzos suficientes para frenarlo. A través de un meticuloso análisis estadístico, se ha evidenciado que América Latina, Asia y el Caribe son las zonas con mayor prevalencia en esta lista.
Centroamérica y el Caribe, con un 43.48%, ocupan la cima. Esta región comprende a Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Jamaica y Haití. Asia, particularmente con la inclusión de Afganistán, Birmania, China, India, Laos y Pakistán, representa el 26.09%. En Suramérica, que cubre el 21.74%, destacan Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. En Norteamérica México y Bahamas suman un 8.70%.
Narcotráfico: Un tema sociopolítico
A pesar de que todos los países mencionados sostienen relaciones diplomáticas con EE.UU., las tensiones han sido evidentes, en especial con el caso de Venezuela. Las diferencias políticas, económicas y las discrepancias en directrices antidrogas han generado fricciones. La predominancia de naciones de América Latina y el Caribe, que representan el 65.22% del total de los países de la lista, puede reflejar las rutas de tráfico de drogas y los desafíos asociados en la región.
La reciente lista, presentada en un memorando dirigido al secretario de Estado Antony Blinken, incorpora una novedad: la inclusión de China. Esto fue posible porque EE.UU. reformó su legislación que tiene en perspectiva a narcotráfico, para incluir a los países de origen de las sustancias químicas usadas en la producción de drogas, en especial, el fentanilo. Esta droga sintética ha sido responsable de más de 109,000 muertos por sobredosis en EE.UU. en 2022, según datos preliminares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
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Quetzalcóatles y dragones
La DEA afirma que la mayoría de los precursores químicos para la elaboración del fentanilo procede de China, terminando frecuentemente en manos de los cárteles mexicanos. Por esta razón, Biden enfatiza que “ningún país es más importante que México” en esta lucha contra el narcotráfico. También mostró preocupación por Colombia, indicando que «el cultivo ilícito de coca y la producción de cocaína se mantienen en niveles históricamente altos», y solicitó al gobierno del presidente colombiano, Gustavo Petro, que intensifique su presencia en las regiones cocaleras.
No obstante, la inclusión de los países en esta lista no se basa únicamente en su falta de acción. Se debe a una combinación de factores geográficos, comerciales y económicos que posibilitan el tránsito o la producción de drogas. A pesar de esto, Biden señaló que los gobiernos de Bolivia, Birmania y Venezuela «han incumplido de manera demostrable» con sus compromisos internacionales contra el narcotráfico en el último año. Respecto a Bolivia, instó al presidente Luis Arce a «tomar medidas adicionales» y a «reducir el cultivo ilícito».
En un giro positivo, Afganistán fue excluido de la lista de países que han fallado «demostrablemente», gracias a sus avances «en la reducción del cultivo de adormidera y la producción de estupefacientes».
Opiniones expertas
Expertos en historia y políticos sugieren que las raíces del problema se encuentran en la demanda y no solo en la oferta. Es fundamental que se establezca una estrategia conjunta y cooperativa, considerando no solo a los países productores, sino también a los de tránsito y destino.
Para enfrentar el desafío del narcotráfico de manera efectiva, es esencial que se desarrollen políticas más inclusivas y cooperativas. Mientras la demanda continúe, la oferta encontrará formas de satisfacerla. Es un llamado a la reflexión y acción colectiva, que va más allá de las acusaciones y demanda una solución global.
El Dr. Francisco Herrera, historiador especializado en política de drogas en América Latina, comenta: «La perspectiva de EE.UU. hacia el narcotráfico ha sido históricamente enfocada en el ‘ataque a la fuente’. Esto significa que han apuntado a eliminar la producción en los países de origen. Sin embargo, esta estrategia ha demostrado ser limitada, ya que mientras haya demanda, siempre surgirán nuevos productores y rutas. La verdadera solución radica en abordar la demanda y ofrecer alternativas de desarrollo en los países productores.»
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Sobre la efectividad
Otras posturas Por otro lado, Rosa Valderrama, política experta en relaciones internacionales, opina: «Los EE.UU. han invertido miles de millones de dólares en la lucha contra el narcotráfico en el exterior, especialmente en América Latina. Pero a menudo, sus políticas se han percibido como intervencionistas y no han abordado las raíces socioeconómicas del problema. La ‘guerra contra las drogas’ necesita una reconsideración, enfocándose en aspectos de salud pública y reinversión en comunidades afectadas.»
Mientras tanto, la socióloga Mariana Álvarez sostiene: «La visión estadounidense ha criminalizado excesivamente el problema del narcotráfico, llevando a un ciclo interminable de violencia y detenciones, pero no a una solución duradera. Es esencial que EE.UU. reconozca que el narcotráfico es también un problema de salud y socioeconómico. La rehabilitación y la educación son herramientas igualmente valiosas en esta lucha, y deberían ser consideradas con la misma seriedad que las operaciones militares y policiales.»