El panorama económico que presenta la descontrolada inflación en EE.UU. es uno que deja a muchos inseguros sobre su futuro financiero. Sin embargo, como advierte Josh Herring, profesor de educación clásica en Thales College y miembro activo del Think Tank Action Institute, hay un camino a seguir: «Los principios básicos de la creación de riqueza no han cambiado”.
La economía de EE.UU. enfrenta desafíos notables: costos de vivienda fuera del alcance de muchos, colapsos bancarios y una burbuja tecnológica en peligro de estallar. Santo Tomás de Aquino una vez definió lo evidente por sí mismo como aquello que el intelecto capta claramente; esta idea resalta la urgente necesidad de volver a fundamentos económicos sólidos.
Inflación en EE.UU.
En tiempos actuales, la economía se ha transformado en una especie de enigma matemático que sólo unos pocos entienden. Se ha distanciado de sus orígenes, la oiko-nomos o «leyes del hogar«, que destacaba la importancia de gastar menos de lo que se gana. Desgraciadamente, teorías actuales como la Monetaria Moderna promueven la idea de que el gobierno tiene libertad para manipular el valor del dinero a voluntad. Esta perspectiva, junto con visiones keynesianas, contribuye a elevar la inflación en EE.UU.
Brian Balfour de la Fundación John Locke, a través de su libro «Economía en Acción» publicado por Thales Press, sugiere un retorno a una economía basada en principios austriacos, donde el foco está en las acciones humanas. Balfour propone una serie de axiomas y principios para construir un sistema económico, centrándose en las leyes universales de interacción económica. Su método utiliza la lógica deductiva para determinar leyes económicas, permitiendo al estudiante comprender por qué estas leyes deben ser ciertas. Su enfoque práctico y pedagógico, estructurado en 22 capítulos, es adecuado tanto para neófitos como para expertos en economía.
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Desmontando los silogismos
Entre las falacias que Balfour aborda en su texto, se destaca la atracción del socialismo. A pesar de su atractivo teórico, este sistema enfrenta desafíos significativos, como el problema de los incentivos y la falta de cálculo económico. Al abordar estas y otras falacias comunes, Balfour insiste en centrarse en la productividad y la creación de riqueza como piedras angulares para un florecimiento económico y un aumento del nivel de vida.
Siguiendo la tradición de pensadores como Euclides, Aristóteles y Tomás de Aquino, Balfour y otros expertos sostienen que la economía no debería verse como un ejercicio misterioso. Como Adam Smith, creen que la economía se basa en principios sólidos y leyes naturales que pueden identificarse, estudiarse y aplicarse.
Para EE.UU., es fundamental que tanto las políticas públicas como las decisiones individuales vuelvan a estos principios básicos. Sólo así se podrá enfrentar la inflación en EE.UU. y otros desafíos económicos, garantizando un futuro económico más estable y próspero para todos.
El intervencionismo es malo
Mientras algunos sostienen que el gobierno es responsable de estabilizar la economía, muchos, incluido Herring, argumentan que un gobierno que interviene en exceso puede, de hecho, exacerbar los problemas económicos en lugar de solucionarlos. Como ejemplo se presenta la actual inflación en EE.UU. La intervención gubernamental en forma de políticas de gasto y regulaciones puede tener consecuencias no deseadas. Por ejemplo, cuando el gobierno imprime dinero para financiar sus gastos, puede provocar una inflación galopante, reduciendo el poder adquisitivo de la moneda y creando un ciclo vicioso de precios crecientes. Asimismo, las políticas de regulación excesiva pueden obstaculizar la innovación y la eficiencia, llevando a mercados menos competitivos y a economías más frágiles.
La educación es esencial en este panorama. Es evidente que, en la mayoría de los sistemas educativos, la economía se enseña de una manera complicada y desconectada de la realidad diaria de las personas. Sin embargo, entendiendo la economía como una extensión de la administración del hogar, como sugiere su etimología griega, es posible redefinir la forma en que se enseña y se aprende.
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El control de la nación está en el hogar
Si la población en general comprende los principios básicos de la economía y cómo estos afectan su vida diaria, estarán mejor equipados para tomar decisiones financieras informadas y para ejercer presión sobre sus líderes políticos para que adopten políticas económicas sensatas.
La historia también tiene lecciones valiosas que ofrecer. Los períodos de inflación en EE.UU., colapsos bancarios y burbujas económicas no son fenómenos nuevos. Estados Unidos y otros países han experimentado episodios similares en el pasado, y hay lecciones que aprender de cómo se manejaron estas crisis. La Gran Depresión de la década de 1930, por ejemplo, es un testimonio de cómo la falta de comprensión económica y las respuestas políticas incorrectas pueden agravar una crisis económica. Por otro lado, la recuperación posterior a la Segunda Guerra Mundial es una muestra de cómo políticas adecuadas pueden impulsar la economía. Es fundamental que los ciudadanos conozcan y entiendan estos eventos históricos para poder enfrentar los desafíos económicos actuales de manera efectiva.